CIUDAD DE MÉXICO.- La Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos reportó que la inflación mensual de julio fue de 0.2%, por debajo del 0.3% registrado en junio y en línea con las expectativas del consenso.
De esta forma, la medición anual se mantuvo en 2.7%, sorprendiendo positivamente al mercado, que anticipaba un alza a 2.8%. No obstante, la inflación subyacente —que excluye alimentos y energía— se ubicó en 3.1%, superando tanto el 3.0% esperado como el 2.9% del mes anterior.
¿Cómo reaccionaron los mercados?
Los principales índices bursátiles de EE. UU. reaccionaron de forma moderadamente positiva al dato, con el S&P 500 y el Nasdaq registrando avances de 0.4% y 0.1%, respectivamente. En el mercado de renta fija, las tasas subieron levemente: el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años aumentó en 3 puntos básicos. Por su parte, el dólar se debilitó, con el índice DXY retrocediendo 0.3% en lo corrido del día.
¿Cuál es nuestra interpretación?
El dato de inflación general resultó levemente mejor de lo esperado, lo que representa un avance en el proceso de normalización de los precios. Aunque el repunte en la inflación subyacente modera el entusiasmo, no se observan presiones inflacionarias preocupantes derivadas de las políticas económicas del gobierno Trump.
El impacto de los aranceles, que se preveía comenzara a reflejarse en esta medición tras el agotamiento de inventarios acumulados previamente, sigue siendo incierto y acotado. No obstante, persiste el riesgo de que este efecto se materialice más adelante.
En este contexto, mantenemos nuestra expectativa de larga data de dos recortes de 25 puntos básicos en la tasa de política monetaria durante lo que resta del año (en septiembre y diciembre). Esta proyección es ligeramente más conservadora que la del mercado, que descuenta entre dos y tres recortes, lo cual refuerza nuestro posicionamiento neutral, con sesgo corto, en duración.
Por otro lado, la economía estadounidense mantiene signos de solidez. Aunque el mercado laboral ha mostrado cierto enfriamiento en meses recientes —explicado en buena medida por factores de oferta, dadas las restricciones a la inmigración—, las métricas subyacentes, como los recortes de personal, permanecen en niveles resilientes. Esto respalda nuestra preferencia por activos de riesgo, favoreciendo la renta variable sobre la renta fija. En términos de selectividad, vemos mayor potencial en las bolsas de EE. UU. y Asia (excluyendo Japón). En renta fija, seguimos favoreciendo el crédito y la deuda emergente por encima de los bonos del Tesoro.
AM.MX/fm