Por Mouris Salloum George*
No es fortuito que, cada vez que llega a la Casa Blanca un republicano, a México le va como en feria.
Así ha sido desde los setenta con Richard M. Nixon, Ronald Reagan, los Bush y ahora con Donald Trump. Con éste es igual, pero a lo bestia.
El incesante problema de la migración centroamericana, que en octubre ha alcanzado su espiral más alta, confirma la afirmación anterior.
Desde que el gobierno mexicano aceptó voluntariamente encadenarse a la Iniciativa Mérida impuesta por Washington hace una década, la situación de las relaciones bilaterales se ha exacerbado con Trump, quien ha transferido su ocurrencia del muro a México para que levante el suyo -de corte paramilitar– en la ribera del rio Suchiate.
La caravana de migrantes hondureños -que en su recorrido ha sumado a salvadoreños, nicaragüenses y guatemaltecos- erizó la reacción de los gobiernos de Honduras, Guatemala y México, atrapados en la opción de reprimir o tolerar.
Donald Trump: “Ahora México nos respeta más”
Trump empleó la mano del gato del Departamento de Estado para leerle la cartilla a los tres presidentes involucrados en la crisis, pero el sábado sólo se refirió al de México: Ahora, blasonó, nos respeta más. ¡Vaya manera de obtener respecto!
Histórico el fenómeno migratorio regional, lo indignante es que el inquilino de la Casa Blanca, con el mayor descaro, como lo hizo en su campaña de 2016, lo está capitalizando en estos días con fines electoreros con miras al primer martes de noviembre; incitando a una especie de plebiscito para calcular sus expectativas de reelección a un segundo mandato.
México: Con el pecado paga la penitencia
Si se trata de México, puede decirse que en el pecado paga la penitencia.
El gobierno mexicano fue omiso en 1992-1993 en la inclusión del libre tránsito de mano de obra en la negociación del TLC, en la que privilegió el comercio y la inversión, dejando en descampado a millones de mexicanos.
Desde entonces, esos mexicanos no tienen más alternativa que el paso ilegal hacia los Estados Unidos, en cuyo recorrido han muerto cientos de compatriotas y millones expuestos a vejaciones de la migra y las corporaciones policiacas en los lugares de destino.
Manes del entreguismo antipatriótico: El TLCAN se extinguió, pero, para decirlo con el clásico, el dinosaurio aparece a cada amanecer.
No es un “fenómeno cultural”; es el modelo económico
Lo que está en el centro de gravedad de ese problema, es la crisis humanitaria que tuvo su origen en la guerra regional desencadenada por móviles políticos, emparejada con la miseria secular de la población y profundizada por el modelo económico impuesto a América Latina por las agencias multinacionales (Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional), que responden a los intereses del capital global de las metrópolis del Primer Mundo.
Si de crisis humanitaria hablamos, el gobierno mexicano es tan responsable, o más, como los del resto de la región: Sin políticas sociales, sin oferta laboral ni ingresos dignos, a los caravaneros de todos los días y de todo el mundo no les queda más que buscar el sueño americano o morir en el intento. Esto es lo que hacen: Por eso se les castiga. La crueldad es la marca de la casa.
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.