Fernando Irala
Luego de un interregno de seis años, los líderes de los países de América del Norte se reunieron, en Washington, para intentar caminar en la misma dirección hacia el futuro de la región.
No está claro que lo hayan logrado. Más allá de los discursos optimistas, lo que ha quedado son evidencias de algunas coincidencias pero también de profundas diferencias en los objetivos y prioridades que cada quien se ha fijado.
Según la costumbre, aparentemente se emitió un comunicado conjunto para dar cuenta de los avances y logros. Pero al consultar la página del gobierno mexicano y compararla con la del gobierno estadounidense, los documentos publicados son distintos. Reproducen muchos puntos en común, pero su acomodo y su priorización son distintos.
Reproducimos a continuación algunas de esas diferencias, que hablan de que ni siquiera hubo acuerdo en un comunicado final a difundir.
En el primer rubro, relativo al Covid y la emergencia sanitaria, el documento mexicano cita en primer lugar: “Apoyar a la región por medio de donaciones de vacunas al resto del continente, con especial atención al Caribe, con el propósito de garantizar que todos tengan acceso a la vacuna lo antes posible”.
En cambio, el documento del Departamento de Estado cita como primer acuerdo: “México y Canadá se comprometen a devolver las vacunas que les prestaron los Estados Unidos como donaciones de vacunas a América Latina y el Caribe, con objeto de aumentar la cobertura de vacunación.” El documento mexicano simplemente ignora este tema.
En el capítulo de economía, reactivación y crecimiento, el comunicado mexicano señala como primer punto: “Reafirmaron el apoyo a la protección de los derechos laborales, en particular de los trabajadores migrantes, independientemente de su estatus migratorio. Además, subrayaron el compromiso trilateral para erradicar el trabajo forzado”.
A su vez, el texto de Estados Unidos dice sobre este tema en primer lugar: “Fortalecer las cadenas de suministro de América del Norte mediante la creación de un mecanismo trilateral de coordinación de las cadenas de suministro, con el objetivo de definir las industrias esenciales para minimizar las interrupciones futuras, y reconociendo que América del Norte necesita cadenas de suministro resilientes, sostenibles, diversas y seguras para garantizar nuestra prosperidad y seguridad económicas.”. El asunto del trabajo forzoso se menciona de paso en un cuarto párrafo.
En materia de migración, el documento mexicano empieza por decir que se acordó hacer una “feria de donantes” en 2022, cuestión que el documento norteamericano simplemente no menciona.
Y así a lo largo de ambas versiones. Hemos excedido nuestro espacio, pero podríamos continuar acumulando comparaciones. Estamos ante el extraño caso de dos versiones que se parecen pero son completamente distintas. En realidad, no hay acuerdos sino desencuentros.
