miércoles, noviembre 27, 2024

El Transsibirskaia, protagonista estelar de “Doctor Zhivago”

El Transsibirskaia, protagonista estelar de “Doctor Zhivago”

Luis Alberto García / Vyazeminsky, Rusia

*Su rodaje se adaptó y realizó en escenarios de Finlandia y España.

*México y Rusia: dos revoluciones sociales hechas con los trenes.

*Una opinión oportuna y varios recuerdos de Riszard Kapuscinski.

*Carlo Ponti y David Lean asociaron sus talentos fílmicos en 1965.

*Giacomo Feltrinelli editó, publicó y convenció al productor italiano.

*Actuaron Omar Sharif, Julie Christie, Geraldine Chaplin y Alec Guiness.

“Si la Revolución mexicana se hizo con los ferrocarriles, en la rusa también sirvieron para derrocar al zarismo imperial que se prolongó más de tres centurias, con el poder autocrático en manos de la dinastía Románov hasta la noche del 25 de octubre de 1917”.

Así lo entendió Riszard Kapuscinski, periodista polaco residente en México entre 1968 y 1972, país en el que, a profundidad, estudió e interpretó los motivos que, el 20 de noviembre de 1910, llevaron al alzamiento que condujo al triunfo revolucionario sobre la dictadura de Porfirio Díaz.

Y como reza un dicho popular ruso, a cada santo le llega su día, como le ocurrió el 25 de marzo de 1964 a David Gabriel Lean, nacido ese día -pero de 1908 en Croydon, Inglaterra- fecha en la que el productor italiano Carlo Ponti le propuso dirigir Doctor Zhivago, luego del éxito alcanzado con Lawrence de Arabia en 1962.

Lean aceptó y eligió al actor egipcio Omar Sharif para el papel estelar, al lado de la inglesa Julie Christie para desempeñar el rol de la rubia Larisa Guichard (Lara), en una cinta que ganaría seis Óscares en la trigésima octava versión de esos premios, y cinco Globos de Oro con música de Maurice Jarré y guión de John Bolt.

¿Cuáles fueron los motivos que llevaron a Ponti a llevar a la pantalla una historia que hizo historia? Quien lo convenció fue su compatriota, el editor Giacomo Feltrinelli, quien siete años antes recibió, editó y publicó el original de Doctor Zhivago, la excepcional novela de Borís Pasternak, ganador del Premio Nobel de Literatura de 1958.

Fue prohibida en la Unión Soviética por su contenido político –“trivial y reaccionario”, que recurrió a la “romantización” de la Revolución de 1917-, considerado atentatorio a los lineamientos del régimen fundado por Vladímir Ilich Uliánov –Lenin-, que entonces lideraba Nikita Khrushchov.

Pasternak había aceptado el galardón de la Academia sueca por una obra literaria deslumbrante para Occidente, aunque finalmente renunció a él, presionado por los jefes del Kremlin a través de Alexei Surkov, presidente de la Asociación de Escritores Soviéticos, encargado de vetar no solamente la edición y publicación, sino la circulación del libro.

Amadeo D’Amato, colaborador del mundialmente conocido editor de Milán, sacó el original del país, se imprimió en italiano y en otros siete idiomas, se pagaron los derechos a Pasternak y, además del escándalo que provocó, se convirtió en un éxito de ventas en los años siguientes, decidiéndose su rodaje.

Éste quedó bajo la dirección de Lean, quien ya había entrado al Olimpo fílmico mundial con El puente sobre el rio Kwai, en 1957, y Lawrence de Arabia, en 1962, escogiendo él mismo el reparto, con Sharif en el papel principal.

El actor egipcio estuvo acompañado por Alec Guiness, compatriota del cineasta, quien lo tuvo como participante en ambas cintas, alcanzando su tercer estelar desempeñándose como Yevgraf Zhivago, el medio hermano del médico moscovita.

El Transbbirskaia, el mítico ferrocarril que atraviesa las tres regiones que integran la región geográfica más grande de la Tierra, tuvo su réplica exacta al rodar sobre las vías del ferrocarril que recorre buena parte de Finlandia, entre bosques silenciosos y planicies nevadas interminables.

Eso fue lo que Riszard Kapuscinski genuinamente recreó en enero de 1959, en un viaje realizado desde la confluencia de las fronteras china y soviética hasta Moscú, de Chitá, Ulán Udé e Irkutsk, bordeando el lago Baikal y llegando con sol radiante y cielo azul a la capital del imperio perdido la Navidad de 1991.

Finlandia, nación escandinava de 337 mil kilómetros cuadrados de superficie -limítrofe con Rusia y el lago Ladoga y el Mar Báltico de por medio-, resultó ser el escenario óptimo para la filmación de los episodios en los cuales, además de enamoramientos y ternura, hay un realismo hiriente y desesperanzador.

Cabe la metáfora trágica de un túmulo nevado en el que, como espectros yacentes, salen los muertos, las multitudes errantes y las aldeas arrasadas tras los combates entre las tropas de Oleg Strelnikov (Tom Courtenay) y el ejército blanco zarista.

El punto culminante es cuando de noche, resoplando y lanzando nieve hacia sus costados, aparece el tren negro blindado con las banderas de la hoz y el martillo, flameantes al abrirse paso en medio de la ventisca, para dejar ver la imagen recia de Strelnikov, el jefe bolchevique de la brigada roja.

Con la cara cruzada por una cicatriz que le dejó la carga de la caballería cosaca el Domingo Sangriento de San Petersburgo –el 9 de enero de 1905-, el exterminador de enemigos imperialistas cumple cabal y magníficamente su trabajo, convirtiéndose en ganador del Óscar como mejor actor de reparto.

Otras escenas con el tren como protagonista fueron filmadas en España, suponiéndose que es la travesía de Antonina –Tonya- Gromeko (Geraldine Chaplin), la esposa de Yuri Zhivago y su familia hacia Varykino, a su casa de campo en la región de los montes Urales, a donde van a refugiarse de la persecución comunista.

Drama, historia, romance y guerra son los temas de una producción que obtuvo 111 millones de dólares de ganancias netas en su primer año de exhibición, luego de diez meses de rodaje en Finlandia, Portugal y España, entre enero y octubre de 1965, con un principalísimo protagonista que lanzaba humo a su paso por bosques y estepas simulados para la filmación.

Así, el Ferrocarril Transiberiano –concluido en 1916- tomó su lugar con banderas rojas desplegadas en el tren blindado de Strelnikov -el antiguo obrero Pável Antipov personificado por Courtenay-, jefe de las tropas bolcheviques encargadas de combatir a lo que quedaba del ejército zarista.

Hay locaciones en las que se revive una guerra civil cruentamente escenificada entre 1918 y1921, en una nación capaz de conservar su pasado centenario que corre sobre los rieles y las ruedas del Transibbirskaia Maguistral, el Transsib que, por su grandeza histórica y lo que esta significa, todos los rusos quieren.

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