Por: Mario Ruiz Redondo
Cuando en septiembre de 1824, los habitantes de la Región Soconusco, se negaron a formar parte de México, lo hicieron conscientes de que Chiapas no tenía necesidad de sumarse y si en cambio constituirse como un país independiente y soberano.
Ante la posición de “desacato a la voluntad popular, que por Repúblicas centroamericanas, dada su vasta riqueza dispersa en los 74 mil kilómetros de su territorio.mayoría había decidido mediante el sufragio pertenecer a la nación mexicana”, provocaría en 1842, que el entonces Presidente Antonio López de Santa Anna, amenazara a los sublevados soconusquenses, que enviaría tropas para someterlos de mantener su actitud, por lo que sus habitantes se verían forzados a aceptar su incorporación a la nación azteca, dando fin a una rebeldía que se prolongaría 18 años.
Desde aquellos días, no obstante ser una de los territorios más ricos del país, como el resto de Chiapas, nunca ha podido salir de su atraso general, por el abandono oficial, tanto de los gobiernos estatal como federal, a pesar de ser el punto de contacto más importante con el mundo de la América Central.
Tapachula, la segunda ciudad más importante de la entidad y de la Frontera Sur, sigue siendo desde hace 177 años, un lugar clave de coincidencia tanto para la cultura del Istmo Latinoamericano, sino también de inmigrantes alemanes, chinos, japoneses, españoles, libaneses, italianos, franceses, que le ha permitido ser definida como una de las más cosmopolitas de México.
Por la vecindad, los prolongados ciclos de convulsión social por golpes militares, guerras civiles, guerrillas, su espacio geográfico ha sido el idóneo para la recepción de centroamericanos que al huir de la violencia e inseguridad, en un elevado porcentaje se han instalado de manera irregular, a veces temporal o definitiva en la periferia de la igualmente conocida como Perla de Chiapas, para formar un cinturón social marginal.
Estimación aproximada del columnista, de que en 2019, la gran urbe chiapaneca es el hábitat de por lo menos un poco más de un millón de seres humanos, de los cuales un 40 por ciento son de ascendencia guatemalteca, hondureña, salvadoreña y nicaragüense.
Un cifra que por supuesto no coincide con su evaluación censal de 2015, efectuada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que apenas considera 348 mil 556 habitantes, y al estado una población de cinco millones 217 mil 908.
Frontera Sur hospitalaria, que a finales del siglo XIX diera cabida a grupos de inversionistas alemanes, que convertirían las tierras altas en fuente de riqueza y empleo, al establecer el cultivo del café, que tendría su época de oro en la década de los años 70, junto con los productores de Veracruz, cuyas exportaciones representarían las principales divisas para el país, antes del auge petrolero.
La producción de Soconusco, sería calificada como la mejor del país. Fue tal el éxito de la demanda en el exterior de las semillas de la aromática bebida, que sus precios se cotizarían en las bolsas de valores de Londres y Nueva York, donde el Instituto Mexicano del Café, bajo la dirección de Fausto Cantú Peña, en el gobierno del Presidente Luis Echeverría Alvarez, mantenía oficinas de negocios.
Tiempos de mediados de siglo en que se daría el éxito de las plantaciones de algodón en más de 40 mil hectáreas, que fortalecerían la economía de Soconusco, para hacer de Tapachula la capital económica de Chiapas, diversificada con actividades agrícolas de alto rendimiento, junto con el cacao, plátano, maíz y frijol, entre otros.
Contar con el ferrocarril de la Costa para enlazarse y comercializar sus productos con el resto del país y Europa, sería fundamental para el desarrollo y progreso de la Zona. La construcción de la red de 25 mil kilómetros que comunicaría al país, se prolongaría a Tapachula, hasta 1908, por disposición del Presidente Porfirio Díaz.
El Presidente Luis Echeverría Alvarez, sería un gran impulsor de la Región, al construir Puerto Madero, hoy Puerto Chiapas, lo cual facilitaría la exportación de la producción agrícola, así como la creación de una base naval para la salvaguarda del mar territorial y patrimonial de México.
Pero el problema principal de la población de Soconusco y sobre todo de sus jóvenes, sigue siendo la falta de fuentes de trabajo es la inexistencia de industrias o empresas donde puedan poner en práctica los conocimientos aprendidos en las aulas, por lo que la fuga de cerebros es actualmente una constante, más aún con la proliferación de instituciones educativas que anualmente egresan generaciones desvinculadas con la realidad.
Hoy, los más de dos millones de habitantes de la Frontera Sur de las Regiones Costa-Soconusco, enfrenta una crisis de toda índole sin precedente, la cual se agrava cada vez más por la apatía oficial, al desaparecer los precios de garantía en la producción agrícola, aunado a los créditos y estímulos financieros para los cultivos que durante décadas dieron brillo propio a la economía local.
El desplome de los precios internacionales del café, junto con la cancelación del respaldo gubernamental a los empresarios privados y ejidales de café, mantiene hoy en situación de sobrevivencia por el desplome de la producción debido a plagas provenientes de Centroamérica ,a la mayoría de las plantaciones que hace más de 40 años dieron prestigio internacional y divisas a México.
Un abandono demasiado prolongado que no se justifica, y que se repite en los cultivos de cacao, severamente afectados por enfermedades predominantes en los sembradíos de Guatemala, causando graves estragos en la economía, al desplomarse su producción y exportación al mercado europeo.
