Adrián García Aguirre / Zamora Pico de Oro, Chiapas
* En México existen cuatro mil 800 jaguares en riesgo.
* Desarrollos urbanos, actividad ganadera y cacería lo acaban.
* También el tráfico de especies y otros factores de alto impacto.
* Los machos llegan a recorrer durante varios años 450 kms2.
El machete de Daniel Saturnino Moreno Guzmán, un habitante de este poblado vecino de la selva Lacandona en Chiapas, a orillas del río Lacantún –a treinta kilómetros de Guatemala- corta la maleza para abrir el camino a la caravana para internarse en el corazón de la Biosfera de Montes Azules.
Horas atrás estas diez personas habían salido con Dani de Zamora Pico de Oro para emprender un camino a través de paisajes deforestados por los que transitaron al menos cinco camiones repletos de maderas sin permisos forestales a la vista.
Ahora los montes forman una muralla verde que parece engullir al grupo cuando se aproxima a la frontera entre México y Guatemala, y es cuando los ojos de Daniel, comienzan a buscar huellas y marcas de garras de jaguares.
Durante los próximos días, él y un grupo de expedicionarios caminará en el lodazal de la selva, tanteará la hojarasca como ellos, subirá a las cimas como ellos, para seguir el rastro de Balam –el jaguar, el “señor de la selva”- en sus dominios chiapanecos, un área con más del doble de la superficie de Ciudad de México, asediada cada vez por más amenazas.
Daniel Moreno, que camina por la selva con una mochila con la facilidad de quien pasea en un parque, se ha encontrado de manera casual solo a dos jaguares en su vida, a pesar de que en sus años de observancia sobre la panthera onca ha estudiado a muchos ejemplares.
Los ha atrapado con trampas de lazo, y uno de esos encuentros, cuenta, ocurrió después de practicar un rito en el que se le pide permiso al jaguar, al que la cosmogonía maya atribuye el don de ver el futuro.
Según los expertos, ver un jaguar es tan complicado por su cautela —es una especie nocturna que muchas veces camina sola— y por su naturaleza nómada.
De acuerdo con lo dicho por Daniel, los machos llegan a recorrer durante los diez o quince años de su vida por unos 450 kilómetros cuadrados y las hembras por alrededor de 200 km2.
Existe, además, una sencilla razón: en México solamente quedan cuatro mil 800 ejemplares, según el último censo de la Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar (ACNJ), lo significa que uno de los animales más significativos del país está en peligro de extinción desde hace más de un cuarto de siglo.
La deforestación, los desarrollos urbanos, la actividad ganadera y el tráfico ilegal de animales y plantas han acorralado a los jaguares mexicanos, y al menos 321 han sido registrados en posesión ilegal y 16 han sido ultimados por cacería, atropellamientos y represalias de ganaderos durante los últimos 20 años.
Solo hay 21 denuncias penales por estos temas ante la Fiscalía General de la República (FGR), de acuerdo con información de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
La Biosfera de Montes Azules, uno de los grandes pulmones de México, es un área protegida con una enorme diversidad, cuna de 625 tipos de mariposas, 114 de mamíferos, 84 de reptiles, 345 de aves y tres mil 400 plantas.
Sin embargo, lo más grave es no se ha librado de los problemas que enfrentan otros ecosistemas del país, convirtiéndose así en zona de riesgo de desaparición.