viernes, abril 19, 2024

Confesiones de una Miss Narco

CIUDAD DE MÉXICO, 1 de febrero (AlmomentoMX).-  “Todo lo que tengo me lo han regalado mis amantes: las joyas, la ropa, los 60 pares de zapatos, el auto de lujo, incluso las bubis. Yo no pagué por los implantes, también fue un regalo.” dijo Yoselín al periodista de Sinaloa, Javier Valdés. Ella, Yoselín, fue novia de varios narcotraficantes, señala el portal Diariodelnarco.

De acuerdo con el portal especializado en temas de narcotráfico, los implantes mamarios se pusieron rápidamente de moda a nivel mundial. Muchas mujeres en México han acudido al cirujano plástico para sentirse “más bellas” y mejorar su autoestima. En el norte de México, en los lugares donde la economía funciona gracias al dinero del narco y del crimen organizado, los implantes son una gran ayuda para conseguir un novio poderoso, un novio narco. El tener un amante de ese calibre significa decir adiós a las penurias económicas y conseguir un viaje directo al infierno.

Los implantes son muy caros, pero el dinero para los narcos no es problema y pagan sin chistar tetas nuevas para sus mujeres. Lo importante es que las muchachas se vean bonitas, sexis, que llamen la atención de todos y que sus “dueños” se sientan orgullosos de sus adquisiciones, sus objetos de adorno.

Javier Valdez tiene razón cuando afirma que el narco no es sólo metralla, tipos armados, ajuste de cuentas. El narco es poder, que te respeten (aunque seas un pobre diablo) aún mejor, que te teman. El narco es lujo, es dinero, es tener automóviles que sólo se ven en las películas gringas, muchas mansiones, relojes con diamantes, que los políticos se hinquen ante ti, el poder matar a quien se te dé la gana y no te pase nada, pero sobre todo, tener como esposas y amantes a las mujeres más hermosas.

Y bien dice el periodista: “La belleza es poder”

 

Miss Narco

 

En Sinaloa hay carnavales y concursos de belleza con los sueñan miles de muchachitas.

Lo mejor que les puede pasar en la vida, es ser coronada reina de belleza o convertirse en majestad del Carnaval, para pasear en el primer carro alegórico lanzado besos a los súbditos.

Sin embargo, para muchas hermosas adolescentes, los certámenes de belleza fueron el comienzo de sus desgracias. Ya sea porque el tío, el papá o el amante de una de las competidoras amenazó de muerte a las demás, o porque les arrebataron el triunfo a la mala, o un narco “de los pesados” se robó a la ganadora del certamen. Así como lo oye.

Muchas de las esposas, amantes o amigas de los narcos han sido asesinadas; algunas participaron en el negocio, otras no tenían nada que ver, pero a la hora de las venganzas, ellas pagan los platos rotos, aunque también, si se sienten heridas o celosas, algunas de ellas pueden matar a sus rivales.

Javier Valdez escribió el libro Miss Narco, que cuenta las aventuras y desventuras de las mujeres que de una u otra forma han estado relacionadas con los narcotraficantes, ya sea como amantes, madres, hijas, viudas, policías, víctimas o victimarias.

Este ramo de relatos no juzga moralmente a nadie, sólo cuenta sus historias y nos da una lista de las reinas de belleza que han sido esposas, amantes y viudas de grandes capos. El periodista nos cuenta que cuando alguna jovencita coronada como reina de belleza mueve su mano desde la pasarela, no se sabe si saluda a la audiencia o se está despidiendo del mundo.

AM.MX/fm

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