jueves, abril 18, 2024

EN REDONDO: Rosario, ¿el ocaso de una estrella?

Por Mario Ruiz Redondo

A propósito de lo declarado este martes 13 de agosto por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, de que en México, para el servicio público se necesita 99 por ciento de honestidad y uno por ciento de capacidad, seguramente que ha causado sorpresa y rechazo a más de un ciudadano en el país, porque bien sabido es que la ineptitud es el camino más fácil para incurrir finalmente en la corrupción e impunidad, que tanto daño ha hecho y sigue haciendo hoy a casi 130 millones de mexicanos.

Nada más absurda, la definición Presidencial.

En su momento, Miguel de la Madrid, quien fuera Jefe de la Nación de 1982 a 1988, advertiría sobre el tema: “La ineficacia en el servicio público, es también una forma de corrupción”.

Si por error de selección, el elegido resulta todo un truhán, el gobernante no debe de olvidar que existe todo un marco jurídico para sancionar a los indignos y desleales. El problema principal, y ese es el meollo de todo, es que las leyes mexicanas han sido hechas por la misma clase en el poder, para crear lagunas y demasiados vericuetos legales, que finalmente impiden el castigo a los corruptos.

Hasta los días que vivimos, todo sigue quedando en el circo de muchas pistas para la distracción y el morbo, cuando a ocho meses de iniciado el periplo de seis años, se sigue responsabilizando de todos los males que nos aquejan en el país, a una “Mafia del Poder”, que hasta ahora sigue intocable y carcajeándose de todo el show populista, al estilo de las viejas carpas en las que se iniciaros los populares comediantes “Cantinflas” y “Palillo”, porque todo está quedando en simples cortinas de humo.

Transcurrir de dos terceras partes del sexenio de la 4ª Transformación, el desencanto cunde entre los simpatizantes del Jefe del Ejecutivo Federal, más aún cuando ha adelantado que su Administración se sustentará en el perdón y en el olvido, aunque para tratar de “enmendar y equilibrar” su desliz discursivo, haya dado comienzo a un “golpeteo amigo” a sus antecesores, desde los panistas Vicente Fox Quesada y Felipe de Jesús Calderón, hasta el priísta Enrique Peña Nieto, que ha combinado con una “espectacular cacería” de apenas dos funcionarios del gobierno de Enrique Peña Nieto.

Es así como el primero de tales numeritos, porque los grandes, insistimos, no están en la lista, lo encabece el ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya Austin, de 44 años, al que la Fiscalía General de la República, al mando de Alejandro Gertz Manero, investiga por su probable responsabilidad en la comisión de los delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita y asociación delictuosa, en el caso los sobornos millonarios en dólares, concedidos por la poderosa transnacional brasileña Odebrecht, a cambio de cuantiosos contratos de una de las dos paraestatales sobrevivientes del sistema neoliberal impuesto por Estados Unidos.

Supuesto involucramiento de la madre del ex funcionario, Gilda Margarita Austin, de 71 años, la cual fue detenida por la policía alemana el 24 de julio, en Berlín, al solicitar la FGR el apoyo de la Interpol, bajo la acusación de lavado de dinero en complicidad con su hijo, por lo que en cuestión de semanas será trasladada a territorio nacional, para que responda a las imputaciones en su contra.

Desde ahora, la sospecha de que todo culminará sin el ejercicio de una acción legal, por estar mal sustentada, como siempre ha ocurrido para dar paso a la impunidad, pero que por lo pronto se apoya en una estrategia mediática para el escándalo a medias, en la que Emilio Lozoya Austin, uno de los hombre de mayor confianza de Peña Nieto, ha sabido sortear sin ser aprehendido como su progenitora, para dar pauta al arranque del proceso iniciado en su contra.

Cual una más de las farsas a los que nos han acostumbrado los poderosos sexenales, uno de los tantos amos de la corrupción en PEMEX, sigue librándola, al tener detrás como abogado, al ex “fiscal de hierro”, el chiapaneco Javier Coello Trejo, considerado como jurista reconocido y caro por sus servicios, que se sabe todos los caminos derechos y torcidos de la ley para favorecer a sus clientes.

En el colmo de las prisas de encender hogueras, sin aún poner tras las rejas a Lozoya Austin, como responsable beneficiario en el escabroso caso Odebrecht, el Presidente de la República y sus huestes, abren un nuevo frente, ahora para enjuiciar a una de las mujeres más trascendentes en todos sentidos, en la vida política nacional, la “izquierdista” Rosario Robles Berlanga, con su “Estafa Maestra”, en la que está en juego el esclarecimiento de recursos federales en el anterior sexenio, por más de cinco mil millones de pesos, más lo que se acumulen en el proceso que se le sigue, ejercidos durante su paso por las Secretarías de Desarrollo Social (SEDESOL), y de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU).

Lo que en el fondo parecería una “dulce venganza” o “cobro de facturas” por afrentas recibidas en el pasado no distante, adquiere la dimensión que la autoría intelectual programa, al reactivar los reflectores de una lucha anticorrupción que no aterriza porque carece de pista, pues todavía no encuentra el camino, ni quienes la paguen con la obligada credibilidad que evite malos pensamientos de tipo visceral.

Rosario, por lo pronto, está en la cárcel femenina de Santa Martha Acatitla, al sur de la ciudad de México, en la misma que permaneció “castigada” por “traidora”, la lideresa magisterial Elba Esther Gordillo, donde permanecerá en principio por un período de dos meses, tiempo que el juez de la causa ha concedido a la Fiscalía General de la República, para que aporte las pruebas de sus acusaciones, que definirán su culpabilidad o en caso de no ser aceptadas como tal, su inmediata libertad.

