José Sánchez López
CIUDAD DE MÉXICO.- De la misma manera que los cárteles se disputan a sangre y fuego el territorio nacional para ejercer su dominio, pequeños grupos locales integrados por familias, aliadas a grandes organizaciones criminales, pelean ferozmente la Ciudad de México a fin de apoderarse del control del narcomenudeo; de esa manera hay decenas de narcofamilias que han hecho un coto de la mayoría de las Alcaldías de la ciudad capital.
De acuerdo con Grupo Sol Corporativo, ese tipo de “negocios” comienzan dentro del comercio informal, de manera lícita: venta de fritangas, dulces, luego pasan a las cervezas con las famosas “micheladas” a las que a algunas les agregan alcohol, pero terminan armando una red delictiva que llega a competir con organizaciones fuertes, como La Unión Tepito, la Anti Unión o el Cártel de Tláhuac.
De esa manera, además de la operación de las grandes organizaciones del crimen que operan en la Ciudad de México, la macro urbe vive otro problema delincuencial con familias enteras que no sólo se dedican al tráfico de drogas, sino también a la explotación sexual, secuestro y, desde luego, a la extorsión a través del cobro por derecho de piso y “protección”.
La situación se complica cuando otra familia vecina vislumbró también el “negocio” y empieza a dedicarse a lo mismo; es cuando escala la violencia como en los grandes cárteles que se disputan territorios, pues estos clanes familiares se pelean a los consumidores.
Bajo este modus operandi, existen infinidad de familias criminales como la de la chelería Las Fregonas VIP, que recientemente atrajo la atención de las autoridades capitalinas por los frecuentes hechos violentos que se han dado en la Alcaldía Iztapalapa.
Miembros de la familia Sandoval Vázquez, en sólo dos años pasaron de vender fritangas en la banqueta, frente a su casa, en la colonia Lomas de San Lorenzo, a apoderarse de toda la calle, con la protección de inspectores de la demarcación y autoridades policíacas, y dedicarse a la venta de droga, disputándole el “negocio” al Cártel de Tláhuac.
De acuerdo con las investigaciones, ese negocio fue fundado por Daniel Sandoval Vázquez, alias El Diablo, quien en 15 meses junto con sus dos hermanos. uno de ellos identificado con el mote de El Camarón, empezaron vendiendo micheladas en una mesa de plástico, para luego convertir toda la calle Santa Cruz en un bar ambulante.
Ahí mismo organizan diversos eventos de comparsas y carnavales donde venden drogas y alcohol a menores de edad. En ese lugar, según la investigación, mataron a tres personas en el año de 2019 por la disputa del mercado de la venta de droga
Además, denuncian que en la casa desde donde despachan en el segundo nivel, se dan servicios de tipo sexual y venden droga a los asistentes. Las autoridades de la Alcaldía Iztapalapa no reportan las irregularidades cometidas en el lugar por lo que resulta evidente que son las que los han dejado crecer.
Los dueños de Las Fregonas VIP sobornan a inspectores y a agentes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana del cuadrante para que no los molesten y los dejen trabajar.
El grupo delictivo encabezado por El Diablo, cuenta con al menos dos carpetas de investigación abiertas en la Fiscalía General de Justicia de la CDMX: la FHZP IZP 6 UI 2CD 2371 05 2022 y la FTEZP IZP 6 UI 2CD 2613 06 2022, iniciadas por narcomenudeo y trata de personas.
En ambas se asienta que la familia era alertada cuando se realizaban operativos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, pues dentro de la Alcaldía teñían contactos que les avisaban cuando iba a haber movimientos.
Luego, conforme fueron creciendo, el trato lo elevaron a comandantes y coordinadores de la propia policía capitalina y mandos, por lo que nunca los molestaban.
En uno de tantos operativos se logró desmantelar el lugar, lo que a su vez derivó en la aprehensión de Daniel Sandoval Vázquez, de 46 años; Edgar Miguel Sandoval Novelo, de 29: Giovanni López Silva, de 23; Joanna Guadalupe Novelo Salas, de 40; Leonardo de 22 y Miriam Guadalupe Garfias Navarro de 19.
Toda la familia: Padres, hijos, cónyuges, nietos.
