CIUDAD DE MÉXICO.- El Banco Central Europeo decidió mantener sin cambios sus tasas de interés, dejando la tasa de depósitos en 2.0%, la de refinanciamiento en 2.15% y la de facilidad de préstamos en 2.40%. Con esta decisión, el Consejo de Gobierno acumula tres decisiones consecutivas manteniendo las tasas sin cambio tras ocho recortes consecutivos, reafirmando un enfoque de cautela y dependencia de los datos. La decisión era ampliamente anticipada por el mercado.
De acuerdo con estimaciones preliminares, el PIB de la eurozona creció 0.2% trimestral en el 3T25, impulsado por el dinamismo del sector servicios, particularmente turismo y servicios digitales, mientras que la manufactura se mantuvo limitada por mayores aranceles, la fortaleza del euro y la persistente incertidumbre comercial.
El BCE advirtió que la divergencia entre demanda interna y externa podría persistir en el corto plazo, aunque el consumo podría verse favorecido por mejoras en el ingreso real y niveles de desempleo históricamente bajos.
La inflación general repuntó a 2.2% en septiembre, desde 2.0% en agosto, principalmente por una menor caída en los precios de la energía.
La inflación subyacente aumentó marginalmente a 2.4%, reflejando un ligero incremento en los servicios, mientras que los precios de los bienes permanecieron estables. El BCE reiteró que los indicadores de inflación subyacente siguen consistentes con la convergencia hacia el objetivo de 2%, apoyados en una moderación esperada de los costos laborales y un enfriamiento del crecimiento salarial.
Durante la conferencia de prensa la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, enfatizó que los riesgos para el crecimiento están más equilibrados, tras una mejora en las perspectivas globales derivada del acuerdo comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos, la tregua en Medio Oriente y los avances en las negociaciones EE. UU.–China.
No obstante, persisten riesgos asociados a la volatilidad del comercio internacional, el entorno geopolítico incierto y las posibles repercusiones de un mayor gasto en defensa e infraestructura sobre la inflación futura.
En cuanto a la política monetaria, el BCE subrayó que no está comprometido con una trayectoria predeterminada de tasas y que sus decisiones seguirán basadas en la evolución de los datos económicos, la dinámica de la inflación subyacente y la fortaleza de la transmisión monetaria.
Hacia delante, el BCE reafirma su postura de cautela y dependencia de los datos, priorizando la estabilidad de precios en un entorno de recuperación gradual y riesgos aún presentes. Los mercados descuentan que el BCE mantendrá sin cambios las tasas durante el resto del año, salvo que se materialice un deterioro significativo en el crecimiento o una sorpresa inflacionaria a la baja. BCE
AM.MX/fm
