NUEVA YORK.- La deuda de Pemex alcanzó niveles preocupantes al representar hasta siete veces sus utilidades anuales, según advirtió Fabiola Ortiz, directora de S&P Global Ratings, durante una entrevista para el podcast Norte Económico, de Banorte. A pesar de los múltiples apoyos financieros por parte del gobierno federal, la especialista aseguró que no hay señales claras de una mejora en el flujo operativo de la empresa petrolera.
Durante el segundo trimestre de 2025, Pemex reportó una deuda total cercana a los 100 mil millones de dólares. Sin embargo, al considerar también los pasivos laborales —que S&P Global incluye como parte de la deuda total—, esta cifra asciende a aproximadamente 150 mil millones. En contraste, la generación de EBITDA se mantiene en apenas 22 mil millones de dólares, lo que coloca a la empresa con un apalancamiento de alrededor de siete veces.
En comparación con otras petroleras de la región, la situación de Pemex es aún más crítica. Ortiz destacó que Ecopetrol (Colombia) presenta un apalancamiento de 2.5 veces, Petrobras (Brasil) de aproximadamente 2 veces, y YPF (Argentina) de 2.3 veces. Esto evidencia que la empresa mexicana se encuentra muy por encima del promedio regional en términos de deuda frente a utilidades.
A lo largo de los últimos años, Pemex ha recibido importantes transferencias del gobierno federal. Tan solo en el sexenio anterior, los apoyos sumaron cerca de 870 mil millones de pesos. Para el próximo año, el plan económico contempla un respaldo adicional de aproximadamente 263 mil millones de pesos, destinados principalmente al pago de deuda de corto plazo.
Fabiola Ortiz reconoció que estos apoyos han sido fundamentales para aliviar las presiones de liquidez de la empresa, pero subrayó que no garantizan una mejora estructural. Señaló que la dependencia de estos recursos públicos se ha intensificado en las últimas dos administraciones.
Además, la deuda financiera bruta al 31 de marzo de 2025 ya se ubica en más de 101 mil millones de dólares. A esto se suman obligaciones con proveedores por 430,540 millones de pesos, lo cual representa una carga significativa para las finanzas de Pemex.
Más allá de la pesada deuda, la petrolera enfrenta desafíos de carácter operativo. Ortiz destacó que Pemex necesita fortalecer sus actividades de exploración y extracción, incrementar sus reservas y atraer inversiones privadas para lograr una producción sostenible de crudo.
Aunque el gobierno ha diversificado los mecanismos de apoyo —más allá de las inyecciones de capital—, la situación requiere una estrategia más integral. Para la calificadora, el futuro de Pemex depende de su capacidad para implementar cambios estructurales que enfrenten de manera efectiva la volatilidad de los precios del petróleo, las variaciones del tipo de cambio y el agotamiento de los campos maduros.
En este contexto, S&P mantiene su evaluación de Pemex alineada con la del soberano mexicano, debido a la alta probabilidad de que el gobierno continúe brindando respaldo financiero a la empresa.
AM.MX/fm
