viernes, abril 19, 2024

CONCATENACIONES: Siria: ¿una gran comedia internacional?

Fernando Irala

Una guerra civil que ha durado ya seis años en Siria, y contabiliza ya cerca de medio millón de muertes y más de cinco millones de refugiados, vivió un escalamiento cuando un confuso ataque con armas químicas causó un centenar de muertos e innumerables víctimas civiles en una población de ese país.

No es la primera vez que el régimen sirio es acusado de usar neurotóxicos en el conflicto, aunque por lo menos esta vez hay dos teorías encontradas: la de los norteamericanos, que acusan al gobierno de Al Asad de utilizar los químicos contra la población civil, y la versión oficial de Siria, que dice que al atacar una bodega de los rebeldes estalló un almacenamiento de estas sustancias.

Lo que ocurrió a continuación es que el presidente Trump, a quien no se le da la reflexión ni la memoria, decidió atacar con misiles las bases cercanas del gobierno sirio. Se le olvidaron sus propias previsiones ante su antecesor Obama de no escalar un conflicto que en su opinión no era prioritario para Estados Unidos pero podía desatar una nueva guerra mundial, y desató la reacción instantánea de Rusia, que no dejó pasar el ataque a un gobierno que considera su aliado y parte de su zona de influencia.

En pocos días, la tensión mundial ha subido de volumen, aunque los observadores no se lo toman muy en serio.

Y es que en el tema hay dos explicaciones posibles. La más simple es que Trump como le ha ocurrido desde que ejerce de mandatario –y desde siempre, dicen sus opositores— actuó sin pensarlo mucho y muy pronto reculará, como hace en todos los asuntos.

La otra, la de quienes piensan mal y luego aciertan, es que se trata de una gran comedia internacional, en la que Trump y Putin se han puesto de acuerdo para fingir una pelea que haga olvidar a la ciudadanía norteamericana las sospechas fundadas de que el atrabiliario personaje llegó a la Casa Blanca precisamente con el apoyo de los rusos.

Mientras tanto, los muertos y las víctimas las pone la población siria, que ni a Trump ni a Putin ni a Al Asad les importan mucho.

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