Por: Mario Ruiz Redondo
Miles de mujeres chiapanecas de los municipios fronterizos con Guatemala, así como de las provenientes del “Triángulo de la Muerte” (Honduras, Guatemala y El Salvador), son engañadas por la Secretarías de Salud estatal y federal, al realizar campañas de “detección oportuna” del cáncer cervicouterino y mamario, mediante realización de “estudios” (mastografías y Papanicolau), que en su mayor parte nunca se entregan resultados, lo cual repercute en un incremento de la mortalidad femenina.
Tan grave es el problema del cáncer cervicouterino, que Tapachula y la Región Soconusco ocupan el primer lugar estatal, y como estado, Chiapas en la primera posición nacional, ahora disputada por Veracruz.
Y lo más absurdo por parte de la SSA, es el desmantelamiento de la única Clínica de la Mujer en Tapachula, para crear una “nueva” en la ciudad de Huixtla, distante 45 kilómetros tierra adentro de la Costa, despojando a la institución de la segunda ciudad del estado, de equipos altamente sofisticados con tecnología de punta, además de su personal especializado, con resultados altamente negativos para las mujeres en riesgo de cáncer o de aquellas que ya lo padecen, y ahora no tienen la atención óptima que se les brindaba.
Una institución creada en 2011, que a partir de 2013, al mando de la doctora Sahara Berta Rodríguez Carrillo, se convertiría en la columna vertebral del Programa de Cáncer Cervicouterino y de Mama, de la Jurisdicción Sanitaria VII, que incluye los municipios de Tapachula, Unión Juárez, Cacahoatán, Tuxtla Chico, Suchiate, Metapa, Frontera Hidalgo, Mazatán, Huehuetán, Tuzantán, Huixtla, Villa Comaltitlan, Acapetahua, Acacoyagua, Escuintla y Mapastepec.
En 2015 y hasta 2017, en que ocurre el saqueo cometido en su contra, la Clínica de la Mujer de Tapachula, atendía anualmente 10 mil citologías (muestras), tomadas en las 114 Unidades Médicas de los 16 municipios de la Jurisdicción, al contar con todos los equipos necesarios para realizar los estudios y atención de los pacientes positivos.
Una vez evaluados por los especialistas de la Clínica especializada, los casos positivos eran tratados por los médicos especialistas y en caso necesario, a las instancias hospitalarias de segundo y tercer nivel, como son el Centro Estatal de Cancerología (Cecan) del Hospital Regional, además de Ciudad Salud.
Vendría la debacle con la llegada en 2016, de la nueva coordinadora jurisdiccional, Verónica Villatorio, que implementaría la sustitución de la Clínica de la Mujer de Tapachula por la de Huixtla, que prácticamente implicaría su desaparición, al cancelar su infraestructura de equipos y especialistas, demostrando su menosprecio e ignorancia del grave problema del cáncer cervicouterino y mamario, en los municipios limítrofes con Guatemala, que registran la mayor incidencia.
Las tasas más altas de casos de cáncer femenino se ubican desde una década atrás en esta Región de Soconusco, hoy agravada por la creciente migración que trae consigo un número elevado de personas infectadas por el Virus del Papiloma Humano (VPH), factor determinante en la proliferación de la enfermedad, debido a la promiscuidad sexual de los extranjeros y sus contactos con la población local.
Una coyuntura de relaciones sexuales tempranas y abiertas, que induce mayores complicaciones de los dos tipos de cáncer, entre las mujeres jóvenes, aunado a factores como la contaminación generada por substancias químicas prohibidas en el combate a las plagas en las diversas plantaciones agrícolas.
Quienes aún laboran en la Clínica de la Mujer, han denunciado esta situación a la Comisiones Nacional y Estatal de Derechos Humanos, pero hasta ahora se han abstenido de intervenir, no obstante que se trata de una acción oficial de la SSA, que atenta contra el derecho universal, garantizado por organismos internacionales, de los cuales México es participante, de atención a todo ser humano con problemas de salud, que incluyen también el Virus de Inmunodeficiencia (VIH), causante del SIDA, el cual, por cierto tiene un registro alto que ubica a esta Frontera Sur, como una de las Regiones de mayor índice de casos en el país.
Solicitud de ayuda para frenar las arbitrariedades de funcionarios menores e ignorantes, a la Corte Interamericana de Derechos Humanos y a la misma Organización Mundial de la Salud y a la Oficina Panamericana de la Salud, que pongan un alto a este genocidio por el abuso de autoridades incompetentes en el estado de Chiapas.
Llamado al gobernador Rutilio Escandón Cadenas, para que escuche a quienes, hasta con dinero de su bolsa y donaciones económicas de particulares, hacen posible la atención de pacientes con cáncer femenino, desesperados por la burocracia que caracteriza al Centro Estatal Cancerología, y al nuevo Hospital General Regional a cargo del médico-político Essau Guzmán, que tardan demasiado en conceder consulta a una paciente, lapso de tiempo en que muchas incluso mueren por la irreversible enfermedad.
Acoso llevado a los extremos para el aniquilamiento total de la Clínica de la Mujer de Tapachula, la ciudad más importante de la Frontera Sur, ante la cancelación de todos los apoyos para la compra de materiales necesarios, lo que obliga a las pacientes a comprar de sus raquíticos recursos, parte de lo necesario para realizar la prueba de Papanicolau, el examen para detectar el cáncer de cuello uterino, en la matriz.
El caso reciente de una joven madre guatemalteca de 23 años, que llegó a la institución a pedir ayuda, porque en ambas instituciones se habían negado a atenderla. Ante la cancelación de los médicos especialistas, las enfermeras especializadas del turno la atenderían de inmediato y evaluarla, dada su condición de gravedad, pues sangraba.
