jueves, marzo 28, 2024

EN REDONDO: Completa Guardia Nacional, militarización del país

Por: Mario Ruiz Redondo

Cuando hasta hace tres meses se veía la conformación de la Guardia Nacional como un proyecto distante de concretar en México, de pronto todo el proceso para su creación se violentaría y en cuestión de menos de cuatro semanas, surge la nueva institución con un total inicial de 70 mil elementos militares, cuya misión principal en las 150 Regiones del territorio nacional donde ya opera, será la de contener y asegurar a cientos de miles de migrantes extranjeros que se han internado en el país desde hace ocho meses y medio, además de combatir a la delincuencia organizada.

En la Frontera Sur, sus tareas de apoyo a los agentes del Instituto Nacional de Migración, darían comienzo hace tres semanas de manera emergente, luego de anunciarse el compromiso del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, de frenar el tránsito de indocumentados procedentes de Centroamérica, en ruta y con destino final en los Estados Unidos.

Actividad más dinámica de los marinos y soldados habilitados como GN, desde las diversas Regiones Militares-Navales de las Secretarías de la Defensa y Marina en el país, así como del Cuarto Regimiento de Caballería Motorizada y de la XIV Zona Naval, de Tapachula y Puerto Chiapas, coordinadas con las Policías Federal, Estatales, y Municipales, además de la Gendarmería Nacional, para convertirse en un muro humano-armado.

Sin embargo, tal medida en ningún momento impediría el paso de la mayoría de hondureños, guatemaltecos, salvadoreños, cubanos, haitianos y africanos de Congo, Sierra Leona y Camerún, entre otros, así como de otras nacionalidades que siguen incursionando por la línea fronteriza imaginaria que comprenden los 654 kilómetros de la colindancia chiapaneca con la vecina república chapina.

En menos de un mes, la aplicación de una radical ofensiva anti migratoria del Gobierno de México, sin precedente, como resultado del compromiso pactado en Washington por el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaoubon, con representantes del Presidente Donald Trump, quienes darían a conocer la posposición de las severas sanciones arancelarias para exportaciones mexicanas a la Unión Americana, programadas para el 10 de junio, en respuesta a la propuesta de enviar a Chiapas, Tabasco y Campeche, seis mil efectivos de la Guardia Nacional para frenar la migración hacia Estados Unidos.

Una nueva situación que ha puesto en alerta a los traficantes de seres humanos, que han empezado a utilizar nuevas rutas de acceso, para burlar la “férrea” vigilancia establecida por las autoridades federales, la cual se ha visto reflejada en la intercepción y rescate tierra adentro (Oaxaca y Veracruz), de cientos de niños y adultos, que viajaban hacinados en trailers y camiones “tortón”, con peligro de morir de asfixia.

Versión que en la primera semana de julio no se concreta, del envío de un total de ocho mil militares camuflajeados como “civiles” de una Guardia Nacional que en principio portaría uniformes del Ejército y Armada, además de vehículos verde olivo con el lema de “Policía Militar”, que con “nueva cara” han salido a las calles del país, para también combatir a la delincuencia organizada.

Demasiada prisa que lleva a la improvisación, en la formalización y entrada en vigencia de la nueva Corporación de Seguridad Nacional, con mando castrense, que obliga al Primer Mandatario a asumir el control de su realización, para cumplir su compromiso con su homólogo estadounidense, por lo que cancelaría su participación en la Reunión del G-20, integrado por las 20 economías más importantes del mundo, entre las que figura México, enviando en su representación, en un acto poco respetuoso del protocolo internacional y de los Jefes de Estado asistentes, al canciller Ebrard Casaoubon.

Había que caminar rápido, al vapor en arranque del instrumento militar anti migratorio para complacer a La Casa Blanca, hasta llegar al domingo 30 de junio, en que López Obrador presidiría en el Campo Marte, de la Secretaría de la Defensa Nacional, en la capital del país, la ceremonia de toma de protesta de contingentes representativos, a los que planteó la necesidad “de que logremos la paz, la tranquilidad. Y de ustedes va a depender mucho, porque ustedes son el alma de esta institución”.

En su mensaje, el Jefe de la Nación afirmaría que, “si bien el país marcha por una ruta adecuada y con rumbo seguro por el buen manejo de la economía y por el programa de bienestar más importante que se haya realizado en la historia de México en beneficio de nuestro pueblo, aún queda pendiente dar solución al grave problema de la inseguridad y de la violencia en el país. Hoy que contamos con el marco legal correspondiente”.

Vendría la exigencia: “Primero. Que actúen con honradez, con honestidad, que piensen que es mejor, mucho mejor heredar a los hijos pobreza que deshonra. No va a haber sueldos elevados para los altos funcionarios públicos y sueldos raquíticos para quienes llevan a cabo labores fundamentales que tienen que ver con la paz y la tranquilidad de nuestro pueblo. Ese es un compromiso: buenos sueldos y buenas prestaciones. Debemos actuar respetando derechos humanos, no se trata de reprimir a nuestro pueblo”.

El segundo ordenamiento: “Actúen con dedicación, con trabajo, que se comprometan a no permitir que haya inseguridad y violencia, que se apliquen a fondo, de manera profesional. Nada de sólo cumplir con las formas, de simular, sino que trabajen de manera consciente en favor de nuestro pueblo.”

