domingo, agosto 3, 2025

¿Cuántos litros de agua hay en tu plato? La huella hídrica de los alimentos que comemos todos los días

Detrás de cada taco al pastor o hamburguesa que consumimos, se esconde la huella hídrica que muchas veces pasa desapercibido. Mientras millones de personas enfrentan crisis de abastecimiento de agua, lo que ponemos en el plato tiene un peso directo —y poco visible— en esa problemática.

Según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 70% del agua extraída de ríos y acuíferos se destina al riego para la producción ganadera, el 20% a la industria, y solo el 10% al uso doméstico.

“La carne, los lácteos, las verduras y las frutas que consumimos tienen un costo hídrico que rara vez vemos, pero que siempre pagamos. Cada alimento es el resultado de un sistema de producción que exige enormes cantidades de agua ¿No deberíamos, entonces, empezar a comer también con conciencia hídrica?”, plantea Lucas Barrionuevo, cofundador de Somos PURA, empresa dedicada a la purificación de agua.

Los datos revelan el tamaño del problema. Producir un kilogramo de carne de res implica un gasto de hasta 15,400 litros de agua, mientras que la misma cantidad de verduras requiere solo 322 litros. De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el 86% de la huella hídrica de un mexicano está relacionada con alimentos y bebidas.

Leandro Barrionuevo, también cofundador de Somos PURA, sostiene que repensar nuestras elecciones alimenticias es crucial:
“Esta información nos obliga a replantear el impacto de nuestras decisiones cotidianas. No basta con acortar el tiempo en la regadera, juntar agua de lluvia para regar las plantas o lavar la ropa con cargas completas. Lo que ponemos en el plato también importa. Porque más allá del sabor o el precio, cada alimento representa litros de un recurso vital que hoy está en crisis”.

¿Qué hacer para reducir huella hídrica de los alimentos?

Frente a este panorama, Somos PURA propone cinco acciones concretas que pueden ayudar a reducir el consumo de agua derivado de nuestra alimentación diaria:

  1. Reduce el consumo de carne y lácteos. Cambiar carne de res por pollo puede significar un ahorro de más de 11,000 litros por kilogramo.
  2. Aumenta el consumo de frutas y verduras. Sustituir proteínas animales por vegetales puede disminuir el uso de agua hasta 30 veces.
  3. Evita el desperdicio de comida. Una sola porción de jamón desperdiciada representa 500 litros de agua tirados a la basura.
  4. Prefiere productos locales y de temporada. Comprar fresas fuera de temporada, por ejemplo, requiere hasta 300% más agua que hacerlo en primavera.
  5. Elige calidad antes que cantidad. Esta práctica puede traducirse en un ahorro de hasta 5 mil litros de agua por semana.

Para ponerlo en perspectiva, un solo taco al pastor puede consumir cerca de 851 litros de agua. Esto incluye el gasto por ración de carne, maíz y piña. Y si consideramos que una orden incluye varios tacos, el impacto se multiplica. ¿Cambiarías tu antojo si supieras cuánta agua estás consumiendo con cada mordida?

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