miércoles, abril 24, 2024

EN REDONDO: Chiapas, arrinconan a los priístas

Por: Mario Ruiz Redondo

Pareciera que la puntilla está cerca para el PRI en Chiapas. La inamovilidad de su candidato Roberto Albores Gleason a la gubernatura, desespera a los militantes que en toda la geografía estatal, observan como los espacios son llenados por los seguidores de los hasta hace poco aliados, convertidos ahora en importantes enemigos políticos.

Caída antes de la contienda y comicios del 1 de julio, del principal bastión absoluto del Partido Revolucionario Institucional en la entidad y principal ciudad de la Frontera Sur, Tapachula, controlada en su Alcaldía y diputación federal.

Giro radicalmente negativo desde las alturas, para los aspirantes tricolores con mayor arraigo popular, comprobado por las encuestas previas que los hacían favoritos, de Ezequiel Orduña Morga a la Presidencia Municipal y de Neftalí del Toro Guzmán, a la curul del Distrito XII, en el Palacio de San Lázaro de la ciudad de México.

Ante la sorpresa de sus correligionarios que tenían todo preparado los lanzamientos de este par de auténticos y probados militantes del PRI, para hacerlos ganar en el proceso electoral, ninguno de los dos participa por instrucciones superiores y con ello absurdamente dando paso a opciones diferentes al priísmo.

En el caso del popular “Cheque” Orduña, se asegura en círculos de primer nivel, que su no participación obedeció a la poderosa influencia que posee todavía el ex gobernador Juan Sabines Guerrero, para impedir la designación de quien en 2007 hubiese derrotado a su favorito.

Hombre de rencores, que nunca le perdonó a Ezequiel el haberlo puesto en ridículo con todo el poder de gobernante estatal, por lo que juró que llegaría el momento en que se la cobraría. Y llegó en 2018, seis años de haber concluido su mandato y posteriormente ser designado cónsul de México en Orlando, Florida, desde donde consumó su venganza.

Llama la atención que en lo concerniente a Neftalí del Toro, que desde finales de noviembre, su nombre figurara en la lista oficial del comité ejecutivo nacional priísta, en la que aparecía en la lista final, como firme candidato a la diputación.

Silencio total tanto de las dirigencias nacional como estatal, en donde Enrique Ochoa Reza y Julián Nazar Morales, que han realizado concertacesiones, que permitirán que dos integrantes del PVEM, el diputado federal con licencia, Enrique Zamora Morlet y el diputado local con permiso, Carlos Penagos Vargas, abanderen la causa PRI-PVEM-PANAL, en las Presidencias Municipales, tanto en Tapachula como en Tuxtla Gutiérrez.

En la antigua Perla de Soconusco, el contrincante principal será el candidato de Morena, Oscar Gurría Penagos, que de ser un desconocido saltó a la fama local, al ser aspirante de Morena a la Alcaldía, apoyado por el alcalde priísta saliente Samuel Chacón Morales, en contra del ungido tricolor Neftalí del Toro Guzmán, quien ganaría finalmente por un margen de votos no muy grande.

Chacón Morales lograría triunfar en su propósito de ser diputado federal por el XII Distrito electoral y ahora para confirmar sus vínculos estrechos con Gurría, contenderá por Morena, para una diputación local.

Gurría Penagos buscará por segunda vez ser edil, irrespetando la encuesta local ordenada por Andrés Manuel López Obrador, que daría como favorita a Sarita Moisés. Aún así, “el peje” daría marcha atrás, para dar como premio de consolación a Oscar, luego de que no fue elegido como candidato a gobernador, al ser derrotado por Rutilio Escandón Cadenas.

Ya todo estaba listo para que fuese el elegido para contender por una curul en el Senado de la República, cuando el López Obrador optó por los ex del PVEM, Eduardo Ramírez Aguilar y Sasil De León. Por ello, como premio final de consolación se le da la instrucción de dar la batalla en Tapachula, pisoteando las voluntades de militantes que optaron por Cerdio.

En la capital Tuxtla Gutiérrez, la perspectiva no está fácil para el verde Penagos Vargas, una vez que de última hora el veterano Francisco “Paco” Rojas, decidió inscribirse como aspirante, en la búsqueda de la Alcaldía, con lo cual José Antonio Aguilar Bodegas, tendrá un excelente aliado como abanderado de la causa de los Partidos Acción Nacional, de la Revolución Democrática y de Movimiento Ciudadano.

Carlos Morales Vázquez, otro de los personajes con amplia trayectoria en la vida política, ex miembro del gabinete estatal actual, será el defensor de la causa de los Partidos Morena, del Trabajo y Encuentro Social, en alianza con Rutilio Escandón Cadenas, el candidato a la gubernatura.

Movimientos y transformaciones de siglas y colores, cual camaleones en la política chiapaneca, que como pocas veces se ha enturbiado en la defensa de tendencias personales o de grupo.

Todo lo que ayer era verde en Chiapas, hoy se ha convertido en un tono café. La desbandada es evidente y habla por sí sola del abandono al ex aliado priísta que los llevó de la mano al poder en 2012 y en 2015.

Sí, los que fueron candidatos del Partido Verde Ecologista de México hace seis y tres años, hoy navegan con la bandera del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), en el afán de tratar de vulnerar al Partido Revolucionario Institucional.

Es la reducida estructura que apenas logró crear el instituto del tucán, que en desbandada y siguiendo la instrucción de quien fuera su líder estatal y del Congreso, que personalmente en cada municipio del estado hace la encomienda, levantando el brazo de los nuevos aspirantes a alcaldes, así como a diputados locales y federales, dejando botados siglas y color.

