LA HABANA, CUBA / SemMéxico/SEMlac.- El valor de los saberes ancestrales, la apuesta por la comunidad y un posicionamiento crítico frente a todas las opresiones son contribuciones del feminismo decolonial frente la crisis que se vive a escala planetaria, coincidieron académicas y activistas reunidas en La Habana el 29 de mayo, durante el XI Taller internacional Mujeres del siglo XXI.
Desarrollado por María Lugones, filósofa de origen argentino, el feminismo decolonial -más allá del concepto- es considerado un campo de pensamiento y acción crítica y radical dentro las luchas sociales.
Si bien su centro apunta a identificar el género como una imposición colonial, sus denuncias trascienden al racismo, el capitalismo, el heterosexismo patriarcal y las jerarquías de poder, sin importar el posicionamiento ideológico.
Yuderkys Espinosa Miñoso y Ochy Curiel, dos reconocidas activistas, académicas y feministas decoloniales, posicionaron ese debate en el taller, que fue parte del Congreso Internacional Diálogos Interdisciplinarios (CIDI 2025), organizado por la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología de la Universidad de La Habana en el contexto de la segunda Convención Internacional SABER UH 2025, realizada entre el 26 y el 30 de mayo.
«El feminismo decolonial es a la vez acción y pensamiento. Asume la lucha política desde sujetos múltiples; no solamente desde las mujeres, también desde la gente afro, indígena, etcétera. Genera comunidad como un modo de hacer colectivo desde la autonomía y no dirige su acción desde esferas institucionales», dijo Ochy Curiel durante su conferencia «Claves del feminismo de colonial frente a la crisis civilizatoria», cierre formal del taller.
De origen dominicano y residente en Colombia, Curiel es reconocida por su activismo social y trabajo académico. La también autora de varios libros y cantautora dijo que actualmente no vivimos una crisis coyuntural o de determinados países, sino global.
Frente a lo que llama «crisis civilizatoria», la académica dominicana precisó: «No se trata de un problema de los países surgidos de los territorios ex colonizados, ni de un problema coyuntural posible de ser superado dentro de las condiciones históricas estructurales que lo producen; para nosotras se trata de pensar la crisis como un estado intrínseco de la sociedad euro centrada», afirmó.
Ante esta realidad propuso disputar los saberes coloniales, poner la atención en las comunidades y construir proyectos políticos colectivos que unan diversas luchas, más allá de las fronteras nacionales.
Tanto Curiel como Espinosa Miñoso presentaron una visión crítica del género y de los estudios que asumen enfoques universalistas para abordar las experiencias de las mujeres, sin reconocer su diversidad. Estas posturas académicas, consideraron, jerarquizan las opresiones y desconocen la interconexión entre ellas.
También coincidieron en que el género es colonial y que, a diferencia de lo que exponen otros enfoques, no le antecede al proceso de esclavización y colonialidad, pautados por la cultura occidental, antropocéntrica, androcéntrica y clasista.
Espinosa Miñoso es escritora, investigadora y docente afrocaribeña y reside en República Dominicana. Considerada pionera en el feminismo decolonial y antirracista, es cofundadora del Grupo Latinoamericano de Estudio, Formación y Acción Feminista (GLEFAS), del cual también es parte Curiel.
«La aspiración es abandonar las luchas fragmentadas. Si realmente asumimos una mirada interseccional, las luchas que desarrollemos deben de ser inclusivas y confrontar el modelo colonial en su conjunto y todas las maneras en que produce injusticia», reflexionó Espinosa Miñoso en su conferencia titulada «¿Quién dijo que era simple? Una reflexión en proceso sobre género, colonialidad y producción del mundo».
«Si es verdad que estamos comprometidas con las condenadas del mundo, eso significa que tenemos que trabajar por sus comunidades, porque esas mujeres no se van a salvar solas. Hay muchos ejemplos: cuando el feminismo consiguió el derecho al voto, en la mayoría de los países solamente lo ejercieron las mujeres blancas, porque los grupos indígenas y las poblaciones negras no tenían derecho al voto», reflexionó.
En opinión de ambas pensadoras es importante construir puentes en función del conocimiento popular y metodologías que permitan reconstruir la historia y saberes ancestrales.
Por su parte, Curiel agregó la necesidad de fortalecer los movimientos sociales creando nuevas maneras de vivir lo comunitario, reconociendo experiencias que ya existen en la región desde hace mucho tiempo y que proponen otras maneras en la gestión de los gobiernos comunales y la relación con la naturaleza.
Mencionó experiencias como el Zapatismo, en México, y otras en Guatemala que constituyen una alternativa al individualismo liberal, no solo desde lo productivo, sino también desde lo cultural y lo social.
«Estas claves del feminismo decolonial proponen cambios profundos, no reformas que se adaptan a las negociaciones coyunturales; implica darle lugar a una ética de la vida, que recupere la colectividad y lo común, para un desenganche de todo el síndrome colonial que nos afecta, para que no siga aumentando su destrucción», concluyó Curiel.
«El taller es un evento surgido desde la Cátedra de Género de la Universidad de La Habana, dirigida por Norma Vasallo Barrueta hasta su fallecimiento en 2024. Hemos querido hacerle un homenaje a Norma con la organización de esta edición por todo su trabajo y esfuerzo», dijo a SEMlac Yules presidenta del comité científico del CIDI y del taller Internacional Mujeres en el Siglo XXI.
Sobre la participación de Yuderkis Espinosa Miñoso y Ochy Curiel en el evento, la también académica y afrofeminista cubana destacó la oportunidad que representa tener en Cuba a mujeres comprometidas y «reconocidas en la región por su historial de lucha política y con una visión crítica».
«Sus visiones críticas sobre los temas de género también nos ayuda a repensarnos, a deconstruir muchas certezas o incluso disentir en algunos puntos, a partir de nuestros enfoques y experiencias. Ellas propician un ejercicio crítico, activo y reflexivo importante», remarcó Almeida.
AM.MX/fm