MAZATLÁN, SINALOA.- Mazatlán se posiciona como un nodo clave para la seguridad energética del noroeste de México con la construcción de la Central de Ciclo Combinado (CCC) Mazatlán, proyecto desarrollado por la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Esta planta, con una inversión aproximada de 529 millones de dólares, tendrá una capacidad neta proyectada de 557.768 MW y se espera que inicie su operación comercial entre 2028 y 2029. La CCC Mazatlán está diseñada para fortalecer el suministro eléctrico en la región, eliminando las deficiencias y desabastos actuales, al tiempo que cubre la creciente demanda futura de energía.
Ubicación estratégica y planificación urbana
La central se construirá al sureste del centro de Mazatlán, en el Estero La Sirena, en una zona urbanizable clasificada para uso industrial logístico, lo que minimiza los impactos ambientales al aprovechar terrenos ya intervenidos.
El proyecto ocupará cerca de 11.96 hectáreas permanentes y será parte integral del Sistema Interconectado Nacional, asegurando así su contribución a la estabilidad y calidad del Sistema Eléctrico Nacional (SEN). Además, con una vida útil de 30 años, la planta se alineará con los objetivos del Programa de Desarrollo del Sector Energétiñco (PRODESEN) 2024-2038 y el Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030.
Tecnología avanzada y sostenibilidad ambiental
La CCC Mazatlán empleará tecnología de alta eficiencia operando principalmente con gas natural como combustible base, mientras que el diésel funcionará como respaldo. Esta combinación permitirá operar tanto en ciclo abierto como en ciclo combinado, ajustándose a las necesidades del Centro Nacional de Control de Energía (CENACE).
La utilización de gas natural es clave para reducir emisiones contaminantes: se estima una disminución anual de más de 2,027 toneladas de Óxidos de Nitrógeno (NOx) y 48,533 toneladas de Dióxido de Azufre (SO2), comparado con tecnologías convencionales.
Además, la planta incluirá un sistema de enfriamiento seco con aerocondensadores para reducir el consumo de agua, y un evaporador cristalizador para evitar descargas hacia cuerpos de agua, consolidando su compromiso ambiental.
Optimización de infraestructura existente y sustitución tecnológica Entre las ventajas del proyecto destaca su integración con infraestructura existente, como la subestación eléctrica Mazatlán Dos y el acceso por la carretera federal Mazatlán-Tepic, lo que reduce costos y daños ambientales.
Con la puesta en marcha de esta central se plantea la desactivación de las unidades 1 y 2 de la Central Termoeléctrica José Aceves Pozos, un cambio que sustituirá tecnología obsoleta por una planta más eficiente y menos contaminante, contribuyendo a una mejor calidad del aire en la región.
Cronograma y fase constructiva
La etapa de preparación del sitio, construcción y puesta en servicio está programada para durar 36 meses, incluyendo seis meses para la remoción de vegetación y adecuación del suelo.
Dentro de este periodo, obras específicas en la subestación y líneas de enlace se completarán en 12 meses. Una vez iniciada la operación, la planta tendrá una fase de mantenimiento de 30 años, seguida de una posible etapa de abandono de 24 meses, si fuese necesaria.
Beneficios para la región y proyección nacional
Este proyecto se enmarca en un esfuerzo nacional para fortalecer la matriz energética y asegurar la disponibilidad de electricidad para sectores estratégicos como el productivo, turístico y servicios públicos en Mazatlán y el noroeste. Se prevé la creación de al menos 1,500 empleos directos durante la construcción
AM.MX/fm
