lunes, noviembre 25, 2024

Cuatro películas sobre la Guerra Fría

LOS ÁNGELES, CALIFORNIA.- La película más tarantiniana de Guy Ritchie es una renovación de las aventuras bélicas de toda la vida, pero pasada de vueltas; una especie de retruécano posmoderno de la Segunda Guerra Mundial repleto de explosiones, tiros, nazis, sangre y mucho humor. Además, cuenta con Henry Cavill –con quien colaboró por primera vez en Operación U.N.C.L.E. y a quien ha fichado para una tercera película, actualmente en rodaje– y con uno de esos títulos infalibles: El ministerio de la guerra sucia.

Si esta película se hubiera estrenado en salas hace diez años estoy convencida de que habría sido un éxito, pero está en Prime Video y, claro, se ha convertido en uno de los filmes del verano. La verdad es que no me extraña nada, porque la cinta de Ritchie es una de esas extrañas combinaciones de acción histórica, inspirada en hechos reales revelados por documentos de Winston Churchill desclasificados en 2016, y pastiche de referencias que sienta fenomenal en estos días de ola de calor. Y como fantasía antinazi es un diez.

Boccaccio ‘updated’
En El Decamerón, Kathleen Jordan (Dos balas muy perdidas) se apropia de Boccaccio para desarrollar una serie más cercana a las inquietudes actuales y de clara inspiración pandémica. Aquí también un grupo de nobles abandona Florencia a causa de la peste con el objetivo de encontrar refugio en las afueras de la Toscana, pero no hay ni rastro del tono fabulador del clásico literario, sustituido por la lucha de clases que domina la actual ficción post-covid.

Lo que podemos esperar de esta iconoclasta revisión de Boccaccio es, así las cosas, mucho culebrón de afectos, sexo y conflictos entre los personajes, cada vez más oprimidos por la paranoia por la enfermedad, la claustrofobia por el confinamiento y las dinámicas de poder, enfermizas y divertidísimas entre amos y siervos. Además, Zosia Mamet (Girls) en el papel de Pampinea está increíble.

Entre la verdad y la leyenda
The Big Cigar: La gran fuga es una de las miniseries más peculiares del año. Primero, porque adapta el artículo que del periodista Joshuah Bearman publicó en Playboy (diciembre de 2012) en el que se que narra cómo el líder de las Panteras Negras Huey P. Newton consiguió llegar a Cuba escapando de las fauces del FBI tras ser acusado de asesinar a Kathleen Smith, una joven trabajadora sexual de 17 años.

Segundo, porque también es una miniserie que fabula sobre los hechos y la leyenda, la verdad y la ficción, a la hora de abordar esa fuga de película. Y nunca mejor dicho, porque la huida de Newton fue súper cinematográfica porque contó con la ayuda de dos cómplices inesperados: Bert Schneider y Steve Blauner, junto a Bob Rafelson, las cabezas pensantes de BBS Productions, la compañía que inauguró el Nuevo Hollywood con cintas como Easy Rider (Dennis Hopper, 1969) o La última película (Peter Bogdanovich, 1971). Las luces y las sombras del activismo y de la contracultura estadounidense como pocas veces se han narrado.

El mejor musical ochentero de la Nouvelle Vague
El Atlántida Film Fest, el festival online de Filmin, nos ha regalado este año uno verdadero caramelo cinéfilo, el precioso musical Golden Eighties de Chantal Akerman. Si te gusta Jacques Demy y el technicolor de la Metro Goldwyn Mayer no puedes perderte esta singular propuesta con la que la directora belga homenajeaba a sus referentes y firmaba una luminosa y a la vez crítica visión de esos dorados ochenta.

Completamente encerrada en un centro comercial, la película es un vaivén de coreografías y canciones que sigue a Lili, Mado y Pascale, tres jóvenes peluqueras de profundos anhelos románticos. En la tienda de ropa de enfrente, Jeanne (Delphine Seyrig) se reencuentra con un estadounidense que fue soldado en Francia en la Segunda Guerra Mundial, que ha vuelto a París para recuperar a su antigua amada.
AM.MX/fm

Artículos relacionados