Aplicarían el protocolo de solicitud de apoyo urgente a Ciudad Salud (tercer nivel de atención), que fue aceptada, dentro del Programa de Seguro Popular, que aplica tanto a mujeres mexicanas como migrantes de otros países.
Fue en 2011, cuando se creó por disposición federal una Red de Clínicas de la Mujer las ciudades más estratégicas de la entidad. Se construyeron instalaciones idóneas e independientes, con equipos millonarios de última generación tecnológica, que llegaron a ser considerados como los más modernos del Sureste y del país.
Tuxtla Gutiérrez sería beneficiada con dos modernas instalaciones en colonias populares, en días de la administración de Jaime Valls Esponda, que por cierto el columnista tuvo oportunidad de conocer a invitación del entonces alcalde, luego rector de la Universidad estatal, y hoy dirigente de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES).
Presupuesto sobrado para la realización de ambas instalaciones, edificadas ex profeso para brindar atención preventiva y de referencia a los segundos y tercer niveles de atención médica y hospitalaria, una vez confirmados los casos de la penosa y mortal enfermedad. Mastógrafos y todos los demás equipos necesarios para el cumplimiento de objetivos, con pleno respeto al pudor de las mujeres.
Pero no obstante ser Tapachula el punto de mayor incidencia, se convertiría por enésima vez de un gobierno estatal y federal, en el “patito feo”, al ser desviado el recurso presupuestal que permitiría la construcción en un espacio idóneo, aledaño al Hospital General Regional (HGR).
Las autoridades de la SSA estatal adecuarían una área del nosocomio, para “crear” la nueva Clínica de la Mujer en Tapachula, restándole de inmediato y en automático, la independencia obligada para un trabajo coordinado y no dependiente.
A diferencia de Tuxtla Gutiérrez, en que se edificaron dos Clínicas, Tapachula fue “parchada” como un remedo de institución, en calidad de arrimada a un nosocomio general y no específico como se supone era la idea de los genios que siempre han estado en la Secretaría de Salud federal, encabezada actualmente por Jorge Alcocer Varela.
Y por si hacía falta más abuso, todas las facturas de los costosos equipos adquiridos en la ciudad de México, saldrían a nombre de la institución hospitalaria y no de la Clínica, convirtiéndola en un simple cascarón subordinada hoy a los caprichos tanto del secretario de Salud estatal, el tabasqueño José Manuel Cruz Castellanos, del jefe de la Jurisdicción sanitaria VII y del director en turno de la instancia HGR.
Aún así, desde hace seis años, la doctora Rodríguez Carrillo y su equipo cumplieron con sus metas, a pesar de la irregularidad violatoria del proyecto original de crear una institución con instalaciones propias y no compartidas, ya de por sí complicadas por el hecho de que las Unidades Médicas, no cumplían con los controles de calidad de las muestras, que en buen número de casos adelantaban que eran negativas y finalmente resultaban positivas.
Vendría finalmente el caos, en el seguimiento de la problemática de mujeres potencialmente o enfermas de cáncer, frente a las acciones represivas de los mandos estatal y jurisdiccionales de la SSA.
Hasta antes del inicio del desmantelamiento de la Clínica de la Mujer de Tapachula, junto con el Hospital General Regional, mantenían la Certificación Federal para atender a pacientes con cáncer cervicouterino.
Una evaluación de resultados a finales de 2017 y principios de 2018, en la que se detectaron los efectos por demás negativos del traslado arbitrario de personal médico, de enfermería y equipos especializados, a Huixtla, que provocaría el desplome de la atención y la pérdida del reconocimiento, el cual sería transferido al Hospital de Especialidades de Tercer Nivel de Ciudad Salud.
La Clínica de la Mujer, en la también conocida como Ciudad de la Piedra, fue inaugurada en abril de 2017, como muchas otras instancias de servicios de salud por el gobernador Manuel Velasco Coello, con equipamiento y personal prestado.
Se había pronosticado
que el nuevo centro de atención no cubriría en ningún momento la demanda de servicios, además de que resultaba por demás excesivo el gasto de traslado, que las pacientes de escasos recursos de los municipios fronterizos, tendrían que hacer para realizar los exámenes de Papanicolau y de Mama.
La Clínica de la Mujer de Tapachula, sobrevive pese a tener todo el absurdo poder y prepotencia de la Jurisdicción Sanitaria VII en contra y del mismo titular de la SSA, contando con el apoyo de Ciudad Salud, como instancia federal, lo cual ha molestado a los empleados estatales, molestos porque los casos no son enviados al nuevo Hospital General regional, inaugurado por el entonces Presidente Enrique Peña Nieto, el 17 de agosto de 2018, a pesar de no estar completamente equipado.
Negativa del personal de lo que queda de la institución, sustentada en que el nosocomio de la SSA estatal, autoriza consultas sin valorar la gravedad de los casos, en su área de Ginecología, donde a pesar de tener modernas instalaciones, se carece del equipo de Colposcopía, para atender preventivamente a pacientes con lesiones precancerosas.
La última agresión ocurriría el pasado jueves 9 de mayo, cuando personal de la Jurisdicción arribó a las instalaciones de la Clínica para tratar de cerrarla con cadenas y candados, lo cual fue evitado por las enfermeras y la directora, además del líder sindical, Manuel Vázquez López, del SNTSSA, que hicieron un frente común para defender a la institución dedicada a servir a la mujer y que ahora es víctima de la represión oficial. Vendría la amenaza de que esta semana volverán para cumplir con su propósito por demás fuera de lugar.
Es tiempo, de que el gobernador Rutilio Escandón Cadenas, cancele de una vez por todas esta irracionalidad, que provoca un genocidio en la Frontera Sur.
Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.
Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y Comunicadores por la Unidad A.C.