Ahí está en todas las fotos, Eduardo Ramírez Aguilar, en su calidad de ex líder del PVEM y Congreso chiapaneco, con su nueva investidura de fiel seguidor y entregado totalmente a la causa de Andrés Manuel López Obrador, dirigente omnipotente de Morena.

No hace mucho todavía, quien aspirara a ser candidato del Verde a la gubernatura, utilizaba las tribunas que le ofrecían los mítines, para tachar de mentiroso al “peje”, en respuesta a sus críticas a la administración saliente, de la que fue secretario general de Gobierno.

Hay euforia de los círculos cercanos al ex dirigente cameral estatal, que no dudan en aceptar la invitación a sumarse a la nueva causa, como candidatos a alcaldes de Morena-PT-ES, en los 122 municipios y a las 40 curules en el Congreso local (24 de mayoría relativa y 16 plurinominales).

Una metamorfosis de una incipiente clase política, la mayoría de ex priístas que se pasaron a las filas del verde en 2012 y 2015 y ahora son “morenos de corazón”, que hablarán en sus discursos de “amor y paz”, siguiendo el ejemplo de su pastor adventista López Obrador.

Gran fiesta en la que todos están sedientos de poder, pues muchos lo probaron como ediles hace seis años y disfrutaron de los excelentes “moches” obtenidos por la obra pública municipal.

Pero se olvidaron en la cúpula del PVEM, de crear una sólida estructura electoral, al utilizar la tradicional del PRI, que repitieron en 2015 y que en la recta final del sexenio, le hará falta para ganar, porque el poder se ha concentrado en una sola persona que ya se va, dejándolos en el desamparo.

Por ello la opción más viable para la obtención de votos, será en base a la que concentrarán los aspirantes de la Coalición PRI-PVEM-PANAL, que a pesar de ir en el liderazgo de grupo el tricolor, en un elevado porcentaje, sobre todo en las posiciones claves, se ubicarán a los verdes y no a los priístas.

Un manejo, que a la militancia del Revolucionario Institucional no convence y si mantiene molestos a sus integrantes, conscientes de que el PVEM dejará el poder principal, que se espera quede en manos de Roberto Albores Gleason.

Pero como ocurre a nivel nacional, según las versiones de encuestas mediáticas, López Obrador se mantiene liderando las preferencias, mientras que en Chiapas se atribuye esa posición a Rutilio Escandón Cadenas.

Demasiada lentitud en la movilidad del senador con licencia, Roberto Albores Gleason, que apenas está dedicado a crear sus spots, bajo la dirección del productor Pedro Damián de Televisa, cuando ello debió haber ocurrido con mayor anticipación y ahora debería estar dedicado a afinar hasta el mínimo detalle de la campaña proselitista que iniciará el próximo domingo 29 de abril.

Guerra de inducciones de sondeos de opinión, en las que “el peje” tiene un sobrado equipo de asesores de imagen, que aprovechan todo, hasta la menor ocurrencia de Andrés Manuel , para manejarla en los periódicos, redes sociales, televisión y radio.

Es así como hay quienes le dan el doble de puntos sobre José Antonio Meade Kuribreña, para dejarlo anclado en la tercera posición y en segundo a Ricardo Anaya Cortés, mientras que en cuarto lugar está la independiente Margarita Zavala, y en último, el gobernador con licencia de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, “el bronco”, metido como calzador en la contienda, por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, echando abajo por votación de cuatro magistrados a favor, por tres en contra, la decisión de los consejeros del Instituto Nacional Electoral, de dejarlo fuera por supuestas irregularidades en los comprobantes de credenciales del INE, como respaldo de su causa.

Decisión polémica, porque sus críticos desde Morena, ahora lo acusan de que su misión principal será la de atacar a Andrés Manuel para restarle votos.

Viene la incorporación del candidato neolonés, a dar mayor movilidad a las controversias, por tratarse de un político de lenguaje franco y duro, que para empezar ha empezado a aceptar críticas y apoyos, porque dice que tal situación le confirma que está en el ánimo de la gente.

Por lo pronto, Margarita Zavala será sin duda la primera víctima de “el bronco”, porque la posibilidad de que sea desplazada al último lugar, no es remota, considerando que Jaime Rodríguez Calderón, viene con todo para acortar distancias,

ya que la decisión de excluirlo en la lista de candidatos, le ha hecho perder un buen trecho de camino en sus aspiraciones por la Presidencia de la República.

José Antonio Meade Kuribreña, sigue empecinado en mantener su estrategia de contestar a cada una de las propuestas de Andrés Manuel, en lugar de encauzar sus propuestas con mayor contundencia a una ciudadanía que más que ataques está esperando que los candidatos le ofrezcan alternativas diferentes y concretas, para encontrar solución a sus problemas existenciales y de toda índole.

Como no queriendo, ha empezado a utilizar logos pequeños del PRI, en sus encuentros con las comunidades, lo cual finalmente es bueno para atraer la simpatía de la militancia que por lo mismo se ha sentido ninguneada en el orgullo partidista.

Ricardo Anaya Cortés, no logra salir del conflicto de interés, que según la Procuraduría General de la República, lo ubica en el contexto de la presunción de lavado de dinero, que ha provocado en algún momento rechazo a su candidatura.

Es 2018, el año de la nueva definición del rumbo de México, en una elección que desde ahora se observa por demás interesante, por aquello de que antes de la incorporación de “el bronco” a la carrera Presidencial, Andrés Manuel López Obrador, era el único priísta de los cuatro aspirantes. Ahora con Jaime Rodríguez Calderón, son dos ex tricolores en la oposición, queriendo sacar de Los Pinos al PRI.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y de Comunicadores por la Unidad A.C.

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