miércoles, abril 24, 2024

Cinco puntos básicos que debes conocer sobre la Inteligencia Emocional para tener éxito en tu trabajo.

Nivardo Silva

CIUDAD DE MÉXICO, 17 de enero (AlmomentoMX).- Como un breve (muy breve)  antecedente te diré que el tema de la inteligencia emocional no es nada nuevo. De hecho inicia muchas décadas antes  de que Daniel Goleman lo hiciera parte de la cultura popular a mediados de los 90´s:

La inteligencia social de Edward L. Thorndike  en la decada de los 20´s

La teoria de las inteligencias múltiples de Howard Gardner en 1983

El modelo de inteligencia emocional de Peter Salovey  en 1989  y un muuuuuuuuy largo etc.

Y aunque el concepto de inteligencia emocional ha sido criticado por algunos ( muy puristas diría yo), también nos da ciertos lineamientos para entender el éxito de algunos individuos por sobre el fracaso de otros en todas las áreas de la vida, en particular en el área laboral. Y es  sobre estos lineamientos  que quiero compartirte 5 puntos para ayudarte a tener éxito en tu trabajo.

  1. La inteligencia emocional, a diferencia de la inteligencia racional (con la que nacemos y no podemos aumentarla) sí podemos desarrollarla. Al hacerlo, complementamos nuestra  inteligencia tradicional. La  gran ventaja de esto es que podríamos no ser muy habilidosos desde el punto de vista intelectual  o académico y a pesar de eso   podemos convertirnos en  personas apreciadas, queridas y valoradas por nuestros pares. Esto, como es obvio,  genera una postura de aprecio ante las personas.  Y el aprecio, en todas las áreas de la vida es fundamental. Y el trabajo no es la excepción.

En palabras simples: ¿con quién prefieres trabajar tú, con personas que te caen bien o con personas que te caen mal?

La inteligencia emocional te permite ser una persona que cae bien. Una persona con la que se quiere estar y colaborar.

INTELIGENCIA EMOCIONAL EN EL TRABAJO

  1. Las características de una persona con las que se quiere colaborar, desde el punto de vista de la inteligencia emocional inician por la capacidad de reconocer las propias emociones y por lo tanto las emociones de los demás. Consecuentemente con este punto, al tener la habilidad de reconocer nuestras propias emociones somos capaces de manejarlas de una forma “inteligente” y asertiva para con nosotros mismos y por supuesto para con los demás.

Como reflexión a este punto te invito a pensar, ¿qué emociones son las que normalmente te habitan? ¿Te es  fácil reconocer las emociones en otros?  ¿Conoces cuántas emociones existen y el propósito biológico de éstas, incluso aquellas que podrían denominarse como negativas?

El tema de las emociones genuinamente se vuelve casi punto y aparte pues hasta hace muy poco tiempo el énfasis de nuestra educación apuntaba hacia la memorización de conocimientos y a la intelectualización de conceptos. El resultado de este enfoque racionalista es que ahora, parafraseando a Claudio Naranjo,  las personas no piensan  lo que sienten y no sienten lo que piensan. Así entonces, clarificar que lo que se interpreta como un gran enojo, puede esconder en realidad un dolor tremendo puede tomar mucho tiempo. Diferenciar entre una tristeza justificada y una depresión clínica, por citar otro ejemplo, requiere la intervención de un especialista, pues hemos construido como sociedad la idea de que la felicidad es el único estado deseable y por lo tanto cuando la vida golpea negamos el dolor que esto puede causar y nos enfocamos en ser “estúpidamente optimistas”. Incluso, cuando hablamos de la alegría ésta tampoco se salva de ser cuestionada punitivamente  ”el que solo se ríe, de sus maldades se acuerda” decían por ahí.

Así que para concluir  este punto, que insisto es enorme, te pregunto ¿cuánto conoces de tus propias emociones y qué has hecho para conocerte mejor emocionalmente hablando? O en palabras de Goleman: ¿cuánta conciencia de ti mismo tienes? ¿Qué emociones genera en ti la gente que te rodea, tus compañeros, tu jefe, tus subalternos, incluso la idea de ir todos los días a tu lugar de trabajo? Y sobretodo,   ¿qué estás haciendo con estas emociones ?

  1. Otra característica esencial de las personas con un alto grado de inteligencia emocional es la que los especialistas denominan postergación de gratificaciones. La falta de esta habilidad queda claramente evidenciada cuando tratamos con niños pequeños. Para ellos, la vida es un eterno presente en el que el mañana no existe y si bien esto tiene un gran valor desde la óptica gestalt de vivir el aquí y el ahora, también incluye, cuando no se ha desarrollado la habilidad para poder “aguantarnos las ganas de obtener aquello que anhelamos”: una fuente de frustración constante.

Laboralmente hablando, una persona con la capacidad para la  postergación de gratificaciones es aquella que puede entender que solo el esfuerzo, la dedicación y la constancia generan maestría. En términos simples entienden que es el trabajo duro el que precede a la recompensa y no al revés.

Irónicamente, a pesar de que el tema de la inteligencia emocional es ya bastante conocido, “vivimos en los tiempos de viaje/disfrute/goce ahora y pague después”. Y en el trabajo ocurre igual: olvidamos que primeramente nos contratamos para algo y que la recompensa en la empresa  muchas veces tarda en llegar, e incluso puede venir mucho después de  dar, no aquello por lo que hemos sido contratados (pues para eso nos pagan originalmente) , sino después de dar un extra y agregar valor a todas y  cada una de nuestras actividades. En ese sentido te pregunto, ¿qué clase de valor estás agregando a tu puesto?

¿Qué estás haciendo para dar ese extra en tu día a día?

  1. Por supuesto es importante aclarar que agregar valor no es facil cuando se carece de otra de las características de la inteligencia emocional: la auto-motivación. Es decir, la capacidad de ponernos en movimiento sin necesidad de que nadie nos esté arreando. E incluso ir más allá, la capacidad de levantarnos cuando las cosas salen mal. Cuando no nos compra un cliente, cuando se pierde una venta, cuando todo parece en contra a la hora de alcanzar nuestros objetivos, la persona con una alta inteligencia emocional laboral encuentra siempre el cómo sí se puede sin esperar que papá/mamá jefe le diga qué hacer o incluso cómo hacerlo.

Así entonces  te pregunto: ¿Cómo estás generando  auto-motivacion ? ¿Eres de las personas que encuentran cómo si se pueden resolver las cosas  o eres de aquellas que se hunden en la queja?  Recuerda, lo que tú no hagas por ti mismo nadie más lo va a hacer por ti.

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AM.MX/fm

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