Por Gabriel Pereyra
Hace unos meses que un amigo mío José Luis Porras que presume de andar con los pirruris y socios de la mafia en el poder, comentó sobre el gobierno de Andrés Manuel López Obrador: “ Vas a ver, que se cuide López Obrador porque no sabe lo que le vamos a hacer, vas a ver”. La conversación había subido de tono y como buen amlover le había rebatido sus opiniones adversas a la Cuarta transformación. Las pláticas han seguido y cada vez lo busco menos porque temo llegar a un punto de ruptura. Pero veo que sus amenazas eran ciertas, hay una campaña de desprestigio y violencia contra las medidas que está tomando el Presidente.
ES natural que todos aquello que no querían que AMLO llegara a la presidencia, ahora que llego están tan enfurecidos, profundamente enojados, parte de sus negocios e ingresos se les han caído; por eso están armando cofradías, bandas, pequeñas mafias, grupúsculos y grupos de choque para combatir y entorpecer el mandato del Peje. Publican memes, notas, a través de las redes sociales, inventan hechos que nunca ocurren, para exhibir al Peje, que en esta ocasión les dio una paliza de pronóstico reservado de más de 30 millones de votos. El caso patético es el de Víctor Trujillo que en su personaje de payaso “Brozo” ensucia las ondas hercianas siempre que puede. Ya de por si era trágico ese papel de payaso, que pretendía ser cómico, para ahora pretender ser crítico e intelectual. Así es el amor, dicen que es por eso, esperamos no se le pase nunca.
Son diversos los grupos de descontentos. En primer lugar el Estado Mayor Presidencial que perdieron todo el poder que tenían, eran verdaderamente el poder tras el trono. Se comportan como un organismo autónomo, tenían carta blanca para gastos, autoridad total basada en la seguridad del presidente, no tenían que rendir cuentas a nadie, el presidente tenía que someterse a sus indicaciones. Recuerdo una plática cuando comentaban que si alguien se resistía, lo amenazaban con que podían matar o secuestrar y ellos estaban para protegerlo. Nadie resistía el terror que despierta la amenaza a la vida o a la seguridad, ni el propio presidente la soportaba. Eran dueños absolutos de la presidencia. Operaban todo.
Otro grupo de descontentos son todos aquellos que se beneficiaban con el Guachicoleo de la gasolina, no solo los que ordeñaban en las poblaciones del estado de Puebla e Hidalgo los ductos, también las gasolineras y empresas que se beneficiaban, los empleados y técnicos que operaban al interior de las plantas de Pemex el robo de combustibles y los que estaban encargados de cuidar el oro negro y resultó que eran los principales operadores del robo, como el general Eduardo León Trauwitz y el grupo de militares que encabezaba. Con el cambio de administración perdieron millones y millones de pesos
Están descontentos también los jefes de compras y los administrativos de las secretarias, los del IMSS, CFE, de los gobiernos estatales, porque tienen nuevas normas y una mayor vigilancia.
Un grupo que está súper encabronado es el de los aviadores y planeadores de plazas administrativas. Miles de plazas han quedado acéfalas, nadie las cobra porque nadie las trabajaba y ahora que han tenido que presentarse a trabajar, no lo han hecho. Esas son las plazas que se han cancelado, esas son las supuestos trabajadores que han sido despedidos, no existían. Era un robo brutal de cheques.
Estos pagos además de estratosféricos eran el resultado de prácticas administrativas fantasiosas y perversas. En estos diadas en Oaxaca un grupo de maestros van a parar las carreteras porque o les han dado un bono de No actuación. Consiste en que le dan a un grupo privilegiado, mil quinientos pesos por que no hagan ningún paro y no obstruyan las carreteras o las calles. Esa compensación se les daba desde hace doce años. Les pagan para que se porten bien. Es el colmo del cinismo y de la corrupción.
La policía Federal está furiosa porque se termina su mina de oro, semejante al huachicoleo. Las carreteras no solo eran su responsabilidad, eran su fuente de enriquecimiento ilegítimo con la extorsión a transportistas, comerciantes y camioneros. Cada camino tiene su cuota y su rendimiento. Un amigo era estafado cotidianamente en una carretera del estado de Veracruz cuando transportaba materiales de construcción de su casa a su tlapalería, descubrió que si se levantaba a las cinco de la mañana el policía federal no había llegado al tramo que había elegido para robar. Mi cuate se levantaba una hora más temprano, pero se ahorraba doscientos pesos que le había puesto de cuota el “federal”.
Había “igualas” de las organizaciones de transportes y de compañías muy fuertes de transportación que preferían arreglarse directamente con los jefes superiores para que no molestaran a sus trabajadores. Otra entrada económica muy peleada era el transporte de combustible robado. La policía Federal era una de la beneficiadas directamente del huachicoleo, ellos sabían de las pipas de gasolina robada y el transporte clandestino del combustible las cuales tenía que pasarles un “entre” para que no las detuvieran.
Esas son las verdaderas razones de su protesta. Esos miles de abusos que cometía y que se van a acabar, esa es la razón de su protesta al ser asimilados a la guardia nacional, se les acaba la posibilidad de seguir robando a la población.
Julio mes de la violencia magisterial
En el país existen una serie de fiestas regionales que se convierten en festividades nacionales. Esta la feria de Aguascalientes, sin duda la más famosa de toda la nación, donde se dan cita los ganaderos, industriales, toreros, galleros y artistas, pillos, periodistas y también gente decente de lo más representativos de ese momento. Aguascalientes apostó a la feria como un mecanismo de cohesión social, de divulgación de sus valores y de desarrollo. Todos los fiesteros del país y los que viven de eso, acuden al llamado de las tradiciones para hacer negocio, divertirse, tentar a la suerte o morir en la plaza. Es la fiesta de México. Así está la Feria del Calzado en León, la de Zacatecas que tiene un sabor regional muy característico, el Cervantino en Guanajuato, las fiestas del 5 de mayo en Puebla.
Que yo recuerde, las fiestas regionales no son precedidas de hechos violentos, demandas populares, manifestaciones de descontento. La idea es divertirse, cumplir con las tradiciones, ganar dinero y pasarla bien; salvo en Oaxaca, donde ya sabemos que todo se complica, se enreda y se cuestiona con el objeto de que un grupo de pillos disfrazados de maestros de la Sección 22 obtengan pingües ganancias. La festividad de la Guelaguetza sirve de escenario para que nuestros queridos maestros de la sección 22, bloquean calles, incendian oficinas, manifiestan sus frustraciones personales y de paso se llevan de calle a turistas que quieren conocer estas expresiones artísticas. El conflicto empieza con el grupo que certifica la autenticidad de los bailes, de los trajes, de las personas que participan. Después siguen los taxistas que ponen las tarifas que quieren, abusan del turismo y de los usuarios locales y como, la cereza del pastel entran los maestros que rompen las pláticas que tenían con las autoridades educativas, toman las calles, las casetas de peaje y ubican a Oaxaca en el escenario nacional como un pueblo, violento, irracional. Intolerante, conflictivo. A partir de eso empieza un juego de cantidades fabulosas de dinero en que los, “líderes”del magisterio venden los movimientos.
Así ha sido cada año. Es un juego que siempre jugamos para ver finalmente una serie de bailables y expresiones artísticas populares que según la tradición regalan las comunidades oaxaqueñas. Este es el primer domingo de julio y las fiestas y los conflictos ya están aquí. Disfrutemoslos, como lo hacemos cada año vemos los mismos números, con diferentes actores.