*Mónica Herranz
Engáñate y dite que no la quieres, engáñate y dite que no la extrañas, miéntete y sigue creyendo que lo suyo es un amor imposible. Oculta tras todas las ocupaciines que te impones para no pensar en ella el tedio del trabajo cotidiano, el de la rutina de la vida, el del día a día. Miéntete creyendo que no puedes tenerlo todo, que debes dejar morir lo que tienes con ella porque ese amor se contrapone con el que es para ti el más querido.
Dien por ahí que el que por su gusto muere hasta la muerte le sabe y sé que te sabrá, porque un día, cuando menos lo esperes, cuando el alma se te desnude aun sin tu permiso, cuando la luna llena te haga pensar en ella, cuando su reflejo te haga evocar sus labios y sus caricias, y cuando entre tus sábanas recuerdes su nobleza y la verdad con la que siempre te habló, entonces te sabrá y será una muerte que te sepa a arrepentimiento y no, no por haber dejado morir lo que había entre ustedes, sino por la forma en la que lo mataste.
Miéntete y dite que la mejor forma que encontraste de hacerlo fue ignorándola, tratándola con absoluta indiferencia, miéntete y sigue pensado que así era la única manera, que no podías hablarle con verdad cualquiera que ésta fuera, miéntete porque en reiteradas ocasiones ella te pidió que le hablaras con verdad, porque aunque duela hay certeza en ella y eso da entendimiento y claridad. Miéntete justificando que hay razones por las que fue mejor ignorarla que despedirte y decirle adios.
Miéntete porque ni tus abrazos ni tus caricias y muchos menos tu mirada son capaces de mentir de tal manera y ella ha visto en esa mirada tuya en apariencia penetrante y fría un anhelo vivaz que desafortunadamente se esfuma frente al contundente peso de una realidad a tus ojos inamovible, ¿inamovible?, miéntete una vez más.
Engáñate creyendo que ella te da igual y que por eso te alejas con absoluta indiferencia, engáñate pensando que ella contigo no es feliz, que ella contigo no ha encontrado crecimiento personal ni profesional, que ella contigo no está bien, que ella no te admira, que ella no te entiende, que ella no ve en ti todas aquellas cualidades que a sus ojos te hicieron un hombre perfecto, con sus detalles, pero maravilloso, aun con sus defectos.
Miéntente y piensa que su sonrisa no tiene que ver contigo, que su motivación no se ha potenciado a tu lado, que la forma en que te mira no tiene que ver con el amor que te tiene, que el bienestar que encuentra contigo es ilusorio y fugaz. Si, engáñate y piensa que no te espera, engáñate y sigue considerando que eres inalcanzable para ella.
Engáñate creyendo que la estás rescatando de una situación que en nada beneficia a su vida, miéntete y síguete diciendo que el tiempo que pasa contigo es tiempo perdido o que las experiencias que quería compartir contigo le robarían la oportunidad de hacerlo con alguien más. Miéntete y cree que con otro estará mejor, que al cobijo de otros brazos olvidará los tuyos, que al besar otros labios y cuando alguien más la haga suya dejará de pensar en ti y entonces cuando la sepas de otro, síguete mintiendo, pero miéntete bien y miéntete en serio, porque ese día sabrás con certeza que las has perdido y que no habrá marcha atrás, porque sabes que ella no se entrega sin amar y el día que se entregue a otro será porque te habrá dejado atrás.
Miéntete y piensa que ella no te extrañará, que ella no te ha echado de menos, que continuará con su vida y que así como entraste en ella, saldrás. Miéntete penando que no la buscas más por lo enojada que ha de estar, que quizá si le hablas o le escribes ni si quiera te contestará. Engáñate una vez más.
Pero…¡un momento!, ¿será él quien se miente o es ella quien se engaña y no quiere ver la otra posible verdad?. Que él la ha dejado de querer, que ya no quiere estar, que ha perdido el interés, que por eso le es tan fácil dejarle de hablar, que dice que está muy ocupado y que por eso no llama cuando en realidad no quiere hacerlo y ya. Que sus días están llenos de otros amores quizá, que su calor ha acabado, que ese amor ha terminado, que los posibles planes lo han asustado y que por eso ha desaparecido sin importarle si le está causando algún mal.
El tiempo lo dirá, ya veremos quien se está mintiendo más.
*Mónica Herranz
Psicología Clínica – Psicoanálisis
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