Luis A. García * / Círculo Latino de Estudios Internacionales
*Goldman Sachs cerró por pérdida de valor en el mercado.
*Se debió a problemas económicos de las naciones del grupo.
*La creación del TICK, de Taiwán, India, China y Corea del Sur.
Dos casos particulares llaman la atención en torno al grupo BRICS: por un lado, Rusia se ha visto además afectada por el conflicto político mundial derivado de la anexión de Crimea en marzo de 2014, la invasión a Ucrania en 2022 y las subsecuentes sanciones de varios países occidentales.
Por otro lado, y en notable contraste, la India ha podido paliar los efectos económicos negativos a partir de los incentivos que han supuesto las reformas a la economía india impulsadas por el primer ministro Narenda Modi, elegido a mediados de 2014; se trata del único país de los Brics cuyo potencial de crecimiento es todavía sólido.
En septiembre de 2015, a pocos años de la invención del acrónimo, el propio Goldman Sachs cerró su fondo de inversión BRICS tras la gradual pérdida de valor en el mercado, en vista de los problemas económicos que enfrentaban los países del conjunto multinacional.
Aunque –como en ocasiones previas– no tardó en crearse otro acrónimo de mercados emergentes: TICK (Taiwán, la India, China y Corea del Sur), y esta vez se explicó: «el realineamiento [de BRICS a TICK] nos dice mucho acerca de la naturaleza cambiante de los mercados emergentes –y del mundo en general– con los servicios, particularmente tecnología, a un primer plano y el comercio de bienes físicos, especialmente commodities, en retirada».
Entonces, ¿es este el fin del «espejismo» del concepto BRIC, tal como lo llamó un autor? Y, por los cambios en la región América Latina, ¿será este el fin de la actitud reformista de las potencias emergentes latinoamericanas?
O, más de fondo, ¿es el fin de las potencias emergentes? Por los avances institucionales del BRICS a través de los mecanismos económicos mencionados, o las coaliciones de potencias emergentes encarnadas en otros clubes, o el club de las emergentes y establecidas –el g-20–, podría preverse que, aunque se diluya el furor por las potencias emergentes y su fuerza como relato de política y economía internacionales, habrá una herencia más duradera.
Las innovaciones en materia de gobernanza global y la contribución de las potencias emergentes a la formación y difusión de normas en el orden actual pueden haber echado raíces.
Además, la dispersión del poder global hacia otras geografías parece confirmarse, lo que no implica necesariamente el fin de la preponderancia estadounidense o del orden internacional.
Bien se sabe que en 2006, James O’Neill de Goldman Sachs identificó un grupo de economías de gran tamaño con rápido crecimiento y las bautizó llamativamente, y hoy el también reconocido barón James O’Neill de Gatley es secretario comercial del Tesoro del Reino Unido.
El BRICS, entre otras potencias emergentes, sus clubes e instituciones son una realidad. La política internacional –una vez más– ha cambiado con el estímulo de la imaginación de una persona.
*Coordinador Ejecutivo del CLEI, Cdmx