Fernando Irala
Años pares, tiempo de males; años nones, tiempo de dones, rezaba un dicho ya perdido en el olvido.
No se vieron los dones en el año non que terminó ya; en cambio sí son previsibles algunos males que desde ahora asoman para el naciente 2018. Hablamos por supuesto de México, aunque el mundo tampoco vive una buena época.
La aprobación de la reforma fiscal norteamericana, que les reduce impuestos a los grandes empresarios y especuladores, ha desequilibrado aún más las finanzas del mundo y propició la reciente caída de la moneda mexicana. No es previsible que ésta se revalúe, pues la economía nacional no tiene márgenes para retener a los capitales alguna vez llamados “golondrinos”.
En los años pasados, frente al alza de las tasas de interés primarias en Estados Unidos se ha intentado compensar a los inversionistas con la elevación aún mayor de los niveles de rédito en nuestro país.
El remedio ha sido temporalmente eficaz, pero ha resultado también uno de los factores para el crecimiento de la inflación, y es cada vez más difícil y riesgoso echar mano de él. Además, un dólar más caro generará de inmediato encarecimiento de los combustibles y presionará otros precios, nos dará más inflación.
Sin ánimo de ser catastrofista, basta imaginar en ese escenario el impacto de que el gobierno norteamericano abandone súbitamente la renegociación del Tratado de Libre Comercio, medida con la que Donald Trump ha amenazado desde su campaña electoral y luego desde el arranque de su administración.
A la incertidumbre económica se suma el vendaval político que culminará en la elección presidencial. A partir de su nominación e incluso en la lucha por alcanzarla, precandidatos de partidos, así como aquéllos que fingen no tenerlo, se han enfrascado en una guerra de lodo de intensidad variable pero creciente, la cual no menguará hasta la jornada electoral.
Hay que agregar asimismo la incontrolada violencia a causa de una delincuencia a veces organizada y en otras simplemente desbocada.
Tales son a grandes pinceladas los males que se apuntan en el año que ha llegado y al que tendremos que enfrentar.
Buena suerte a todos.