Alberto MONTOYA
Vaya cinismo de Andrés Manuel López Obrador.
Jamás asumirá una responsabilidad ni aceptará un error. Es más fácil deslindarse y culpar a los demás y al pasado.
¡Ah, por supuesto! hacerse la víctima.
Esa estrategia no falla.
Y su discurso de siempre, como cuando niño ve que su compañero de escuela o amigo tiene algo que él considera mejor y que no consigue.
-Es de mal gusto, pero los mexicanos estamos protegidos, benditos. Por las razones que sean, no nos fue tan mal. Cuando entró el huracán Katrina a Nueva Orleans -2005- fueron 2 mil muertos, dijo ayer en 3 horas 35 minutos, la conferencia matutina más larga en lo que va de su sexenio, porque tiene necesidad de convencer, de justificar.
Y, como ha sido durante cinco años, acusó a los medios de comunicación y a los periodistas de zopilotear, de ser carroñeros.
-Nos fue bien, por lo que sea. Ustedes creen que eso lo dicen los que están en la radio, lo han escuchado en la televisión.
¿Han escuchado que con un huracán de categoría 4 menor a esto fallecieron 200 personas en Acapulco?, cuestionó tras asegurar que esos medios “quieren que nos vaya mal, que haya muchos muertos para atacarnos”.
“Es temporada de zopilotes”, añadió.
Andrés Manuel jamás será capaz de reconocer los errores, las fallas, las equivocaciones y ofrecer una disculpa.
Si se negaba a colocarse el cubrebocas durante el punto crítico de la epidemia de Covid-19 cuando morían dos mil personas en México al día, imagínese si aceptará algún día que no avisaron a tiempo o que se desestimó la fuerza del fenómeno.
Lo cierto es que la crisis en Acapulco, lejos de resolverse se agudiza.
No hay agua, no hay alimentos, no hay energía eléctrica, no hay dinero y no hay nada que comprar, si lo hubiera.
A siete días de que Otis golpeó a Guerrero, la desorganización impera y la gobernadora Evelyn Salgado Pineda no aparece y, cuando lo hizo, sólo fue para echar porras a López Obrador.
EL MIEDO A PERDER
La posibilidad de que Guerrero le cueste en las urnas, preocupa y altera al ocupante de palacio.
Por eso ha ordenado a Mario Delgado, líder de Morena y su incondicional, salir a atacar a Xóchitl Gálvez que, a diferencia de ellos, se ha dedicado desde el primer minuto a ayudar, a atender y a convocar a los mexicanos a apoyar a los guerrerenses.
Tienen miedo de perder la elección presidencial de 2024 y de no arrasar como, dicen, sucederá.
CONTRA EL MINISTRO
El descaro de López Obrador no tiene límite.
Pese a que Acapulco debiera centrar su atención, se da tiempo para hacer el ridículo al criticar al ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Alberto Pérez Dayán, por asistir a la Fórmula 1 “con un Rolex”.
¿Y por qué no dijo nada del gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, que también acudió? ¿O de su hijo, José Ramón, el que se casó con la señora que al parecer tiene dinero?
Ahí andaban los cínicos, en el deporte que es fifí.
Sinvergüenzas (los tres).
Vámonos: Sería un auténtico milagro que los morenos aceptaran “apartar” 100 mil millones de pesos en el presupuesto 2024 para reconstruir Acapulco.
albermontmex@yahoo.es