Sin embargo, la chelería sólo estuvo cerrada dos meses, luego la volvieron a abrir, mientras que los imputados ya están libres y regresaron a la misma a continuar con el negocio, pues los delitos por los que fueron consignados no fueron considerados como graves por el juez que tomó el caso.
Ahora los vecinos temen represalias pues fueron ellos quienes denunciaron el caso, en tanto que El Diablo y su familia siguen operando impunemente.
En opinión de Carina Morales, socióloga y urbanista por la Universidad Autónoma Metropolitana, el factor común en estos casos es la corrupción y el aparente desinterés de las autoridades, tanto policíacas como delegacionales.
Los mismos registros de la fiscalía capitalina, revelan que familias criminales como la de los Sandoval Vázquez las hay en todas las alcaldías, pero donde hay más ganancias, por el tamaño y la población, como en Iztapalapa, Gustavo A Madero, Cuauhtémoc, Benito Juárez o Miguel Hidalgo, la violencia se agudiza.
Tan sólo en esa Alcaldía, de acuerdo a investigaciones de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, cuya titular es Ernestina Godoy Ramos, en esa demarcación operan al menos 100 familias criminales que delinquen con total impunidad.
El clan de los Pérez Hernández, en la colonia Gabriel Hernández de la Alcaldía Gustavo A Madero, pasó de vender frituras y refrescos afuera de una escuela, a ser los principales distribuidores de droga en secundarias y preparatorias de esa zona norte de la Ciudad. Han llegado a tener tanto poder que se convirtieron en competidores de La Unión Tepito.
En la colonia Cantera Puente de Piedra, jurisdicción de la Alcaldía Tlalpan, las autoridades dicen que no han podido (o no han querido) erradicar a Los Michoacanos, una familia entera que opera y surte de drogas a todo el sector. Los líderes, José Burrola Hernández y dos de sus hermanos ya han sido detenidos, pero quedan libres en cuestión de días y regresan a retomar sus ilícitas actividades.
Los Burrola son propietarios de una barbería, una estética y diversos negocios, además de talleres mecánicos y de hojalatería en la zona, y sí, todos los días pasan patrulleros de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, pero nadie molesta a los narcomenuderos, pues solamente pasan por su cuota.
Los inspectores de la Alcaldía y agentes vestidos de civil, pasan cada semana o hasta la quincena, según “el moche”.
Los Rodríguez Castrellón son los encargados de distribuir droga en los bares y antros del Eje Central y los que están en los alrededores de la Glorieta de Vértiz.
En Benito Juárez la familia Güitrón Servín, opera impunemente y tiene como centro de operaciones el Callejón Negrete de la colonia Niños Héroes, a escasos metros de un módulo de seguridad de la SSC y a espaldas de la iglesia Nativitas donde se ha implementado el programa “Sí al Desarme.Sí a la Paz.”
En un lapso de medio año los han detenido cinco veces, pero logran obtener su libertad en menos de tres días y después toman represalias contra quienes los denunciaron, ya que los mismos policías que los detuvieron informan quienes los delataron.
El 9 de febrero del pasado 2021, fue arrestado Miguel Ángel Pulido Guerrero, quien estaba al cuidado de 60 kilogramos de cocaína en uno de los departamentos del edificio ubicado sobre Xola 1610, entre las calles Monte Albán y José María Vértiz, a media cuadra de la estación del Metrobús Dr. Vértiz.
La socióloga Carina Morales, señala que un tema pendiente la seguridad y justicia para los propios vecinos que ya no soportan vivir con esos delincuentes, pero no pueden hacer nada, pues a pesar de que los denuncian una y otra vez, éstos salen libres, por lo que hay desconfianza hacia las mismas instituciones.
Otro grupo delictivo es el César Andrés Pedraza “El Balín”, a quien las autoridades lo ligan con el CJNG, dedicado a la venta y distribución de drogas, robo a transeúnte y robo a transporte público. Operan en las colonias Pensil Norte, Argentina y Legaria en la alcaldía Miguel Hidalgo, con movilidad en el municipio de Naucalpan, Estado de México.
También está el grupo de La Ronda 88, que dirige Fabián Solís Vega, mejor conocido como el Fabián, a través de sus familiares, ya que está preso. Se dedican la extorsión, secuestro, homicidio, cobro de piso, robo y venta de autopartes, distribución y venta de drogas.
