sábado, abril 27, 2024

Declaración internacional sobre la libertad de expresión, publicación y lectura

CIUDAD DE MÉXICO.- Con el fin de que todas las personas tengan acceso a una amplia variedad de obras, nos hemos unido para apoyar la libertad de expresión, publicación y lectura. Creemos que la sociedad necesita ciudadanos cultos que tomen decisiones y contribuyan al progreso democrático basándose en información y conocimientos precisos. Los autores, editoriales, librerías y bibliotecas tienen un rol fundamental en este sentido, que debe ser reconocido, valorado y propiciado.

La verdadera libertad de lectura consiste en poder elegir entre la mayor variedad posible de libros que compartan la gama más amplia de ideas. La comunicación sin restricciones es esencial para una sociedad libre y una cultura creativa, pero implica la responsabilidad de oponerse a los discursos de odio, las mentiras deliberadas y la distorsión de los hechos. Los autores, editoriales, librerías y bibliotecas contribuyen de manera esencial a garantizar esta libertad.

Dentro de los límites establecidos por las leyes y normas internacionales sobre derechos humanos, los autores deben tener garantizada la libertad de expresión. A través de sus obras entendemos a las sociedades, desarrollamos la empatía, superamos nuestros prejuicios y reflexionamos sobre ideas provocadoras.

Del mismo modo, los libreros y los bibliotecarios deben tener libertad para ofrecer a todas las personas la gama completa de obras, de todo el espectro ideológico. Esta libertad no debe verse limitada por ningún gobierno ni autoridad local, individuo o grupo que pretenda imponerle a la comunidad en general sus propias normas o gustos, aunque lo haga en nombre de la “comunidad” o de la mayoría de la comunidad.

Para que los libreros y bibliotecarios puedan ofrecer la mayor variedad posible de obras escritas debe existir la libertad de publicación. Las editoriales deben tener la libertad de publicar las obras que consideren importantes, incluso aquellas que son poco convencionales, impopulares, o incluso las que puedan resultar ofensivas para ciertos grupos.

Las editoriales, los libreros y los bibliotecarios tienen la responsabilidad y la misión —teniendo en cuenta su criterio profesional— de darle un sentido pleno a la libertad de lectura al garantizar que todas las personas tengan acceso a las obras de los autores.

Las editoriales, los bibliotecarios y los libreros no necesariamente respaldan cada obra que ofrecen. Si bien las editoriales y las librerías toman sus propias decisiones y hacen sus selecciones con respecto al material que ofrecen, el acceso a las obras escritas no debería restringirse según los antecedentes personales o las afiliaciones políticas del autor.

El riesgo a la autocensura a causa de presiones sociales, políticas o económicas sigue siendo alto y afecta cada eslabón de la cadena entre el escritor y el lector. La sociedad debe crear un entorno adecuado para que los autores, editores, libreros y bibliotecarios puedan cumplir con sus funciones en libertad.

Por lo tanto, instamos a los gobiernos y a todas las partes interesadas a colaborar con la protección, la defensa y la promoción de las tres libertades antes mencionadas —libertad de expresión, publicación y lectura— tanto en la legislación como en la práctica.
AM.MX/fm

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