CIUDAD DE MÉXICO.- La Junta de Gobierno de Banxico decidió, por decisión mayoritaria (3 votos contra 2) recortar la tasa de referencia en 25 puntos base. El movimiento estuvo en línea con lo esperado por un consenso que, sin embargo, mostraba una importante pluralidad entre recorte y pausa, pero no se alineó con nuestra perspectiva una vez conocida la inflación de julio, la cual, presentó una aceleración de la inflación de servicios.
La Junta justificó su decisión en que los factores detrás del deterioro reciente eran de naturaleza externa y/o pasajera, la debilidad económica y el avance en términos anuales de la inflación subyacente, que ya se ubica en el límite superior del objetivo (4%). El texto que acompañó la decisión incluyó una revisión a los pronósticos de inflación, que no sufrieron cambios en su componente subyacente, pero sí los tuvieron en el general, y de forma material al alza para el corto plazo. Siguen esperando que hacia el cierre de 2025 se logre el objetivo del 3%, pero el balance de riesgos inflacionarios se mantiene sesgado al alza. Finalmente, no descartaron revisiones a la tasa en próximas reuniones.
Reacción de mercado
Casi al cierre de la jornada, el tipo de cambio tomó bien la decisión de recorte, mostrando una apreciación del 1.9%. La curva de rendimientos de los M bonos vivió un desplazamiento a la baja en los nodos cortos y medios de 12-22 bps, mientras que los largos y muy largos registran caídas de 8-10 bps; los udibonos también presentaron revalorizaciones, de 12-19 bps a lo largo de la curva. La bolsa sube 0.4%.
¿Cuál es nuestra visión?
La debilidad cambiaria reciente y una lectura inflacionaria para julio preocupante en servicios no fueron disuasivos suficientes para los tres miembros de la Junta que habían reflejado una postura relajada en las minutas de la reunión anterior. Sorprende también una guía futura relajada, soportada en lo que consideran una tasa elevada para la evolución de la inflación, toda vez que la misma no es favorable desde noviembre, cuando la métrica anual comenzó a acelerarse, y que las expectativas sobre inflación no mejoran.
Con esta decisión, queda claro que la toma de decisiones de la Junta descansa (y descansará) en la incomodidad de tener tasas tan elevadas para una inflación que, aunque subiendo desde noviembre, se encuentra lejos de sus máximos post-pandemia (casi 9%) y por una trayectoria descendente de la inflación anual subyacente gracias a su componente de bienes.
La decisión y la guía no cambian nuestra visión respecto a la renta fija local y moneda, ya que los riesgos políticos y regulatorios para los activos locales están próximos a materializarse, haciendo que la contribución de la política monetaria (tanto Banxico como el Fed) en la estructura de las tasas pueda pasar a segundo plano. Así, mantenemos la neutralidad en renta fija local y la duración, pero mantenemos la preferencia por tasas reales y la visión negativa en tipo de cambio.
AM.MX/fm