Rajak B. Kadjieff / Moscú, Rusia
*Biografía narrativa de un personaje contradictorio.
*Era un desconocido para la mayoría de los rusos.
*Querido y odiado como pocos políticos del siglo XX.
*Con Mijaíl Gorbachov, modificó la historia de una nación.
Surgió de la tecnoburocracia y de los estamentos políticos más grises y de las estructuras que conformaron durante más de siete décadas a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), ingeniero civil que mucho, poco o nada tenía que ver con lo ocurrido en los últimos años de existencia de esa nación abundante en no pocos episodios históricos.
¿Quién fue Borís Nikolaievich Yeltsin? ¿Un demócrata, un demagogo, un paranoico, un alcohólico inconsciente que jamás imaginó que sería el más alto dirigente de un país contradictorio y lleno de enigmas?¿Hasta dónde su personalidad poco definida se inclinó hacia los poderes occidentales o fue un nacionalista ruso a ultranza?
Para dar una idea cabal de las múltiples vertientes contenidas en el modo personal de gobernar de ese hombre que modificó los últimos tiempos de la URSS, recurrimos a “Borís Yeltsin, de bolchevique a demócrata”, el primer libro de John Morrison dedicado a analizar su trayectoria
Morrison, corresponsal de la agencia Reuters en media docena de naciones, se desempeñó como jefe de la oficina de ese prestigioso medio británico en Moscú durante diez años, dedicando 1990 y 1991 al análisis de sus investigaciones en el Centro de Investigaciones Rusas de la Universidad de Harvard, de la que es egresado.
Mientras hace un fascinante ejercicio de contrapunto con las características de Mijaíl Gorbachov -quien fue su guía , opositor y finalmente su aliado incómodo- la relación entre ambos da forma a uno de los más relevantes capítulos de la historia del siglo XX.
El texto en que hemos basado estos episodios tiene como eje el libro editado por Grupo Norma (Bogotá, Colombia, 1992), exhaustivo y de actualidad siempre vigente como una crónica indispensable para entender en su totalidad dos cambios que llevaron a Vladímir Putin a ser un “Nuevo Zar”, según lo definió Steven Lee Myers, periodista estadounidense del New York Times.
Presidente de la Federación Rusa del 1 de julio de 1991 al 31 de diciembre de 1999, Borís Nikoláievich Yeltsin nació en Butka Talitski, óblast de Sverdlovsk, el 1 de febrero 1931, y murió en Moscú el 23 de abril 2007.
Esos son los datos generales de quien fue conocido como el Cuervo Blanco -en referencia a un personaje de leyenda sin partido político y sin filiación ideológica-, ingeniero civil de profesión cuya dimensión histórica como primer presidente de la Rusia independiente, es quizás sólo superada por la de Mijaíl Gorbachov, su antecesor.
Impulsor de la llamada reestructuración o Perestroika, con mandato a partir de marzo de 1985, Gorbachov respaldó antes de propugnar reformas democráticas radicales y de romper con un sistema comunista en crisis insoluble, convirtiéndose así en el principal protagonista de la extinción pactada de la URSS.
A él se debe la creación de la Comunidad de Estados Independientes en 1991 y a Yeltsin la conducción con un pulso crecientemente errático y autoritario las caóticas transiciones políticas, desde la dictadura hasta el pluralismo parlamentario y un régimen de libertades, y económica, desde el dirigismo estatal al capitalismo de mercado.
Entre 1991 y 1999 el PIB ruso se redujo casi a la mitad. Tras una década caracterizada por crisis de todo tipo, conflictos periféricos tan violentos como la guerra de Chechenia y unas sinuosas relaciones con Occidente, el presidente, maltrecho de salud, entregó su despacho del Kremlin a su delfín oficioso, Vladímir Putin, el último día de 1999.