En el Mobile World Congress de Barcelona, un evento tecnológico internacional, Cortical Labs presentó lo que llamaron “la primer computadora biológica”, el CL1, un aparato donde la computación es realizada por neuronas humana colocadas sobre microchips con dispositivos encargados de mantenerlas con vida.
¿Cómo está hecho?
El CL1 está creado con neuronas reales cultivadas a partir de células madre, provenientes de donantes de células de piel. Estas neuronas crecen y se mantienen en un chip de silicio cargado con nutrientes especiales y 59 electrodos, que son los que mantendrán a las neuronas con vida. Además de ello, dentro de su dispositivo se mantiene una temperatura al mismo nivel que la temperatura corporal.
El aprendizaje de estas neuronas no corre a partir de una base da datos, sino que las neuronas son entrenadas mediante un sistema de recompensa y castigo, como se suele hacer en muchos otros experimentos. De esta manera cuando realizan algo positivo, se les administra un refuerzo positivo.
¿Por qué crear una computadora biológica?
Al respecto, Javier Ideami, CEO de Cortical Labs mencionó que uno de los propósitos es que a cualquier problema que pueda haber en el cerebro humano puedan buscarse soluciones más precisas.
Mediante electrodos que captan las señales o “respuestas” que envíen las células, traducidos en impulsos eléctricos, se convierten después en señales digitales legibles.
De esta manera, puede ser posible comunicarse con neuronas eléctricamente, reconocer cómo reaccionan a enfermedades como el Alzheimmer e intentar curarlas mediante la aplicación de diversos mecanismos.
Ventajas del uso del CL1 frente a las IA
En cuanto a qué tan efectivo es el uso de este dispositivo, se encuentra el hecho de que no consume energía adicional para su funcionamiento, lo que disminuye considerablemente el costo en electricidad que podría tener por ejemplo un centro de datos de inteligencia artificial.
En este sentido, también su eficiencia radica en su sostenibilidad al tratarse de neuronas que han demostrado un aprendizaje rápido en la realización de tareas frente a herramientas y programas que necesitan ser revisados constantemente.
Por otro lado, como ya se ha mencionado, el hecho de que estén realizadas a partir de neuronas reales genera que los resultados arrojados en sean más precisos a la hora de analizar una enfermedad cerebral que otros experimentos, o realizados utilizando inteligencia artificial.
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El dilema ético
¿Qué tan correcto es usar células humanas en un aparato? Esta es una pregunta que suele venir mucho a la mente de quienes escuchan sobre el CL1.
Al respecto, Cortical Labs ha asegurado que no representan un riesgo para los humanos, ya que la fracción de neuronas que se logran recabar en la computadora, es solo una parte minúscula de las que se alojan en nuestro cerebro y no incluyen la conciencia ni la sensibilidad.
Sin embargo, no han habido más detalles o explicación al respecto y las cuestiones éticas de quienes cree que se esté rebasando un límite entre lo humano y lo tecnológico no desaparecen.
Por útilmo, si bien ya son conocidos los riesgos que pueden representar el mal manejo de las IA’s, con el CL1 la posibilidad de que existan robots que funcionen a partir de un chip biológico que aprende como un cerebro humano resulta bastante inquietante para muchos quienes se preguntan qué tanto podrían hacer y hasta dónde se podría llegar.