HÉCTOR MOCTEZUMA DE LEÓN
Como dirigentes nacionales de las tres principales fuerzas políticas del país, Mario Delgado, (Morena), Alejandro Moreno, (PRI) y Marco Cortés simple y sencillamente no dan el ancho, como lo demostraron en las pasadas elecciones que se caracterizaron por un bajo nivel de las campañas de sus candidatos a los respectivos cargos de elección popular que se jugaron el 6 de junio pasado.
Marito, Alito y Markito son así, chiquitos frente a una responsabilidad de consolidar proyectos partidistas a la altura de las más importantes democracias del mundo. Ninguno de los tres estuvo a la altura de una elección que se consideró histórica por el número de cargos en disputa y el nivel de participación de los ciudadanos.
Marito atado a su jefe Marcelo Ebrard, hoy en desgracia, hizo el ridículo cuando inventó que los habían interceptado hombres con armas largas en la carretera Reynosa-Matamoros en el Estado de Tamaulipas. Un show de quinta del dirigente moreno que antes había sido zarandeado por una diputada local que lo acusó de venta de candidaturas.
Alito, pobre Alito, no mueve un dedo si no es con la autorización de los Murat más empeñados en quedar bien por el presidente que en buscar el fortalecimiento de su partido. A el dirigentito del PRI le dieron hasta con la cubeta en la disputa por las gubernaturas, su partido perdió todas incluso la de su entidad natal Campeche en donde la puede pasar muy mal si Layda Sansores cumple con su promesa de presentarlo ante las autoridades judiciales.
Y qué decir de Markito, el paisano y enemigo de Felipe Calderón al que el ex -presidente le clavó a su esposa Margarita, a pesar del berrinche que les hizo en el 2018 cuando no alcanzó la candidatura panista para la presidencia de la República y el intento de separar a miles de panistas para formar un nuevo partido político propósito que no alcanzaron los Calderón.
Ninguno de los tres debe continuar al frente de esos partidos, no dan el kilo como dicen en algunos estados del norte. El relevo debe ser ya para que la nueva dirigencia nacional se ponga a trabajar desde ahora para consolidar su proyecto rumbo al 2024. De lo contrario la ciudadanía les dará la espalda.
Ya no se gana con el puro color de los partidos, se tiene que hacer una buena selección de candidatos y sobre todo presentar un proyecto con visión de futuro, los tres no saben qué es eso.
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Alberto Anaya (Canalla) el eterno dirigente del Partido del Trabajo fundado por Raúl Salinas de Gortari sufrió un severo revés en su natal Nuevo León, el PT, uno de los aliados de Morena, no tendrá más prerrogativas locales, porque en las pasadas elecciones no alcanzó el porcentaje para conservar el registro local. Con maniobras Anaya había colocado a su esposa como líder del Congreso Local, con la anuencia de El Bronco y a su hija como candidata a diputada, en ese estado lo más probable es que salga huyendo de su tierra…Es casi seguro que la disputa por la gubernatura del Estado de México será entre dos mujeres, la actual secretaria de Educación, Delfina Gómez, quien se quedó muy cerca en la elección pasada y la diputada Ana Lilia Herrera Anzaldo, quien también fue senadora y tiene una larga trayectoria en la política mexiquense, además del cobijo del nefasto Arturo Montiel.
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