CIUDAD DE MÉXICO.- La deuda pública de México cerró octubre de 2025 en 51.1% del PIB, un nivel que refleja una disminución frente al registrado un año antes y que también confirma un periodo de mayor estabilidad fiscal.
De acuerdo con Cadena Política, desde la Secretaría de Hacienda y Crédito Público explicaron que esta tendencia permitió ordenar el calendario de pagos y mejorar varios indicadores de sostenibilidad, lo que fortaleció la posición financiera del país. En este escenario, la deuda pública de México volvió a colocarse dentro del rango previsto por las autoridades federales.
Durante este periodo, el gobierno sostuvo su estrategia de financiamiento en moneda nacional y con instrumentos de largo plazo. Con ello, redujo la exposición a la volatilidad internacional y mantuvo un control más claro de los costos. Además, Hacienda señaló que todas las operaciones siguieron los límites aprobados por el Congreso, lo que reforzó la certidumbre sobre el manejo de los recursos.
A lo largo del año, las autoridades realizaron diversas operaciones de refinanciamiento que superaron los 300 mil millones de pesos. Estas incluyeron recompras y nuevas emisiones de Cetes, Bonos M y Udibonos. Gracias a estas acciones, el gobierno extendió la vida promedio de la deuda y generó ahorros relevantes en el costo financiero. Aunque este costoso rubro presentó un incremento anual de 7.9% por las condiciones internacionales, terminó 52 mil millones de pesos por debajo de lo programado al cierre de octubre.
De manera paralela, el desempeño fiscal durante los primeros diez meses de 2025 aportó mayor solidez a las cuentas públicas. El déficit presupuestario se ubicó 206 mil millones de pesos por debajo del nivel previsto y el superávit primario alcanzó 240 mil millones de pesos, cifra que superó los objetivos establecidos. Los Requerimientos Financieros del Sector Público sumaron 919 mil millones de pesos, monto que se mantuvo dentro de los rangos autorizados por el Poder Legislativo.
En materia de ingresos, los recursos no petroleros avanzaron 5.3% en términos reales. Este desempeño provino, principalmente, de una recaudación más dinámica impulsada por mayores salarios y mejoras en los controles aduaneros. El ISR creció 5.5% anual, el IVA avanzó 5.2% y los impuestos a las importaciones aumentaron 21.4%. En conjunto, los ingresos tributarios no petroleros superaron en 91 mil millones de pesos la meta establecida en el programa fiscal.
En el entorno externo, México recibió señales favorables. El Fondo Monetario Internacional renovó por dos años la Línea de Crédito Flexible, equivalente a 24 mil millones de dólares. Esta decisión reconoció la estabilidad macroeconómica y la capacidad del país para enfrentar eventuales choques externos. Asimismo, las agencias KBRA y HR Ratings ratificaron las calificaciones de la deuda soberana en “BBB” y “BBB+”, respectivamente, ambas con perspectiva estable. Con ello, México mantuvo el grado de inversión ante las principales firmas evaluadoras.
Las decisiones de los organismos internacionales reforzaron la percepción de estabilidad del país. En conjunto, los indicadores fiscales, la evolución de los ingresos y el control de la deuda respaldaron un cierre de año con fundamentos más sólidos frente a un entorno global retador.
AM.MX/fm
