Por Gabriel Pereyra
Si yo fuera Carlos Marín, correría a todos los camarógrafos del canal de Milenio por los close up que le tomaron durante la entrevista con Andrés Manuel López Obrador, todas las características desagradables que le señalan a los Pipopes emergieron en ese momento en que el ”maestro” Marín no controlaba sus instintos: odio, furia, agresión, violencia verbal y autoritarismo. Marín echaba espuma por la boca y le escurría la hiel y el odio por la nariz, los ojos y la frente. Amparado en que “soy periodista” se le iba a la yugular a AMLO y lo interrumpía a cada momento. Organizaba la jauría para acorralar al candidato a la presidencia de Morena le exigían un sí o un no. Mal se vio ese grupo, se exacerbo la violencia, su falta de objetividad, de equidad, de respeto, o se manifestó demasiado la consigna y los compromisos económicos de ese grupo. Se salvan de ese encuentro Jesús Silva-Herzog Marques y Héctor Aguilar Camín, a los cuales invitaron de comparsas para decir ” vean que demócratas somos” y quienes guardaron compostura y respeto ante el invitado que sería la cena de esa noche, el cual sin ningún problema dio respuestas políticas a cada uno de los cuestionamientos dogmáticos. Finalmente Silva-Herzog Márquez manifestó su admiración por las posturas de AMLO, algunas no compartidas pero las defendia con valentía y honestidad.
La entrevista con Andrés Manuel tuvo muchas lecturas, sus enemigos afirman que lo despedazaron, creo que a pesar de tener dientes fuertes, no le pudieron rasgar ni las valencianas del pantalón. No se han dado cuenta y se niegan a reconocer que López Obrador tiene un blindaje que le da su honestidad, su perseverancia, y que ha resistido millones y millones de agresiones que lo han vacunado.
Se olvidan que un político, un auténtico político con autoridad moral, cultura, conocimientos y perspectiva de estado, que sabe lo que quiere, lleva las entrevistas a donde quiere y se da el tiempo que quiere para responder, y responde lo que le conviene, López Obrador nos dio una gran lección de política y medios de comunicación. Habrá que estudiar con cuidado esa entrevista que ya se convirtió en un clásico y que tiene a todos los actores políticos de este mes hablando de lo que quiere AMLO, quien lleva ya varios meses dictando a los jefes de redacción las cabezas de las primeras planas.
Hay que reconocer el impacto que tiene las expresiones de este hombre que ha formado parte del escenario político nacional en los últimos 20 años. Sus enemigos, entre ellos la administración federal en su conjunto y los gobernadores de muchos estados, han gastado millones de dólares en formar contra él una corriente de opinión en las redes sociales, en la prensa escrita, radiofónica y televisiva. No han podido, permanece firme en las encuestas que es en este momento uno de los medios de medir la popularidad.
Por otra parte maneja datos duros, ciertos y comprobables de los temas torales de la nación y de los grandes negocios que ha hecho la administración de Peña Nieto. Es evidente que la información de los contratos del nuevo aeropuerto y el negocio que representa esa construcción están ya en poder de Morena. En ellos se manejan sumas fabulosas y aunque dicen que están a la luz pública no hablan de la información privilegiada, de las comisiones y de todos aquellos subterfugios que existen para proporcionar a los funcionarios corruptos grandes ganancias. Esa es la razón por la que el Secretario de Comunicaciones y Transportes el Ing. Ruiz Esparza no se fue a una candidatura plurinominal, tiene que amarrar todos los detalles para que esa información confidencial que está apenas asomando sobre la opacidad de algunos contratos no se esparza.
Como en el beis bol esto no se acaba hasta que se acaba el triunfador lo veremos hasta el dos de julio. El gobierno federal, el PRI y Pepe Toño cuentan con las operaciones que puedan hacer en el último momento de la elección, acarreos, votos comprados, alteración de actas, secuestro o compra de funcionarios. Hay información de que todos los operadores que le quedan y que dispone el PRI los han soltado ya para que empiecen a operar. Los que andan en este apasionante mundo de la operación electoral, saben nombres y señas de los operadores o mal llamados ingenieros electorales que van a entrar en operación. Este es el momento de que empiecen a operar para que el próximo domingo de julio pongan lo mejor de sus conocimientos y empeños para que esta siga siendo una democracia dirigida, acotada e imperfecta, que solo la maneje una elite de dirigentes de partidos. Como en el Estado de México se tratará de cubrir a nivel nacional todas aquellas casillas que no tengan completos a los representantes de los partidos, o se les pueda comprar.
El escenario se presenta con claroscuros explicables, por una parte en las redes sociales y en la prensa nacional los enemigos de Andrés Manuel López Obrador están llenado de lodo y violencia el proceso, presentan una de las batallas más grandes y degradantes que se puedan hacer; por otra parte, todas las encuestas muestran que Andrés Manuel va a la cabeza de las preferencias electorales. En Chiapas un reciente ejercicio muy controlado por el gobierno del estado dio como resultado que el 82% de los votantes de esa región votarían por López Obrador y solo un 12% por José Antonio. En Oaxaca los operadores políticos con métodos rupestres, anticuados, hasta obscenos, tratan de intervenir en la voluntad popular y han llegado hasta el asesinato para definir la representación política. Con esos métodos que se creían olvidados pero que son muy efectivos, meterle de balazos al contrincante, es muy frágil la democracia que podemos presumir. Oaxaca está en el último lugar del desarrollo nacional como lo demuestran las cifras del CENEVAL en alimentación, educación y bienestar, lógicamente estamos en el último lugar de cultura política y democracia.
Odebrecht
El caso Odebrecht, uno de los negativos más graves que tiene el gobierno de Enrique Peña Nieto y por lo tanto la candidatura de José Antonio Meade para a llegar a la presidencia de la República. En Brasil, en Argentina y Perú se han acusado y llevado ante los tribunales a presidentes de la republica y funcionarios de primer nivel por esa red de sobornos que instrumento la empresa brasileña desde hace varios años. El último inculpado que renuncio fue el presidente de Perú Pedro Pablo Kuczynski. En México una de las personas ligada a ese escándalo Emilio Lozoya, director de Pemex en la administración de Enrique Peña Nieto, sigue libre, vivo y coleando. Los mismos ex funcionarios de Odebrecht que acusaron a los presidentes sur americanos han declarado que le pagaron 10 millones de dólares para asegurar contratos con el gobierno mexicano y que ese dinero era para la campaña electoral del entonces aspirante a la presidencia Enrique Peña Nieto.
Aquí se dieron los contratos a la constructora, tal como lo denunciaron los empleados de Odebrecht, está comprobado toda la historia, pero no hay ningún detenido y el dictamen duerme el sueño de los justos. A Santiago Nieto, el único fiscal que se atrevió investigar este asunto lo corrieron, lo trataron de sobornar y finalmente lo amenazaron, Diferencia abismal en materia de corrupción e impunidad entre algunos países de América Latina y el nuestro, en este gobierno los negocios, la impunidad y la corrupción son las divisas.
AM.MX/fm