Esa familia criminal opera en las colonias, Ex Hipódromo de Peralvillo y Peralvillo, en las Alcaldías Cuauhtémoc y Gustavo A. Madero. Sus integrantes tienen movilidad en el municipio de Tecámac, Estado de México.
La Banda de El Rorro o Los Guerreros, es liderada por Martín Armando Barcenas Jara “El Carnal, El Azul y/o El Rorro. Se les acusa de venta y distribución de droga y extorsión y opera principalmente en la Alcaldía Tlalpan.
Otra organización delictiva conocida como Juan Balta, que encabeza Vicente Amado Rodríguez, alias El Amado; está relacionada con los delitos de extorsión, narcomenudeo, secuestro, fraude, invasión de predios y homicidios y opera en las Alcaldías Iztacalco e Iztapalapa.
También desde la cárcel, Pedro Contreras Galindo, El Güero Fresa, opera su grupo criminal acusado de extorsión, narcomenudeo y cobro de piso y mantiene cierto control en colonias de las Alcaldías Iztapalapa, Xochimilco y Tláhuac.
En la Alcaldía Gustavo A. Madero, los grupos delictivos operan en las colonias, Ampliación Providencia, Aragón la Villa, Arbolillo 1, Campestre Aragón, Chalma de Guadalupe, Constitución de la República, Gertrudis Sánchez Tercera Sección, Guadalupe Tepeyac, Martín Carrera, Nueva Atzacoalco, Palmatitla, Panamericana y San Felipe de Jesús.
También mantienen presencia en San Felipe de Jesús Norte, San Juan de Aragón ll Sección, San Juan de Aragón Vll Sección, San Juan de Aragón 7a Sección, San Juan de Aragón Primera Sección, San Juan y Guadalupe Ticomán, Atepetlac, Tepeyac Insurgentes, Tlacaélel, Vasco De Quiroga, Villas De Aragón, Zona Escolar y Zona Escolar Oriente.
En la Alcaldía Coyoacán han detectado operaciones de grupos delictivos en Coapa, Culhuacán, Coapa Popular, Emilio Zapata, La Candelaria, Pedregal de Santa Úrsula, Pedregal de Santo Domingo, Santa Úrsula Coapa y Unidad Habitacional Emiliano Zapata.
Reynel Orozco, criminólogo por el Colegio de la Frontera Norte, precisa que ese uno de los grandes problemas de la metrópoli, la corrupción, “estamos hablando de que cualquier policía se corrompe, cualquier comandante o cualquier inspector o autoridad delegacional”, dijo.
-Lo más grave, añadió, es que el problema no es nuevo, pero se sigue registrando, si analizamos desde tiempo atrás, La Unión Tepito, el Cártel de Tláhuac y Los Rodolfos, entre otros grupos, nacieron igual y luego tomaron fuerza.
“A eso nos referimos cuando hablamos de la desatención de las autoridades, prefieren dejar crecer estos pequeños grupos para después dar golpes mediáticos, solamente cuando les conviene, es decir en campaña o cuando hay cambios de poder”, acusó.
“El gran problema de la capital del país es la corrupción, ya que las autoridades no pueden o no quieren matar a la gallina de los huevos y por eso abundan ese tipo de negocios en barrios y colonias de todas las alcaldías”, advierte Luis Hinojosa, sociólogo y criminólogo.
“Basta recordar cómo empezó Felipe de Jesús Pérez, El Ojos; con el Cártel de Tláhuac. Durante 10 años nunca lo molestaron, pero como creció demasiado, tuvo que hacerse cargo La Marina que terminó por abatirlo en julio de 2017, de lo contrario seguiría operando”, puntualizó.
La misma situación se mantiene con Los Rodolfos, ya que a pesar de que las autoridades cuentan con información suficiente para proceder contra el grupo, a la fecha no han intervenido su centro de operaciones en Xochimilco.
“La historia es la misma, Detienen o matan a los líderes, pero la familia, desde la abuela, la esposa, los hermanos, hijos, sobrinos y nietos, siguen con el negocio familiar, con las mismas prácticas, sobornando a las autoridades de distintos niveles y cuando quieren acabar con ellos simplemente ya no pueden, porque los dejaron crecer demasiado y se volvieron poderosos”, concluyó el experto.
AM.MX/fm