martes, abril 16, 2024

CONCATENACIONES: La respuesta de México al COVID

Fernando Irala

Se ha cumplido ya con creces un año de que el COVID llegó a nuestro país y lo convirtió en uno de los lugares de mayores pérdidas humanas, económicas y sociales en el mundo debidas a la epidemia.

La tragedia se niega oficialmente todos los días por la mañana y al anochecer, pero las evidencias saltan a la vista.

Por si hiciera falta, el Instituto de Ciencias de la Salud Global de la Universidad de California en San Francisco ha publicado un muy completo estudio del caso mexicano, cuyas conclusiones no dejan lugar a dudas.

El estudio, solicitado por el Panel Independiente de la Organización Mundial de la Salud, llega a terribles conclusiones, algunas de las cuales reproducimos a continuación:

Las autoridades nacionales no cumplieron con sus funciones de rectoría durante la emergencia y no asumieron la responsabilidad política de coordinar una respuesta nacional coherente y unificada.

La falta de una comunicación clara, prudente y correcta sobre el nivel real de riesgo y acerca de cómo actuar al contraer la enfermedad ha contribuido al impacto devastador de la pandemia en México. Las autoridades no han transmitido un mensaje correcto y coherente ni han reforzado las medidas de salud pública a través de su propio comportamiento.

Las consideraciones financieras ejercieron una influencia desproporcionada sobre las estrategias para manejar la pandemia, a expensas de las medidas de salud pública necesarias y del apoyo a los grupos sociales vulnerables más afectados por la pandemia.

El sistema de salud se encontraba en una situación precaria debido a la falta de inversión crónica, los recientes recortes por austeridad y reformas inoportunas y mal concebidas.

Los esfuerzos para ampliar la capacidad de los hospitales y las unidades de cuidados intensivos, se vieron parcialmente socavados por la ausencia de un enfoque integral en la prestación de servicios de salud y la falta de control sobre la transmisión viral. Las autoridades no prepararon ni abastecieron adecuadamente el sistema de salud para hacer frente a la emergencia, lo que puso en riesgo a los trabajadores de la salud y contribuyó a altas tasas de mortalidad.

Éstas son algunas de las conclusiones del documento. La falta de espacio nos impide reproducirlas todas. No hacen falta, tampoco, mayores comentarios.

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