Ciudad de México.- En apenas un lustro, la forma en que consumimos televisión ha dejado de ser lo que conocíamos muchas generaciones. Lo que antes se limitaba a sentarse frente a la pantalla a una hora concreta para ver un programa, hoy es una experiencia totalmente personalizada, interactiva y, sobre todo, digital. El espectador no es un sujeto pasivo, sino un protagonista que decide qué ver, cuándo y desde qué dispositivo.
Las plataformas de streaming han jugado un papel fundamental en este cambio. Netflix, Disney+, Prime Video o HBO Max han hecho que el espectador se acostumbre a un catálogo prácticamente infinito, sin cortes publicitarios y con contenidos diseñados para sus gustos. La televisión lineal tradicional, aunque sigue teniendo su público, ha perdido terreno frente a la inmediatez y la personalización que ofrece el mundo digital.

El auge del “binge-watching” y el poder del algoritmo
Una de las transformaciones más visibles ha sido el fenómeno del “binge-watching”, o maratones de series. Antes era parte de la rutina televisiva tener que esperar una semana para ver el siguiente episodio de la serie que estabas viendo. Una situación con la que las nuevas generaciones no han crecido, porque los espectadores ahora tenemos la posibilidad de ver una temporada completa en un fin de semana. Las plataformas lo saben y adaptan su estrategia de lanzamiento para satisfacer esa demanda, estrenando series completas o recomendando contenido relacionado para mantener al usuario conectado durante horas.
Los algoritmos también han sido clave. Gracias al análisis de datos, las plataformas pueden sugerir contenido adaptado al historial de cada usuario, aumentando el tiempo de visualización y mejorando la experiencia.

Ver la televisión en cualquier lugar
Otro cambio radical ha sido la forma en que se accede a los contenidos. Si hace cinco años el televisor del salón era el centro de entretenimiento del hogar, hoy los móviles, tabletas y portátiles dominan el panorama. El espectador actual quiere ver un episodio mientras viaja, terminar una película desde la cama o incluso ver un documental durante la pausa del trabajo.
La televisión se ha vuelto portátil y omnipresente. Esto ha hecho que las cadenas tradicionales adapten sus contenidos a aplicaciones móviles y que muchas de ellas integren funciones interactivas, chats en directo o acceso a contenido extra para mantener la atención del usuario.

Una fusión inevitable
La televisión ya no compite únicamente con otras cadenas, sino con todo el universo de plataformas como YouTube, Twitch o TikTok, que ofrecen entretenimiento inmediato, en formatos cortos y muy atractivos. Incluso sectores que tradicionalmente no estaban vinculados a la televisión, como el del casino, tienen en el streaming un nuevo espacio para crecer. Hoy es común ver retransmisiones en directo de partidas, competiciones o análisis en tiempo real, integrando así el juego con el contenido audiovisual.
Este fenómeno demuestra que el concepto de “televisión” se ha ampliado. Ya no se trata solo de series y películas, sino de cualquier tipo de contenido en vídeo que capte la atención del espectador.
Publicidad personalizada e interacción en tiempo real
La forma de monetizar la televisión también ha cambiado. La publicidad masiva, que se mostraba igual a todos los espectadores, ha dado paso a anuncios personalizados, segmentados en función de los intereses y hábitos de consumo. Esto mejora la eficacia de las campañas para enriquecer la experiencia del usuario, al ofrecerle productos o servicios que realmente le interesan.
Además, la interacción en tiempo real es cada vez más común. Desde encuestas en directo hasta la posibilidad de comprar productos que aparecen en pantalla, la televisión se ha convertido en un espacio mucho más participativo. Incluso en el mundo del juego online, donde las tragaperras temáticas han llegado a integrarse con programas de entretenimiento, el usuario busca experiencias cada vez más inmersivas y conectadas.
Experiencias personalizadas y realidad aumentada
La tendencia apunta a una televisión aún más personalizada y tecnológica. La inteligencia artificial, la realidad aumentada y las experiencias inmersivas están llamadas a cambiar nuevamente todo este conglomerado que conforma la industria de la televisión. En los próximos años, el espectador además de elegir qué ver, también podrá decidir cómo participar en la historia o incluso influir en su desarrollo.
Así que, en solo cinco años, la televisión ha dejado de ser una rutina para convertirse en una experiencia a medida. Y si algo está claro, es que el cambio no ha hecho más que empezar.
AM.MX/CV




