miércoles, marzo 19, 2025

CABEZA DE PLAYA: Esencia de los países, ¿existe…?

Carlos Galguera Roiz

 

Para empezar, la Esencia de lo español, como de lo francés, ruso, mexicano, filipino… – es mi hipótesis de trabajo – No existe, como tal esencia, es decir algo genuino, único inequívoco…; digámoslo en lenguaje coloquial, planteado así, como refleja el enunciado, estaríamos hablando de una entelequia metafísica, que no tiene contrapartida rigurosa en la realidad….

 

Escarbar en estos planteamientos, arrastra inevitablemente, mi opinión, a exhibir topicazos monumentales, fuera de circuitos neuronales de cierto nivel…, aunque quepan en escenarios sentimentaloides al uso.

 

Vamos a ver, los que habéis nacido en España o los que hemos adquirido esta nacionalidad, portamos, cada uno, ciertas características propias, pero pensar que nuestras estructuras esenciales, agrupadas en torno a una cierta nación, no son comparables, ni compartibles con las de humanos en otras latitudes, es de una infantilidad patética…, por decir lo menos

 

Portamos todos los humanos – bajemos las barreras aduaneras por un momento –  mecanismos de operación y pensamiento, amplio espectro, que son, más o menos homologables, insisto, más o menos, infinitos matices…, con todos los “peregrinos” del mundo

 

Por otro lado cargamos todos, un variadísimo abanico de diferencias accidentales, coyunturales, ocasionales, fortuitas, ambientales, temporales, heredadas…, que se traducen en culturas, idiomas, modelos de organización, creencias, costumbres, trayectorias sociales, históricas, peculiares…; en definitiva cosas que nos diferencian, no por esencias, si por  dibujos laterales…

 

Así que con este panorama aparecen, inevitablemente, los tópicos, basados en multitud de usos y costumbres, que han sido perfilados por los diferentes pueblos de la tierra, en buena parte, a través de sus humoristas, profesionales y aficionados, es decir hemos sorprendido a todas las ciudadanías, etiquetando latiguillos en el gran salón……

 

La frase se atribuye a Winston Churchill – no lo pude verificar, pero puede valer –  se le preguntaba por los griegos, ¿qué opinaba de ellos?; el genial británico, en medio de las volutas de su gran cigarro puro, exclamó, aire inocente, terriblemente pícaro: “Bueno, ¿opinión de los griegos?… la verdad, no los conozco a todos”

 

Otra referencia: memorable conferencia del filósofo Gustavo Bueno, en Oviedo, describió  un marco que me pareció agudísimo sobre las “realidades” sociales que se habían articulado en el mundo, “adornándolas” con estereotipos, tópicos, valores entendidos, incomprobables…

 

¡¡No!!, remachó el profesor, finalizando su disertación, lo asturiano, español, catalán, francés, mexicano, australiano…no existe, son etiquetas convencionales, sociales, políticas, históricas, lingüísticas, territoriales, que las hemos inventado, pero no tienen entidad real, son más bien montajes, sin raíces, invenciones artificiales para entendernos, para enfrentarnos, intercambiar bromas, puyas, complejos, defender intereses, no siempre confesables…

 

Son las personas, cada una de ellas, las que tienen vida real, seres humanos concretos; asturiano, español, catalán, francés, mexicano, australiano…, los que verdaderamente existen; en realidad tienen, individualmente, características diferentes, intercambiables, en cierto modo y manera, influencias mutuas, seres afines, antagónicos, cada uno de ellos circula por los senderos del mundo con su paraguas, mecanismo artificial, nada que ver con diferencias esenciales, señaladas por algunos “visionarios”…

 

Concluyamos, lo apuntado hasta aquí nos dice que no podemos afirmar con rigor nada sobre la esencia – no contingencia- de lo español, sencillamente No existe; afirmación extrapolable para muchísimos países, tampoco los conozco a todos, remedando al genial Nobel británico de literatura y genial político Sir Winston Churchill, hay multitud de circunstancias y estrechez, o amplitud, de miras, miradas varias y que, además, fluctúan en el tiempo…

 

Definitivo: en cualquier comunidad pulula buena gente, vagos, ladrones, ciudadanos religiosos, deportistas, ateos, partidarios del Sporting de Gijón, aficionados a la pesca, canallas, santos, numismáticos, asesinos, generosos, solidarios, maltratadores… ¿Cómo asignar la pomposa etiqueta de “lo esencial”, ante este batiburrillo inabordable…?

 

La esencia de un conjunto, proyectada a través de un nombre: español, catalán, gallego, andaluz, americano, griego… incluso judío, budista, cristiano, se convierte así en una perversa caricatura…

 

Hemos sido víctimas, variadas veces, de manipulaciones patrióticas, que han calado, de tal suerte que ya es difícil distinguir entre posicionamientos, traiciones, manipulación, estupidez……; así que es necesario, urgente, liberarnos de la trampa que confunde el mapa con el territorio; manteniendo lazos de solidaridad, que ayudan siempre a borrar fronteras, que separan esencias que no existen…

 

Es todo, según la Esencia intelectual que porto…

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