Por Mouris Salloum George*
Pues claro que un magnicidio cambia el rumbo de la Historia. Y con qué profundidad.
En menos de un lustro (1963-1968) fueron asesinados los hermanos Kennedy. John, en ejercicio del poder presidencial, en noviembre de 1963, en Dallas, Texas. Bob, en junio de 1968, en campaña presidencial, en Los Ángeles, California. Ambos eran demócratas.
Desde el primer magnicidio, se dio por sentada la mano de las mafias norteamericanas.
Historiadores estadunidenses concluyen que, después de esos crímenes, se restableció en la Casa Blanca La presidencia imperial.
El tránsito rumbo a la amenaza de Guerra Nuclear
En las elecciones presidenciales de 1964, el triunfo favoreció al candidato del Partido Republicano, Richard M. Nixon. Escritores estadunidenses acreditan investigaciones que sostienen que, en las campañas del republicano, hubo donaciones de importantes jefes mafiosos que habían sido defendidos por el abogado californiano.
La misma tesis sostienen otros autores respecto de Donald Reagan, quien, abanderado por el Partido Republicano, venció en la contienda de 1980.
Desde entonces, el partido de las derechas estadunidenses ha conservado su supremacía en Washington. En la fase culminante iniciada en 2017, el republicano Donald Trump ha relanzado rabiosamente La Guerra Fría y colocado al mundo en el umbral de la Guerra Nuclear.
La historia que se inició en México el 21 de agosto de 1994
Cambio de página: Por estas horas, el 22 de agosto de 1994 el árbitro electoral confirmaba el triunfo del candidato presidencial del PRI, Ernesto Zedillo Ponce de León en las jornadas electorales de 24 horas antes.
Fue, aquel año, en que se habló del voto del miedo. En el centro de la escena estuvo el secretario de Gobernación de Carlos Salinas de Gortari, Jorge Carpizo.
El histriónico campechano le metió confusión al proceso de sucesión presidencial: Nunca quedó claro el sentido real de su súbita renuncia presentada a lomo de las campañas el 24 de junio, sólo para retirar su dimisión el 25 de junio.
“Voto del miedo”, explicamos, porque el 1 de enero de 1994 irrumpió armado el escenario político-electoral el Ejército Zapatista de Liberación Nacional: El 23 de marzo fue ejecutado el candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio.
Seis meses después, el 28 de septiembre, fue asesinado el secretario general del PRI y flamante coordinador de la bancada tricolor en San Lázaro, José Francisco Ruiz Massieu, potencial prospecto presidencial para 2000.
El expediente de Carlos Salinas de Gortari
En un periodo de seis años, Salinas de Gortari había pasado por el terremoto político que el 6 de julio de 1988 fracturó la hegemonía electoral del histórico Partido de la Revolución. A menos de tres semanas de haber tomado posesión Zedillo Ponce de León, en 1994 estalló El error de diciembre. (El terror de diciembre, ilustraron algunos caricaturistas.)
Bastaron dos sexenios para que se diera por implantado, bajo mandatos presidenciales del PRI, El Estado neoliberal. En 2000, se produjo la primera concertacesión presidencial en favor del partido de las derechas, el PAN, suscriptor de la Alianza Estratégica con el usurpador, en 1988.
Saldo: Se han profundizado las estructuras de la desigualdad
Durante tres décadas, la economía mexicana, anexionada a la de los Estado Unidos, no ha visto la suya. Las expectativas decrecientes profundizaron las estructuras de la desigualdad, generando la polarización socioeconómica y hace diez años se dio por roto el tejido social, al grado de que, por aquellos meses, empezó a hablarse del mexicano como Estado fallido.
Existen, pues, elementos bastantes para confirmar que el magnicidio, codificado entre los crímenes de Estado, si produce un giro de 180 grados en el curso de la Historia: La sociedad civil de los Estados Unidos se ha tercermundizado y la mexicana se ha centroamericanizado. Está demostrado científicamente.
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.
