jueves, junio 12, 2025

Así fue la primera marcha LGBTQAP+ en México

Por Lizbeth Woolf

 

Antes de que los colores del arcoíris pintaran el Paseo de la Reforma, antes de las carrozas, las banderas y la celebración colectiva, hubo un momento fundacional, y justo el 26 de julio de 1978, México vivió su primera Marcha del Orgullo LGBTIQAP+. Fue organizada por el Frente Homosexual de Acción Revolucionaria, Oikabeth un grupo de lesbianas feministas y otras colectivas y activistas que se atrevieron a desafiar el miedo.

 

Sabemos que junio es el Mes del Orgullo en conmemoración de los sucesos ocurridos en ese mismo mes en 1969 en el bar Stonewall Inn, en Greenwich Village, Nueva York, donde la comunidad LGBTQ+ fue perseguida y violentada. A partir de este hecho, las Marchas del Orgullo se repiten desde hace varios años en diversas ciudades alrededor del mundo, entre ellas la CDMX. Pero ¿cuándo fue la primera Marcha del Orgullo en la ciudad?

 

En 1971, un empleado de Sears en CDMX fue despedido por sospecharse que era gay. Esto provocó indignación entre varios artistas, intelectuales y estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras. En un principio, se pensó en realizar un boicot a la tienda, pero este no se llevó a cabo. En su lugar, este hecho dio pie a la fundación del Frente de Liberación Homosexual (FLH) en agosto de ese mismo año. El principal objetivo del FLH era denunciar y exigir el fin de la persecución policial, la discriminación por motivos de orientación sexual, dejar de considerar la homosexualidad una enfermedad, así como introducir programas de educación sexual en las escuelas.

En esa época, la homosexualidad no solo era estigmatizada: seguía siendo considerada una falta administrativa o incluso un delito en varios estados del país. Vivir abiertamente tu orientación sexual o identidad de género podría costarte el trabajo, la familia, la libertad… o la vida.

 

Dos años después, en 1973, la dramaturga Nancy Cárdenas se presentó en el noticiero más visto de la televisión mexicana, 24 horas, con Jacobo Zabludovsky, para hablar sobre las violencias y discriminación hacia las personas homosexuales y el trabajo realizado por el FLH. En ese mismo espacio, frente a millones de televidentes, Cárdenas declaró que era lesbiana, ayudando así a visibilizar la lucha de la comunidad LGBTQ+ en México.

 

Durante varios años, se crearon diversos colectivos —principalmente de homosexuales y lesbianas— que buscaban el reconocimiento de derechos para la comunidad, así como la desestigmatización de la homosexualidad dentro de movimientos de izquierda como el comunismo o el socialismo. Así, no es casualidad que el 26 de julio de 1978 se hiciera presente el primer contingente homosexual de apenas 30 participantes en la marcha por el aniversario de la Revolución cubana. En octubre del mismo año, durante la marcha por la matanza estudiantil de 1968, un contingente más numeroso de gays y lesbianas hizo su aparición.

 

Por eso, aquel día, alrededor de mil personas caminaron desde el Ángel de la Independencia hasta el Zócalo capitalino portando carteles, pancartas, consignas y máscaras. No por fiesta, sino por protección. Muchos temían ser reconocidos.

 

“No hay libertad política sin libertad sexual”

Ese fue el lema que unió a quienes salieron a reclamar su lugar en las calles. Se trataba no solo de visibilidad, sino de exigir derechos civiles, libertad de expresión, atención médica digna y seguridad frente a la represión policial. La consigna era radical para su tiempo, pero profundamente vigente.

 

La marcha no fue fácil: la policía intentó dispersar, hubo empujones, amenazas y tensión. Pero no se detuvieron. Con miedo, pero con fuerza, hicieron historia.

 

Aunque estas fueron las primeras participaciones de colectivos de la comunidad LGBTQ+, fue hasta junio de 1979 que se llevó a cabo la primera marcha por la liberación homosexual, en donde no solo se buscaba resaltar el orgullo, sino que exigían el reconocimiento de sus derechos. Asimismo, llamaron a la ciudadanía a luchar juntos en contra de la represión policiaca, y se realizó un llamado para que colectivos obreros, feministas y LGBTQ+ trabajaran de forma conjunta. Algunas de las consignas que se escuchaban eran: “¡No hay libertad política si no hay libertad sexual!”, “¡Por un socialismo sin sexismo!” y “¡Nadie es libre hasta que todos seamos libres!”

 

Del anonimato a la celebración

 

Hoy, 47 años después, la Marcha del Orgullo LGBTIQAP+ en la Ciudad de México es una de las más grandes del mundo. En su edición más reciente, se estima que más de 250 mil personas participaron, celebrando la diversidad, exigiendo justicia y reconociendo la deuda histórica del Estado mexicano con la población disidente.

 

Pero ese mar de colores tiene un origen concreto. Sin aquellxs valientes de 1979, no estaríamos aquí. Su historia es nuestra memoria.

 

¿Por qué recordar la primera marcha?

 

Porque la historia no empezó con redes sociales ni con patrocinadores. Empezó con activistas perseguidxs, valientes y visionarixs, que apostaron por el derecho a ser.

 

Porque aún hay quienes viven discriminación, violencia, exclusión laboral o médica por su orientación o identidad. Y porque visibilizar es resistir.

 

Porque, como dijo Nancy Cárdenas, una de las grandes voces de aquella época:

 

“No se puede hablar de democracia sin hablar de la libertad sexual”.

 

La memoria es poder, así que #SigamosMarchando

 

Este mes del Orgullo, sal a las calles, cuida a tu manada, baila con quien te escoge sin miedo, pero también recuerda: alguien marchó antes para que tú pudieras hacerlo hoy.

 

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AM.MX/fm

 


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