Pero mientras tanto, el pan y circo, al acudir la polémica ex funcionaria, a la que pareciera le cobra el nuevo gobierno “deudas de honor”, desde los días en que mantenía una relación amorosa con el empresario argentino Carlos Ahumada, con quien involucró a colaboradores muy cercanos al ahora Primer Mandatario, siendo jefe de Gobierno de la capital del país, en actos de deshonestidad al difundir videos en los que recibían cantidades millonarias de sobornos (moches) a cambio de obra pública, que supuestamente irían a parar a las manos del del que sería abanderado Presidencial del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Severo golpe mediático que tendría como verdugo a Televisa, que difundiría con los tintes magnificados de impacto, tiempo después de que Robles Berlanga junto con Ahumada, se trasladara en un avión privado a La Habana, Cuba, para reunirse con el ex Presidente Carlos Salinas de Gortari, quien supuestamente daría la orden de dar a conocer las imágenes grabadas en el despacho del constructor argentino, en las que aparecía entregando múltiples fajos de dinero millonario a René Bejarano, secretario particular de López Obrador y a su jefe de Finanzas, Gustavo Ponce, lo mismo que a Carlos Imáz, delegado en Tlalpan.

Rosario pondría en jaque al gobierno de la “Honestidad Valiente”, de Andrés Manuel, cuyos efectos repercutieron negativamente en su primer intento de contender por la Presidencia de la República, que en 2006 asumiera Felipe de Jesús Calderón Hinojosa.

La también ex jefa de Gobierno de la capital del país, se incorporaría en 2012, en medio de críticas y descalificaciones de sus correligionarios “izquierdistas” y de los mismos priístas, al equipo de Enrique Peña Nieto, quien le otorgaría toda su confianza para ocupar dos Secretaría en el Gabinete Federal, de 2012 a 2018.

Nunca se imaginaría que en las elecciones del año pasado, el personaje al que había coadyuvado en la puesta de evidencia de la honradez de que tanto se jactaba, ganaría las elecciones en el primer domingo de 2018, que lo convertirían en titular del Poder Omnipotente en México.

La vida daría un vuelco terrible en quien a sus 63 años, al encontrarse de manera inesperada y por lo mismo sorpresiva, tras las rejas, al acudir aparentemente sin ningún temor, a una cita judicial por la tarde del lunes 12 de agosto, en la que sería sometida a un primer interrogatorio que se prolongaría por 11 horas.

Procedimiento legal comenzado en su contra por su posible responsabilidad en la llamada “Estafa Maestra”, hasta que el juez Felipe de Jesús Delgadillo Padierna, decidiera a las cuatro de la mañana con 56 minutos de este martes 13 de agosto, dictar prisión preventiva a la confiada ex funcionaria, causando en ella un impacto demoledor, lo mismo que a su abogado y familia.

Se vendrían abajo todos sus argumentos para convencer a la autoridad de que le permitiera continuar en libertad su proceso judicial, en la búsqueda de demostrar su inocencia. Diría: Entiendo el apetito del Ministerio Público después de que han querido procesar a varios que están sustraídos de la justicia”.

La respuesta oficial fue tajante en sentido contrario: “Se dicta auto de vinculación a proceso por el ejercicio indebido del servicio público por afectaciones ocasionadas por las omisiones en la Sedesol y Sedatu”. El fiscal sustentaría su decisión en que en este caso existe riego de fuga, ya que según los servicios de Inteligencia del Gobierno de la República, ahora con el nombre de “Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia (CENAPI)”, la ex secretaria tramitó una licencia de manejo con una dirección distinta a su supuesta residencia de los últimos 24 años en la alcaldía Coyoacán, lo que constituiría una falsedad en su domicilio.

Por lo mismo, Rosario Robles Berlanga, deberá enfrentar en los siguientes dos meses, el proceso en su contra por la presunta omisión por no informar a su superior, el Presidente Enrique Peña Nieto, como tampoco frenar las irregulares cometidas en la contratación por parte

de las dos Secretarías en su momento a su cargo, de Universidades, para realizar supuestos servicios que no tuvieron la debida comprobación.

De nada serviría la defensa que personalmente haría la ex funcionaria federal, para evitar la privación de su libertad, cuando subrayaría: “Me he presentado aquí absolutamente voluntario. Siempre he dado la cara. Siempre he vivido de mi trabajo, en la misma casa donde nació mi hija. Mi única cuenta bancaria y tarjetas de crédito están congeladas”.

“Soy una mujer de paz que jamás ha atentado contra nadie. No podría evadir la acción de la justicia. Aquí están mi hija, mis hermanas a mis espaldas. A las personas que han declarado no me les he acercado. Yo estoy aquí para defenderme, soy una mujer de paz, jamás he atentado contra nadie”, afirmaría.

Pero la decisión del juez estaba tomada desde antes de las cuatro de la tarde del lunes, en que Rosario arribó a su cita con la autoridad judicial, “con las faldas bien puestas”.

Pasadas las seis de la mañana, dos agentes de la Policía Federal, se acercaron a Robles Berlanga para realizar su aprehensión y trasladarla al penal femenil de Santa Marta, dándole oportunidad de que se despidiera de su hija Mariana, de sus hermanas y del abogado defensor.

Una de las estrellas del firmamento del ex Presidente Enrique Peña Nieto, y del mismo Andrés Manuel López Obrador, está en prisión. Aunque conforme a las formas en que se han desarrollado los acontecimientos en la 4ª Transformación, bastará con que el oriundo de Macuspana, haga lo que su dedito le diga o que recurra a una consulta a mano alzada, para determinar el futuro existencial de Rosario y le otorgue el perdón y olvido.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y Comunicadores por la Unidad A.C.

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