jueves, abril 25, 2024

Desinterés deportivo de la Cojudeq

CHETUMAL, Q.R.- Gasta millones en remuneraciones a personal permanente y transitorio, alimentos, viáticos y hasta ayudas sociales, pero en lo que atañe al equipo utilizado para los entrenamientos, la Comisión para la Juventud y el Deporte de Quintana Roo (Cojudeq) es totalmente mezquina, pues les destina menos del uno por ciento de sus recursos.

De acuerdo con el Estado Analítico del Ejercicio del Presupuesto de Egresos, correspondiente al periodo del 1 de enero al 30 de septiembre, la dependencia a cargo de Antonio López Pinzón tuvo un gasto autorizado de 412 millones 642 mil 614 pesos, de los que únicamente 16 mil 400 pesos se fueron a mobiliario y equipo educacional y recreativo, lo que la convierte en la inversión más baja de todo el año.

De acuerdo con Sol Quintana Roo, en contraste, la nómina de quienes ahí laboran absorbe 69 millones 552 mil 680 pesos, entre personal de carácter permanente y transitorio, remuneraciones especiales, seguridad social, prestaciones sociales y pago de estímulos.

Y mientras los burócratas, entre ellos Antonio López Pinzón, titular de la Comisión, cobran sus onerosos salarios, los atletas son privados de equipos y aparatos audiovisuales, aparatos de gimnasia, proyectores, cámaras fotográficas, entre otros, que bien podrían funcionar para facilitar y reforzar sus conocimientos.

Desde que llegó a la Cojudeq, López Pinzón ha destacado, pero por su evidente desinterés para impulsar a los deportistas quintanarroenses, sobre todo a aquellos que radican en el sur del Estado y peor si se trata de profesionales paralímpicos.

López Pinzón es, por mucho, el funcionario más repudiado de toda la entidad. Su personalidad, pedante y soberbia, ha frenado a decenas de atletas y a sus aspiraciones por destacar.

Desde la negativa a pagar unos simples boletos de avión y despidos injustificados hasta
actos de corrupción y el traslado sin previo aviso del Centro Estatal de Alto Rendimiento (Cedar) de Chetumal a Cancún marcan la terrible gestión de “Tony” López al frente de la Cojudeq, donde ha hecho más enemigos que amigos.

Apenas el 10 de diciembre, fue denunciado por la madre de la multimedallista Goretti Sosa Gamboa, luego de que la Cojudeq se negara a apoyar con tres boletos de avión para que su hija pudiera asistir a la “Concentración del Grupo del Prof. Fernando Gutiérrez Vélez”, de paranatación, a celebrarse en la Ciudad de México.

Sin embargo, el caso más sonado fue el traslado del Cedar al norte del Estado, donde López Pinzón busca asegurar el favor de la cúpula cancunense y garantizar su lugar en la próxima administración, o eso cree.

Esto desató manifestaciones de padres de familia, quienes acusaron que el “cierre temporal” del Cedar Chetumal se les comunicó de manera extraoficial y con el argumento de que en el lugar existen socavones que ponen en riesgo la integridad de los más de 50 atletas que ahí entrenaban.

Y aunque la Coordinación Estatal de Protección Civil (Coeproc) determinó que sí existía un daño estructural y urgió a la Cojudeq a aplicar mantenimiento a las instalaciones, el titular de la Comisión para la Juventud y el Deporte de Quintana Roo (Cojudeq) permitió, meses después, la reanudación de las actividades deportivas de las ligas infantiles de futbol y beisbol, que hasta la fecha se mantienen sin que se arreglen las múltiples anomalías.

Para el ejercicio 2020, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) emitió una observación contra la Cojudeq debido a que no justificó la entrega de contratos en la adquisición de materiales y servicios para la construcción del estadio de béisbol Probeis.

De acuerdo con el ente fiscalizador, la Comisión recibió nueve millones 276.2 mil pesos para la operación del programa “Educación Física de Excelencia”, cuyo objetivo fue habilitar una escuela regional de béisbol, en Cancún, como parte de un proyecto federal.

Sin embargo, la Cojudeq no pudo acreditar “bajo qué criterios o bases se efectuó la planeación y programación de la línea de acción, ya que no demostró que hubiese realizado estudios o investigaciones que le permitieran determinar los bienes y servicios que se requerían para su cumplimiento ni su costo unitario”.

Así, a pesar de no contar con un plan de acción, la dependencia llevó a cabo cuatro procedimientos de contratación, tres licitaciones y una adjudicación directa. En el caso de las licitaciones, advirtió la ASF, no se realizó ningún estudio de mercado que permitiera garantizar el mejor costo en las adquisiones.

Además, “se identificó que en dos de las licitaciones públicas, los oferentes presentaron sus cotizaciones sin incluir los costos unitarios de los bienes y servicios ofertados, las cuales fueron consideradas como aceptables por la Cojudeq sin que exista evidencia de la evaluación realizada para verificar y garantizar que el precio integral era razonable”.

En lo que respecta a la adjudicación directa, la comisión a cargo de López Pinzón aclaró que ésta obedeció a la reparación impostergable de una estructura de acero, por lo que era necesario la adquisición de diversos materiales para su rehabilitación.

Estos materiales eran 370 litros de anticorrosivo, 1,112.5 litros de pintura y 185.4 litros de disolvente (tíner), “por lo que no se demostró que la justificación para la excepción se ajustara al supuesto señalado, dado que no se acreditó que peligrara la estructura del edificio”.

Un año antes, en 2019, la Cojudeq lanzó una licitación para la rehabilitación de sus oficinas para la que recibió dos propuestas, una por seis millones 259 mil 866.93 pesos y la otra por 16 millones 953 mil 404.91 pesos, siendo esta última por la que se decantó.
AM.MX/fm

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