Tampoco subsisten los espacios algodoneros que arrasaron con la selva tropical, al ser sustituido el llamado “oro blanco”, por las fibras sintéticas. Devastación que gradualmente sería restaurada con la siembra de miles de hectáreas de mango “Ataulfo”, una variedad creada en Tapachula, que provocaría el choque de intereses al propiciarse una sobreproducción, al expandirse a otras entidades en una competencia desleal, además de la piratería de su marca en la Unión Americana, dando margen a la saturación tanto el mercado nacional como estadounidense, propiciando un desplome de sus precios.
Caída del cultivo de plátano, dañado por plagas fuera de control en la vecindad guatemalteca, que orilla a los empresarios a recurrir al contrabando para cumplir con sus compromisos dentro y fuera del país.
Desesperación de pequeños y medianos productores agrícolas, por la suspensión de casi siete meses de los apoyos federales, vía el denominado programa Procampo, que aunque insuficientes han significado un paliativo, para enfrentar la actual crisis que no permite repuntar la producción alimentaria, que incluye a una ganadería decadente.
Actividad comercial local, que también ha dado sustento a la vida económica de la Frontera Sur, que coincidentemente en el final de la segunda década del siglo XXI, enfrenta desequilibrios financieros que ponen en riesgo la permanencia del inversionista local, debido a la competencia apabullante de los grandes centros comerciales transnacionales y foráneos, que si bien es cierto generan empleos para la población, éstos son pocos con el agregado de que son bajos y demasiado rotatorios, pero que ante la necesidad de los interesados se aceptan incondicionalmente.
Las Corporaciones estadounidenses Wal-Mart, Bodega Aurrera, Sam´s y Home Depot, dominan ahora el comercio fronterizo, en tanto la japonesa Yazaki Arnecom S.A. de CV, ha establecido dos plantas maquiladoras de partes eléctricas para automotores, con pagos semanales de 980 pesos por 10 horas de trabajo y media hora para consumir alimentos, en dos turnos de 7 de la mañana a cinco de la tarde y de nueve de la noche a la seis de la mañana. Sin respetar el pago de horario nocturno y sin oportunidad de sentarse para realizar su trabajo.
Todo un sistema de ventas en la que tienen injerencia las empresas de capital mexicano, Soriana y Chedraui. El comprador guatemalteco diariamente adquiere mercancías con los precios a su favor, pues un quetzal tiene valor de dos pesos 50 centavos.
Una situación para el empresario local no solamente desventajosa por los precios de los productos que adquieren en grandes volúmenes, sino igualmente por los cuantiosos incentivos fiscales que reciben del Gobierno Federal tanto el inversionista extranjero como foráneo, que no se conceden al chiapaneco.
Una crisis que se agrava peligrosamente, al dar paso a un mayor desempleo de la mano de obra local, que recibe la puntilla por el incremento de la inseguridad al intensificarse la presencia y actividad delictiva de los pandilleros de las bandas “maras” salvatrucha 13 y barrio 18, que lo mismo asaltan violentamente y saquean los negocios por todos los rumbos de la ciudad, provocando el cierre de los mismos.
Desaparición sin mayor explicación en fecha reciente, del proyecto de la Zona Económica Especial de Puerto Chiapas, que se auguraba sería el despegue definitivo de la Región, al instalarse en un espacio de poco más de 500 hectáreas, industrias maquiladoras y de transformación de los productos agrícolas de Soconusco para su exportación.
Argumentación para la cancelación de la mayor opción ofertada hasta ahora por una Administración Federal, de la creación de fuentes de trabajo que permitirían la oportunidad del trabajo a miles de jóvenes y adultos que sobreviven en la economía informal del ambulantaje.
Decepción por el trato desigual de la Federación a la Frontera Sur, con respecto a los subsidios que se han concedido a los estados de la Frontera Norte, en los precios de combustibles y menor cobro del Impuesto al Valor Agregado, por citar algunos, así como el perdón de la deuda de más de 11 mil millones de pesos a los usuarios
de la Comisión Federal de Electricidad en Tabasco, a pesar de que Chiapas contribuye en la producción del fluido eléctrico, con cuatro de las más grandes hidroeléctricas del país.
Nubarrones de inquietud social que se acrecientan y extreman con tintes de desestabilización en la Región Soconusco, con las prolongadas avalanchas de las “caravanas del hambre”, que han traído consigo a grupos de la delincuencia organizada internacional, que han impuesto su ley en el narcomenudeo y la prostitución, sembrando violencia y crimen.
Arriba hoy de nueva cuenta el Presidente Andrés Manuel López Obrador a Tapachula, capital de la Frontera Sur, para reunirse con su homólogo de El Salvador, Nayib Armando Bukele Ortez, con quien tratará la encomienda del todopoderoso Donald Trump, de activar en los países del “Triángulo del Norte o de la Muerte” de Centroamérica, el Programa de Desarrollo Integral para Centroamérica.
Desde ahora se puede adelantar, que en la medida en que el gobierno de Donald Trump no se comprometa en la realización de este enésimo proyecto –no olvidar el fracasado Plan Puebla Panamá-, que tiene como meta recobrar la paz social, mediante la supuesta inversión generadora de empleos en Honduras, El Salvador y Guatemala, todo será en vano y se podrá concluir, que la idea forma parte de su campaña presidencial reeleccionista.
La Región Soconusco va mal, Presidente Andrés Manuel López Obrador. El haber cancelado el principal proyecto productivo del sexenio anterior para este importante territorio, mantiene en la decepción a los chiapanecos, que esperan escuchar con carácter de urgente, cuál es la opción que ofrecerá para sacar de esta grave crisis a la siempre abandonada Frontera Sur de México.
Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.
Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y Comunicadores por la Unidad A.C.