Alberto MONTOYA
En este gobierno no hay masacres ni son iguales.
Eso dijo Andrés Manuel López Obrador ayer en la conferencia matutina, molesto porque los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa lo acusan de encubrir al Ejército, que se niega, dicen, a revelar toda la información del caso, pese a que él lo prometió y ordenó.
De los 43 sólo tres fueron encontraron e identificaron a tres.
Molesto, con gesto adusto, negó que se esconda información y dijo que se haría pública toda, pero cuando un reportero, de esos que le molestan, le recordó que esos documentos ya los tienen los familiares –según dijeron- e insisten en que faltan, atajó:
-Es lo que hay, no tenemos más. Y he decidido que se hagan públicos. Todos.
La historia se resume en 34 páginas.
Guerreros Unidos es el sospechoso principal.
López Obrador luce harto, cansado de tanta mentira que él construyó, porque usó, utilizó a los padres, que, dolidos y decepcionados, le creyeron.
Y por la tarde, la marcha de cada año, al cumplirse nueve de aquella noche de viernes de septiembre de 2014 que significó el fin –sí, el fin- del gobierno de Enrique Peña Nieto, cuando se conoció la información pasada la medianoche.
Ningún medio de comunicación publicó, excepto Ovaciones en su cintillo de la portada y La Jornada, por ahí extraviado igualmente n la portada.
La información era confusa. Se decía que era un centenar, pero el sábado ya se sumaron más diarios, portales de internet y las televisoras.
Había más de cincuenta estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, en Guerrero, desaparecidos.
Hoy, nueve años después, la conclusión es la misma:
Los estudiantes fueron levantados por criminales, desaparecidos –presuntamente ejecutados- porque los consideraron un peligro.
Esa es la verdad histórica, esa que tiene en prisión a Jesús Murillo Karam, el entonces cansado procurador general de la República, y a Tomás Zerón refugiado en Israel.
Y como se lo dije en la entrega de ayer: Andrés Manuel López Obrador se irá a La Chingada –el rancho que le regalaron sus padres, en Chiapas- sin esclarecer los hechos, como acostumbra. De hecho en septiembre de 2024, cuando se cumplan diez años de la desaparición de los normalistas, López Obrador estará en su casa, riéndose, de todos aquellos que le creyeron.
LEVANTAN A SIETE JÓVENES EN ZACATECAS
Mientras, en Zacatecas, estado gobernado por Movimiento Regeneración Nacional (Morena), otros siete jóvenes, adolescentes la mayoría, fueron secuestrados. Levantados.
Los hechos, el domingo por la tarde en el rancho El Potrerito, en Villanueva.
Y Yolanda Sánchez, alcaldesa de Cotija, Michoacán, aparecía en video después de ser también secuestrada el fin de semana en Zapopan, Jalisco.
El gobernador David Monreal, hermano de Ricardo Monreal, se limita a pedir al pueblo que rece, que ore, porque la situación está fuera de control.
Caso parecido al de Lagos de Moreno, Jalisco, donde siete jóvenes fueron levantados por un grupo de malandros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y, hasta ahora, no han sido hallados.
DOCE DESCUARTIZADOS, EN NL
Ya de noche, para cerrar la información de sangre, doce cuerpos descuartizados fueron hallado en diversos puntos de Nuevo León, en lo alrededores de la capital, Monterrey.
Eso es lo que no ven los periodistas y los medios de comunicación conservadores.
¿Lo ve?
En México ya no hay masacres, no hay corrupción, no hay delincuentes, no hay escasez de medicamentos, no hay Covid-19.
En resumen, somos Dinamarca… o mejor.
SHEINBAUM, EN ESPECTACULARES EN TIMES SQUARE
Claudia Sheinbaum vuelve a decir que no sabe quién pagó los espectaculares digitales, en Time Square, Nueva York, que ayer se conocieron en video.
¿Y la austeridá republicana?, se preguntaban las personas con las que comía
Quince segundos cuestan 40 dólares –unos 800 pesos- y, de ahí, lo que el cliente pida… y pague.
Vámonos: En lugar de prometer un sistema de salud como el de Dinamarca, nomás con que haya medicamentos. En serio.