CIUDAD DE MÉXICO.- Entre 2022 y 2024 el gasto real en alimentos saludables aumentó un 10 % en México, de acuerdo con cifras del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA). Este incremento refleja el impacto de la inflación, que obligó a las familias a priorizar productos más accesibles como el pollo y el huevo. En conjunto, los hogares destinaron en 2024 más de 54 % de su gasto alimentario a este tipo de productos, lo que revela un cambio en la forma en que las familias organizan su dieta frente al alza de precios.
El desembolso en proteína animal pasó de 174,262 millones de pesos en 2022 a 208,833 millones en 2024, un incremento real de 8%. Dentro de esta categoría, la preferencia se mantuvo en carnes de menor costo, mientras que los productos de mayor precio, como la res, tuvieron menor presencia en los hogares de ingresos bajos.
Los datos del Inegi muestran que las proteínas tuvieron aumentos por encima de la inflación nacional de 4.21 % en diciembre de 2024. Entre los principales destacan la carne de cerdo con 8.77 %, el pollo con 8.50 %, el huevo con 5.69 % y la carne de res con 5.64 %.
En el caso de las frutas, el gasto se elevó un 17% en el mismo periodo, al pasar de 20,569 millones a 27,090 millones de pesos. La inflación de este segmento alcanzó 16.47%, cuatro veces más que la general. En tanto, el gasto en verduras y legumbres creció 11 %, con alzas notables en productos como la lechuga (18.2 %), el ejote (15.4 %), la calabacita (13.3 %) y el pepino (10.7 %).
El impacto de estos aumentos no es uniforme. En los hogares de menores ingresos, el gasto en alimentos representa hasta 52 % del ingreso total, mientras que en los de mayores recursos apenas llega al 14 %. Esto significa que las familias con menos posibilidades destinan una proporción mucho mayor de sus recursos a la alimentación.
Además, la carne de res se consume principalmente en el decil de mayores ingresos, donde representa 18 % del gasto en proteína animal, frente a solo 4 % en el decil más bajo. En contraste, el huevo muestra un consumo más equilibrado entre todos los niveles, ya que su precio lo mantiene como opción viable para la mayoría de los hogares.
Es entonces, que el encarecimiento de los alimentos saludables refuerza la desigualdad entre familias mexicanas. Aunque el pollo se mantiene como la proteína más estable en los hogares, la creciente presión de los precios amenaza la capacidad de muchas familias para mantener una dieta balanceada.
AM.MX/fm