Adrián García Aguirre / Zamora Pico de Oro, Chis.
* Documental sobre la gran selva de los mayas
* Mucho que aprender sobre el respeto al pasado.
* Y además al valor de la naturaleza y a otras manifestaciones.
* Hay que sacar provecho a las posibilidades de conocerlas.
* Recorridos a museos, clases de cocina, diplomados y hasta viajes.
* Propuesta fílmica y oferta que se adapta a la historia nacional.
Si lo que se quiere es aprender historia, en particular conocer los pormenores de la cultura maya, la recomendación, de inmediato y sin pensarlo dos veces, es ver Corazón del cielo, corazón de la Tierra.
Se trata de un documental que lleva directo a la selva Lacandona para que podamos entender -desde la propia mirada de las comunidades- lo que significa ser maya en la era contemporánea.
Esta película, de 98 minutos de duración, es una obra de la alemana Frauke Sandig y el estadounidense Eric Black estrenada en Alemania en 2011 bajo el título Herz des Himmels, Herz der Erde y desde entonces se ha proyectado en un centenar de festivales donde ha ganado premios y múltiples menciones especiales.
Aunque alrededor del globo se han realizado cientos de trabajos que giran en torno a los mayas, Corazón del cielo, corazón de la Tierra es especial, un trabajo poderoso que transmite la complejidad de las comunidades desde su propio punto de vista; su narración, su cosmología, creencias y, sobre todo, sus interpretaciones sobre la llegada del año 2012 en el calendario.
El duodécimo año de este milenio se convirtió en una fecha apocalíptica para la agenda mediática -de ahí que salieran numerosas películas y escritos sobre el fin del mundo- pero. para los mayas, simplemente se trató de la extinción del Cuarto Sol y un cambio de ciclo en el que el planeta se depuró, dejando a su paso desastres naturales.
Aunado a esta famosa creencia, el documental enseña, de una forma sutil, la vida que tienen estos pueblos, y las amenazas naturales contra las que el pueblo maya debe enfrentarse día con día.
Corazón del cielo, corazón de la Tierra sigue a un grupo de personajes en su vida cotidiana, seis personas que nos relatan historias entrañables de su pueblo y sus preocupaciones personales.
Desde su mirada vemos cómo funciona la vida de la comunidad -integrada globalmente por nueve millones de individuos- y cuál es su comprensión de la vida; ellos se ven a sí mismos como parte de la naturaleza, del agua, de las junglas, del maíz.
El lema que recorre el bosque es “todos somos uno y uno lo es todo”, y entre los protagonistas del documental destacan Chan K’in, chamán lacandón que se lamenta tras ver cómo la jungla se destruye y Flori, joven guatemalteca que huyó de su comunidad tras el genocidio maya perpetrado por las dictaduras militares.
Ahora ha vuelto para ser parte de la resistencia contra una mina de oro canadiense que ha acabado con los paisajes; y Chepita, de los Altos de Chiapas, que lucha contra las multinacionales de maíz transgénico que amenazan el cultivo de maíz nativo, alentado por funcionarios actuales que antes trabajaron para ellas.
Corazón del cielo, corazón de la Tierra nos invita a reflexionar sobre la Tierra en la que vivimos, sobre los riesgos que corre, pero también sobre la belleza que hay en ella.
Aquí conoceremos a la comunidad maya, sus paisajes, imágenes del libro sagrado Popol Vuh, su cosmogonía, tradiciones, ceremonias y su profundo y eterno respeto por la naturaleza.