Y la petición: “No olviden que del trabajo de ustedes va a depender mucho el que llevemos a cabo entre todos los mexicanos la Cuarta Transformación de la vida pública de México. Que formen parte, que sean actores principales de esta transformación. Vamos adelante.”

Demandó a los militares que conforman la Guardia Nacional: “Por ello, además de la lealtad que siempre ha caracterizado a las Fuerzas Armadas, será necesario tomar en cuenta otro principio fundamental para el bien de la nación. Tenemos que actuar respetando los derechos humanos con el uso moderado de la fuerza, que no se trata de avasallar, de masacrar, de reprimir a nuestro pueblo.”

Todo el poder para completar la militarización de México, con una GN conformada por soldados y marinos y un mando principal del Ejército, el general de brigada Luis Rodríguez Bucio, quien tiene la encomienda de ampliar la cobertura de 150 a 266 Regiones, con un total de 150 mil elementos en todo el territorio nacional.

No obstante la opinión de la mayoría en el país, de que el comandante fuese un civil con experiencia en la materia, la posición del Presidente López Obrador y su mayoría en el Poder Legislativo, representada por su Partido Movimiento de Renovación Nacional (Morena), se impondría al designar a un militar de origen michoacano, experto en tareas de Inteligencia y lucha contra el narcotráfico, además de un doctorado en Defensa y Seguridad Nacional y ex responsable de las actividades logísticas durante las giras y eventos especiales, como miembro del Estado Mayor Presidencial, en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari.

Vasta experiencia reconocida, que le permite operar en Chiapas con días de antelación a la toma de protesta, para tomar control absoluto de la nueva política migratoria del Gobierno de México, mediante la subordinación total del Instituto Nacional de Migración en la Frontera Sur y de todas las instituciones participantes en la ofensiva anti extranjeros ilegales.

El jueves 27 de junio, en la Delegación estatal del INM se daría la consigna de sus oficinas centrales, dependientes de la Secretaría de Gobernación a cargo de la jurista Olga Sánchez Cordero, de sometimiento absoluto al Ejército.

Una grabación en poder del columnista, permite conocer el mensaje: “Muy buenas tardes. Quiero comentarles que el día de hoy estamos teniendo una situación un poco especial con aquellos que han sido seleccionados para estar apoyando a la Guardia Nacional.

“Nadie, ni un mando medio, nadie ni mucho menos la delegada, pueden tomar decisiones unilaterales. Ahora formamos parte en cuestión de seguridad, a través de la Guardia Nacional. Nadie se mueve de sus puntos si no es a través de una instrucción o del conocimiento de la Guardia Nacional.

“Ahora bien, las personas que están en los puntos definidos por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, si no está el vehículo y no hay condiciones, primero que sea a través del general que está como responsable de la Guardia Nacional en donde se encuentran ubicados. Si no es así con nombre y apellido, el general que está a cargo de la Zona, nadie se mueve y principalmente si no hay una instrucción por parte de la delegada, pero sobre todo por el general que está instruido por parte del Presidente de la República.

“Así que por favor no se tomen atribuciones que no les corresponden, porque se tomarán medidas. Se les dijo desde un inicio y desde hace varios días. Esto cambió y nosotros estamos bajo las instrucciones y supervisión de la Guardia Nacional”.

Palabras que confirman la subordinación total de la autoridad civil a la militar, para cumplir con el compromiso del Gobierno de México con el de Estados Unidos, de poner un alto en 45 días, a partir del 10 de junio, a la incursión en territorio nacional, de miles de migrantes, que ansían llegar a la Unión Americana.

Despliegue impresionante en los puntos de contacto oficial de las garitas de Ciudad Hidalgo y Talismán, junto con patrullajes por la ribera poniente del río Suchiate de los efectivos armados con rifles de alto poder, de la Guardia Nacional, en la cercanía de los primeros 30 días del compromiso pactado con el Presidente Donald Trump, en campaña para su reelección por otros cuatro años, abanderada por sus odios contra los inmigrantes, olvidando que sus padres lo fueron.

En la primera semana de julio, como nunca

antes había ocurrido, ha dado comienzo una cacería de extranjeros indocumentados, encabezada por elementos de la Guardia Nacional, que realiza día y noche visitas sorpresas a hoteles, moteles, casas de huéspedes y viviendas particulares, donde se ubican migrantes de diferentes nacionalidades, asegurándolos para trasladarlos al Centro de Atención Migratoria Siglo XXI y a otros albergues resguardados, en calidad de detenidos por su condición de ilegales.

Nada los detiene, ni los llantos de los menores de edad y jóvenes al ver sometidos a sus padres, por la fuerza de los soldados y marinos de la GN, que actúan obedeciendo órdenes, que acatan aplicando la ley.

Recorridos nocturnos por las calles céntricas de la urbe de más de un millón de habitantes, donde pernoctan dormidos sobre las banquetas, sobre todo aquellos centroamericanos de escasos recursos, que con el llanto en los ojos piden piedad a los nuevos guardianes del orden.

De manera simultánea, los desplazamientos terrestres bajo el sistema de deportación de guatemaltecos, hondureños y salvadoreños, mientras los cubanos y haitianos empiezan a ser enviados por la vía aérea a sus países en el Caribe, para descongestionar los centros de reclusión en Tapachula.

Ya en el morral del olvido, el trato hospitalario ordenado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, al someterse a los poderosos intereses representados por su homólogo Donald Trump.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y Comunicadores por la Unidad A.C.

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