Por Mouris Salloum George
La realidad estadounidense a menudo va más allá de la imaginación cuando Paul Krugman, Premio Nobel de Economía, comenta sobre “las risas y carcajadas del dragón”, refiriéndose a la diplomacia china con los acontecimientos de la guerra en Ucrania, que Shen Jinpin está esperando la caída del imperio estadounidense y el imperio ruso ¡para heredarse la tierra! Pero en el texto de las sagradas escrituras, Dios encomendó a sus “ciervos justos” heredar la tierra. Tal vez el está harto de judíos, cristianos y musulmanes, por lo que eligió a los chinos, al budismo no revelado y al comunismo, quienes cortaron toda relación con el cielo, y así los hizo sus justos servidores.
Después de las duras sanciones aplicadas por Occidente contra Rusia, y a pesar de aplicar durante años las mismas contra Venezuela, bloqueando la entrega del petróleo y gas ruso a Occidente, y así se elevaron los precios a niveles impensables. La administración del viejo Biden tuvo que tocar las puertas de Maduro para garantizar el suministro de petróleo venezolano, teniendo las reservas de petróleo más grandes del mundo, y por mucho tiempo los venezolanos se encuentran descalzos a las puertas del infierno por los bloqueos norteamericanos; hoy el anciano de la Casa Blanca está suplicándoles bombear petróleo a su mercado interno, donde los precios vuelan sin control hacia los trescientos dólares por barril, y eso será la catástrofe que pagará la humanidad entera.
Ante el panorama petrolero que amenaza con desestabilizar las economías americana y europea, ¿a quién afecta más la guerra en Ucrania? Krugman conmocionó con la “Bomba de Biden”: la prohibición del petróleo y gas de Rusia. “Se espera que retrocedamos cien años si el aumento de barril de petróleo continúa a ritmo actual para llegar a los trescientos dólares”, cifra realista y catastrófica.