sábado, marzo 15, 2025

CL1 la computadora biológica que revolucionará la medicina

En el Mobile World Congress de Barcelona, un evento tecnológico internacional, Cortical Labs presentó lo que llamaron “la primer computadora biológica”, el CL1, un aparato donde la computación es realizada por neuronas humana colocadas sobre microchips con dispositivos encargados de mantenerlas con vida.

¿Cómo está hecho?

El CL1 está creado con neuronas reales cultivadas a partir de células madre, provenientes de donantes de células de piel.

Estas neuronas crecen y se mantienen resguardadas en un chip de silicio cargado con nutrientes especiales y 59 electrodos. Además de ello, dentro de su dispositivo se mantiene una temperatura al mismo nivel que la temperatura corporal para mantener a las neuronas con vida.

En cuanto al aprendizaje de estas neuronas, este no surge partiendo de una base de datos, sino que son entrenadas mediante un sistema de recompensa-castigo. De esta manera cuando realizan algo positivo, se les administra un refuerzo positivo.

¿Por qué crear una computadora biológica?

Al respecto, Javier Ideami, CEO de Cortical Labs mencionó que uno de los propósitos es que a cualquier problema que pueda haber en el cerebro humano puedan buscarse soluciones más precisas.

Mediante electrodos que captan las señales o “respuestas” que envíen las células, traducidos en impulsos eléctricos, se convierten después en señales digitales legibles.

De esta manera, puede ser posible comunicarse con neuronas eléctricamente, reconocer cómo reaccionan a enfermedades como el Alzheimmer e intentar curarlas mediante la aplicación de diversos mecanismos.

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Ventajas del uso del CL1 frente a las IA

En cuanto a qué tan efectivo es el uso de este dispositivo, se encuentra el hecho de que no consume energía adicional para su funcionamiento, lo que disminuye considerablemente el costo en electricidad que podría tener por ejemplo un centro de datos de inteligencia artificial.

En este sentido, estas neuronas aprenden rápidamente a realizar tareas, mientras que algunos programas de IA necesitan ser revisados constantemente, destacando así su eficiencia.

Por otro lado, como ya se ha mencionado, el hecho de que estén realizadas a partir de neuronas reales genera que los resultados arrojados en sean más precisos a la hora de analizar una enfermedad cerebral que otros experimentos, o realizados utilizando inteligencia artificial.

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El dilema ético

¿Qué tan correcto es usar células humanas en un aparato? Esta es una pregunta que suele venir mucho a la mente de quienes escuchan sobre el CL1.

Al respecto, el laboratorio australiano ha asegurado que no representan un riesgo, ya que la cantidad de neuronas recabadas son solo una pequeña fracción. Además añaden que estas neuronas no incluyen la conciencia ni la sensibilidad, por lo que no podrían ser un peligro futuro.

Por otro lado, si bien ya son conocidos los riesgos que pueden representar el mal manejo de las IA’s, con el CL1 la posibilidad de que existan robots que funcionen a partir de un chip biológico que aprende como un cerebro humano resulta bastante inquietante para muchos.

Frente a las pocas respuestas de Cortical Labs, la duda de que se esté rebasando un límite entre lo humano y lo tecnológico sigue presente.

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