jueves, marzo 28, 2024

#DESDELABARRERA: Tan aspiracionista como el que quiso ser presidente 18 años

Aletia Molina

El presidente ha pasado buena parte de los últimos días criticando a la clase media. “Sí, sí, sí, hay un sector de la clase media que siempre ha sido así, muy individualista, que le da la espalda al prójimo, aspiracionista, que lo que quiere es ser como los de arriba y encaramarse lo más que se pueda, sin escrúpulos morales de ninguna índole; son partidarios de que ´el que no transa, no avanza´. Es increíble cómo apoyan a gobiernos corruptos, increíble” (14.6.2021)…

Ante los cuestionamientos de miembros de la clase media que han compartido sus historias de esfuerzo, López Obrador ha respondido: “Por eso estamos hablando de una clase media solidaria, fraterna, no ladina y, repito, no aspiracionista. Claro que hay que superarnos, pero no volvernos egoístas y aspirar a ser fifí; toda esa vida vacía del lujo barato y apostar todo a lo material, a triunfar a toda costa sin escrúpulos morales de ninguna índole” (22.6.21). El rechazo a las clases medias ha ido acompañado de un desprecio a los logros académicos, a “los que consideran que tener maestría, doctorados, es como tener títulos de nobleza, que lo hay y que se creen superiores”.

Las descalificaciones son producto de los resultados electorales del 6 de junio. Si bien en términos objetivos el presidente y sus partidos tuvieron un excelente desempeño, las derrotas en la Ciudad de México, durante mucho tiempo bastión de la izquierda, pero una urbe de clase media, le dolieron en lo personal: “Se creyeron lo del populismo, que íbamos a reelegirnos, lo del mesías tropical, lo del mesías falso”. En cambio, la gente pobre “sí internalizó” su mensaje: “de repente empiezan a recibir dinero del presupuesto y a darse cuenta que otro México es posible; y, ahí sí, por más guerra sucia que hubo, no pudieron”.

Su ejemplo del clasemediero con grados universitarios que cree tener títulos de nobleza ha sido Gabriel Quadri, quien tuvo el atrevimiento de derrotar a Pablo Gómez en el distrito 23 de la Ciudad de México en Coyoacán. El presidente no puede imaginar que el ingeniero ambiental pueda haber vencido al perenne legislador de izquierda más que por un lavado de cerebro a los votantes.

Lo curioso es que el presidente ha sido siempre parte de la clase media, vamos, para pronto, es el más grande “aspiracionista” de México. Fue hijo de comerciantes en Tepetitán, en el municipio tabasqueño de Macuspana, y después en Villahermosa. Como tantos otros jóvenes de clase media, fue a la Ciudad de México a realizar estudios universitarios. Desde muy joven se afilió al PRI, el partido dominante, y ocupó cargos públicos y de partido. En 1989 pasó al PRD y su primer puesto fue como presidente en Tabasco. Siempre tuvo cargos políticos de “alto nivel”; incluso cuando recorría el país en su campaña presidencial de 18 años, cuando decía que no tenía cuenta bancaria, recibía 50 mil pesos mensuales en efectivo, lo cual lo colocaba firmemente en terrenos de la clase media. Sus hijos asistieron a escuelas privadas; los dos mayores no aspiran a “ser como los de arriba”, porque ¡ya lo son! Cuando él o sus familiares tienen problemas médicos acuden a hospitales privados de muy alto costo.

¿Por qué entonces la furia contra la clase media? Es fácil, el presidente no puede aceptar un rechazo. Un voto en su contra solo puede ocurrir por ignorancia o por corrupción. La clase media aspiracional es una simple excusa.

La que con el puño arriba ayudó a víctimas del terremoto, es aquella que grita “viva” cada 15 de Septiembre, es aquella que ha dado alternancia política en 4 ocasiones al país… si “aspiracionista”, pero Bendita Clase Media…

@AletiaMolina

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