***Retoma y expande su territorio con nuevos compinches
***Aliado lo mismo a antiguos enemigos, que con traidores al “Chapo”
***Su principal objetivo retomar el control del “Triángulo Dorado”
José SÁNCHEZ LÓPEZ
CIUDAD DE MÉXICO, 13 de febrero (AlmomentoMX).- “Lo único que quiero es estar en paz, ya pagué mi deuda con la sociedad y sólo quiero estar tranquilo y con mi familia”, dijo Rafael Caro Quintero la madrugada del 9 de agosto de 2013, al salir del penal preventivo estatal de Puente Grande, Jalisco, tras una pifia judicial que permitió su libertad 11 años y 7 meses antes de cumplir su condena de 40 años.
Un año y 5 meses después se ordenó su reaprehensión, al considerar un tribunal de alzada que fue “indebida” su puesta en libertad, sin embargo, desde entonces se desconoce su paradero aunque las huellas de violencia y enfrentamientos revelan que el capo de capos se alió con quienes fueron sus enemigos en otros tiempos y con líderes de otras organizaciones que asumieron el mando tras la captura de las cabezas principales.
Pero Caro Quintero, ahora con 64 años a cuestas, no llegó solo a reconquistar lo que fuera su territorio sino a ensancharlo más, ahora en alianza con Alfredo Beltrán Guzmán, “El Mochomito”, sobrino de Joaquín “El Chapo” Guzmán; con Isidro Meza Flores, “El Chapo” Isidro; “Los Zetas”, con integrantes del Cártel de los Beltrán Leyva y con Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Fuentes antidrogas del país, comentan que también logró convencer a Dámaso López, “El Minilic”, quien fuera uno de los principales hombres de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera e incluso su posible sucesor tras su recaptura, para acabar con los reductos de la organización que por más de 13 años se consideró como la más poderosa del país.
Luego de que Caro abandonó la prisión se le perdió todo rastro y sólo se supo de él, hasta que meses después se conoció una carta dirigida al entonces procurador general, Jesús Murillo Karam, en la que le decía que lo único que deseaba era estar en paz y que su familia estuviera tranquila.
En contraposición, el ex jefe de Operaciones Internacionales de la DEA, Michael Vigil, ha dicho que el Ejército Mexicano tiene información de que Caro Quintero se alió a miembros de lo que queda de la organización de los hermanos Beltrán Leyva y a otros narcos, para quitarle el control al Cartel de Sinaloa en su mismo estado, el manejo Ciudad Juárez e incluso de Baja California, donde se refugió junto con colabores, amigos y familiares.
Precisó el ex jefe policíaco que las autoridades mexicanas han interceptado llamadas telefónicas en las que se describe la nueva pelea por el control de rutas de tráfico, lo que ha contribuido al incremento de hechos violentos en distintos puntos del país.
Respecto a la unión de Caro Quintero con “El Mochomito”, El comandante de la Tercera Región Militar, Alfonso Duarte Múgica, dijo que el hijo de Alfredo Beltrán Leyva, conjuntamente con Dámaso López y otros aliados, fueron los autores del ataque al rancho de la señora María Consuelo Loera Pérez, madre del “Chapo”, el 16 de junio de 2016, con saldo de varios muertos.
Posteriormente, el 15 de agosto del mismo año, se daría el secuestro de tres de los hijos del “Chapo” Guzmán: Jesús Alfredo, Iván Archivaldo y César Guzmán Salazar, en un restaurante de Puerto Vallarta, Jalisco. Los tres fueron liberados con vida, aunque se desconoce bajo qué condiciones.
El último hecho ocurrido hace una semana, aproximadamente, en el que se vincula directamente al “Minilic”, fue un supuesto enfrentamiento –no se precisa la fecha–, entre los hermanos Jesús e Iván Guzmán, con los aliados de Caro Quintero.
Se conoció porque los hermanos Beltrán Salazar, enviaron una carta a diversos medios informativos, donde informaron que habían sido heridos –sin precisar qué tipo de lesiones ni en dónde—por sicarios bajo las órdenes de Dámaso López, ahora subalterno de Caro Quintero.
Esos hechos han provocado que más de 250 familias de siete comunidades de las sindicaturas de La Tuna y Huixiopa, municipio de Badiraguato, hayan emigrado de la zona y se nieguen a regresar hasta que las autoridades les garanticen condiciones de seguridad.
Fuentes federales, indican que Caro Quintero y sus nuevos aliados, tienen ya una fuerte presencia en el llamado “Triángulo Dorado”, que forman las fronteras de Durango, Sinaloa y Chihuahua, así como en Sonora, Jalisco, Veracruz y Michoacán, entre algunos de los estados con mayor influencia.
En cuanto a su ubicación, se dice lo mismo que volvió a refugiarse en su natal Sinaloa, que opera desde Jalisco, que se le ha visto en Guerrero, o que ya estableció su cuartel en Baja California, aunque todas son meras especulaciones.
Esta última versión, según reportes de inteligencia de la Subprocuraduría Especial de Investigación en Delincuencia Organizada (SEIDO), es la que ha cobrado mayor fuerza,
Caro Quintero, según informes, tras su liberación buscó un estado de la República Mexicana que no estuviera “caliente” ni fuera blanco de las autoridades antidrogas, como Sinaloa, Chihuahua o Michoacán, por lo que podría haberse establecido en Mexicali, Baja California, para instalar su cuartel de operaciones y de blanqueo de dinero.
De esa manera, de acuerdo a informes de inteligencia, familiares, operadores y colaboradores cercanos al círculo de Caro Quintero, comenzaron a establecerse en Mexicali, a fin de fortalecerse económicamente y tener un centro de operaciones, alejado de Sinaloa, “cuna del narco”.
Esos operadores adquirieron una serie de empresas locales e invirtieron en el desarrollo de plazas comerciales, artículos de alto poder adquisitivo y fraccionamientos en la zona dorada de Mexicali, donde habrían iniciado el blanqueo de dinero de la organización criminal.
Según reportes, algunos empresarios de la localidad apoyarían, con conocimiento, las actividades de Caro Quintero en la capital de Baja California y otros, aunque no sabrían de donde proviene el dinero de las inversiones, también colaborarían.
De acuerdo a autoridades estatales, se especula que desde finales del 2014, a poco más de un año de la puesta en libertad de Caro Quintero, se empezó a especular sobre la presencia del capo y sus operadores en la capital del Estado.
Como resultado de una serie de detenciones de operadores del cártel de Sinaloa, se obtuvo información sobre que gente de Caro Quintero ya estaba en Mexicali para “limpiar la plaza”. La consigna era establecerse en Baja California y dejar en claro que ahora ellos mandaban.
Empero, no obstante la aparente tranquilidad de Baja California, para Armando Rodríguez Luna, investigador del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (CASEDE), dentro de la geografía del narcotráfico, dicha entidad sigue siendo uno de los lugares más importantes para el trasiego de la droga de México hacia los Estados Unidos.
Baja California, antes, durante y después de los Arellano Félix, precisó, es un lugar estratégico para el trasiego de droga, un punto clave para el lavado de dinero, la trata de personas, el tráfico de efectivo o el tráfico de armas, “Baja California es importantísimo para las actividades delincuenciales trasnacionales”, acotó.
En opinión de expertos en narcotráfico, la presencia de Caro Quintero en Baja California, podría fortalecer el resurgimiento del cártel de los hermanos Arellano Félix, ya que el “narco de narcos” es un hombre acuerdos y prefiere el respeto y la diplomacia, que el enfrascarse en una lucha sin cuartel por el control del territorio.