miércoles, abril 24, 2024

CABEZA DE PLAYA: El precio, los precios…

Carlos Galguera Roiz

 

El predicador puso sobre el Altar una jaula vieja, oxidada, vacía. Los  feligreses quedaron estupefactos, entonces tomó la palabra.

“Ayer vi a un joven que llevaba esta jaula, la iba azotando contra los  matorrales y los arboles del camino, dentro había tres pajarillos asustados,  temblando.

– ¿Qué llevas ahí, hijo mío? le pregunté

– Solo unos pájaros, están enfermos, son viejos, me respondió.  – ¿Qué vas a hacer con ellos?

– Me divertiré, los voy a pinchar, les arrancaré las plumas, haré que  se peleen…fue su respuesta

– Cuando te canses de estos “juegos”, ¿qué vas a hacer?, le dije  – Bueno, tengo gatos en casa, a ellos les gusta comer pajaritos, se  los tiraré, contestó el muchacho.

– ¿Cuánto quieres por los pájaros? le pregunté

– Se quedó perplejo, ¿para qué quiere Vd. estos pájaros?, son feos,  sucios, viejos, incluso no saben cantar…

– ¿Cuánto? le repetí en un tono fuerte, extraño para mí.

– 10 euros

Saqué el dinero, se lo di, el chaval desapareció corriendo…. Tomé la  jaula con el máximo cuidado, fui a un parque cercano, cerca de un pequeño  lago, rodeado de arboles, abrí la jaula, di unos suaves golpes en los barrotes  y los pajarillos escaparon libres; apenas pude ver al más pequeñín posado  en una rama de un arbolito, estaba temblando, me pareció feliz,  desapareció…

Luego traje la jaula vacía que estáis viendo” el predicador hizo una  larga pausa, parecía inmerso en una profunda meditación, así habló:

Jesús y el Demonio estaban conversando, el diablo estaba eufórico.  “Si Señor, acabo de apoderarme de toda la Humanidad, las tendí una serie  de trampas y no resistieron. ¡¡¡ Los atrapé !!!

– ¿Qué vas a hacer con toda esa gente? le preguntó Jesús  – Voy a divertirme, le respondió el diablo; les enseño a casarse, a  divorciarse, a traicionarse. Que se odien y abusen unos de otros.  Les enseñaré a beber, a drogarse, a fumar, maldecir, manipular…si les enseñaré a fabricar armas para que se destrocen entre ellos…voy a divertirme…

– ¿Y después? inquirió Jesús

– Los mataré, respondió relajadamente el diablo.

– ¿Cuánto quieres por ellos? pregunta Jesús

– No, responde inmediatamente el maligno, tu no necesitas esta gentuza, no sirven para nada; si los rescatas, solo te despreciaran,  te odiaran, te escupirán a la cara, maldecirán tu nombre, acabarán  matándote. Créeme, no merecen la pena…

– ¿Cuánto? volvió a preguntar Jesús, había en su palabra un tono  impresionante, angustioso…

– El diablo miró a Jesús, planteó el terrible precio: ¡¡¡ toda tu  sangre!!! tus lágrimas, TU vida…

– Hecho, le contestó Jesús.

El predicador levantó la jaula en alto y no pronunció una palabra más.

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