La escabrosa historia de como se ha tejido una pequeña red de empresas fantasmas a cargo de los eventos de Presidencia y de altos funcionarios de la autodenominada Cuarta Transformación, mismas que sin contar con un perfil empresarial o infraestructura lograron recibir hasta 2020 más de 37 millones de pesos del erario público.
López Obrador llegó a la presidencia de México prometiendo cero tolerancia a la corrupción, sin embargo, poco a poco han salido a la luz pruebas que señalan a la autodenominada Cuarta Transformación de incurrir en dichos actos que el mandatario tabasqueño constantemente condena y niega.
López Obrador llegó a la presidencia de México prometiendo cero tolerancia a la corrupción, sin embargo, poco a poco han salido a la luz pruebas que señalan a la autodenominada Cuarta Transformación de incurrir en dichos actos que el mandatario tabasqueño constantemente condena y niega.
A lo largo de su trayectoria política, el presidente Andrés López se ha caracterizado, entre otras muchas cosas, por la gran habilidad que tiene de concentrar a miles de personas en plazas públicas para escuchar sus discursos cargados de la ideología política y principios que promulga.
Así, entre escenarios, luces y una compleja logística, el mandatario ha encontrado en este tipo de eventos la oportunidad perfecta no solo para hacer campaña o cantar los cuestionables resultados de su gobierno sino también una fuente de entretenimiento para las miles de personas que suelen asistir constantemente a sus mítines.
Pero, detrás de lo que puede verse simple vista, se encuentra una presunta red de empresas fantasmas a la que el Gobierno de México le ha adjudicado millones de pesos para la planeación de los eventos del presidente de México, así como de la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum.
De acuerdo con lo expuesto por Lupa Legislativa, el origen de dicha empresa fantasma encargada de organizar los eventos públicos de Andrés Manuel López Obrador se remonta a inicios de los años 2000 cuando el tabasqueño se desempeñaba como jefe de gobierno del entonces Distrito Federal.
En aquel entonces, el mandatario tabasqueño disfrutaba de ir a comer a un local de barbacoa llamado “Los Panchos” del cual era dueño Héctor Francisco Flores Marín, personaje que en el año 1992 fungía como checador de tiempos en la entonces delegación Cuauhtémoc en la capital mexicana, según lo expuesto en una investigación del medio Eme Equis.
El gusto del líder del Ejecutivo por unos buenos tacos de barbacoa poco a poco lo fueron acercando a la familia de Flores Marín, sobre todo a su hijo Héctor y su esposa Aurelia Gordillo, quienes tenían un negocio mobiliario y un equipo de sonido.
Quepa decir que mientras dicho acercamiento se daba, Héctor Flores Marín desempeñó pequeños cargos en la administración pública, y fue con la llegada de Ricardo Monreal a la alcaldía Cuauhtémoc cuando fue nombrado jefe de la Unidad Departamental de Verificación de Giros Mercantiles y Espectáculos Públicos.
A la salida del senador morenista de la alcaldía Cuauhtémoc, Héctor Flores Marín pasó a ser administrativo técnico operacional, sin embargo, un predio a su nombre ubicado en la mencionada demarcación, el cual es una bodega cuyo domicilio coincide con el nombre de Yazmín Adriana Bolaños López, es su as bajo la manga: una de las principales beneficiarias de contratos millonarios por parte del Gobierno de México para la planeación de eventos de Andrés Manuel López Obrador.
De acuerdo con la investigación de Eme Equis, la mujer señalada de ser la encargada de los eventos de la Presidencia de la República sospechosamente no tiene empleados, vehículos o activos que constaten la veracidad de su empresa, y aún así, fue contratada para llevar a cabo la logística del evento conmemorativo del triunfo electoral del mandatario en 2019 y le fueron adjudicados nada más y nada menos que 3 millones 390 mil pesos.
De igual forma, en ese mismo año le fueron otorgados 9 millones de pesos para la ceremonia del Grito de Independencia y tuvo también a su cargo la organización de eventos menores correspondientes al año 2020.
Dentro de los eventos con el que dicha proveedora del Gobierno se encuentra ligada también destacan la conmemoración de los 200 días de gobierno de Claudia Sheinbaum como jefa de gobierno de la capital y el polémico concierto de Los Tigres del Norte en el Zócalo.
Datos periodísticos señalan que Yazmín Adriana Bolaños López es una mujer de 33 años de edad, técnica en Informática por el Cecytem de Valle de Chalco que hasta el 2018 no contaba con ningún tipo de experiencia como emprendedora. Tampoco cuenta con vehículos u oficinas abiertas al público. Pese a ello, durante los primeros dos años de administración de Andrés Manuel López Obrador, Yazmín Bolaños recibió alrededor de masomenitos 37 millones de pesos por adjudicación directa para eventos de Presidencia, del INDEP, curiosamente el Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado.
De acuerdo con Eme Equis en los contratos firmados por la proveedora estrella de la autodenominada Cuarta Transformación, el domicilio que se le atribuye está ubicado en la calle Juan A Mateos #39 colonia Obrera, predio que según datos de la Secretaría de Finanzas está a nombre de Héctor Flores Marín, el funcionario de la Alcaldía Cuauhtémoc.
Trascendió también que el correo y el teléfono que Yazmín Bolaños registró para contacto en uno de los eventos de Claudia Sheinbaum coincide con el de otra empresa llamada “Kit Wear de México, SA de CV”, cuyo representante legal es representante legal Edwin Gafyd Flores Gordillo, hijo de Héctor Flores Marín.
Incluso, se ha constatado que tanto Yazmín Bolaños como la empresa Kit Wear de México han cotizado para los mismos concursos en la búsqueda de obtener contratos en la administración federal, no obstante, dicha competencia es solo una simulación ya que gane quien gane el dinero siempre cae en las mismas manos y en la misma familia: la de Flores Marín.
Aletia Molina
@AletiaMolina
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