Carlos Becerril Torres
Una experiencia personal. Hace algunas eras —antes de Amazon y de las descargas en línea— llegaban a nuestras manos, casi de manera mágica, múltiples discos de larga duración aparecidos del otro lado de la frontera, muchos de ellos con nombres raros y fugaces que no iban a dejar huella en la memoria y los recuerdos. Ese fue el caso de un disco con un diseño de portada que directamente evocaba uno de los emblemas gráficos de la década del sesenta, la portada de With The Beatles. El grupo consumador de tal referente visual poseía el nombre de The Nazz.
De esa época se conservan detalles como el de que a veces las novedades fonográficas se materializaban sin la presencia de los medios de comunicación, electrónicos e impresos, y eran transmitidas de mano en mano. Comunicación directa.
Algunos artistas, por su parte, compartían la misma opinión. Pensaban que era basura lo que se escuchaba por la radio. No querían ser estrellas, héroes, ni darle importancia a lo que otros opinaran. Entonces se dedicaban a componer y producir lo que les dictaba su conciencia, o inconsciencia según fuera el caso.
Mucho de razón había en esa postura. Cuando se componen obras contra la corriente musical dominante lo más seguro es que la radio no las programe y, en consecuencia, la audiencia no las escuche. Muchos compositores, alguna vez, se han sentado ante sus instrumentos y tratado de organizar sus pensamientos musicales para hacerlos encajar en el formato o política programática de cierta estación de radio. Es decir, si su material pudiera poseer sentido comercial.
The Nazz tuvo la suerte de estrella fugaz y pasar desapercibido entre el descomunal torrente de música de aquella época carente de un registro exacto.
La única mente sobreviviente de aquella estela es Todd Rundgren quien, a pesar de esos poco propicios orígenes desde ese momento hasta la presente época es la columna vertebral a seguir y estudiar para quien trate de reconstruir la historia transformativa de la industria fonográfica. Explicar la carrera de Rundgren requiere un voluminoso libro en el que quepan todas las diversas contribuciones y exploraciones realizadas por dicho creador estadounidense.
Por principio de cuentas comienza a dividir en dos su creatividad y experiencia. De un lado es productor e ingeniero de audio y, de otra parte, músico y artista interesado en crear y producir su propio material. En la primera acepción comenzó a trabajar junto al astuto y mítico Albert Grossman. Figura clave en la aparición y consolidación artística de figuras como Joan Baez, Bob Dylan, Janis Joplin, The Band, Electric Flag, Peter, Paul y Mary. Uno puede preguntarse ¿Qué hubiera sido del mundo tal y como se conoce sin Blowin’ in the Wind de Bob Dylan interpretada por Peter, Paul & Mary?
De esa inicial colaboración y aprendizaje de Rundgren con Grossman, en el estudio de grabación, es el ingeniero de sonido encargado de la grabación de Stage Fright, el tercer álbum de The Band, producido por el grupo.
La relación con Grossman le permite alternar con celebridades como Janis Joplin, Jimi Hendrix, Bob Neuwirth, Andy Warhol, Lou Reed e iniciar una gran amistad con Patti Smith la entonces critica de rock de revistas como Crawdaddy, Circus y Rolling Stone.
Rundgren aparece, a principios de la séptima década del siglo pasado, en Londres, contratado por Apple Records, presto a encargarse de la producción de la joya más apreciada por dicha compañía inglesa, el grupo Badfinger y el álbum Straight Up. Como Apple LTD es un negocio que no parece negocio y tampoco fue negocio, el grupo y sus siguientes productos desaparecen sin dejar rastro. Ocasionalmente emerge, algunas veces, la voz de Mary Hopkin y se escucha por ahí Those Were The Days. En la actualidad ni el más esotérico coleccionista conserva entre sus rarezas el mencionado álbum de Badfinger.
Todd Rundgren posee un talento muy especial que le permite incorporar a sus experiencias musicales todas las influencias posibles y en 1972 produce, escribe, toca, canta y realiza la ingeniería de audio de su álbum Something/Anything.
Toda esa habilidad en el manejo y conocimiento de numerosas fuentes de abastecimiento creativo le permiten a Rundgren dejar, momentáneamente, sus grabaciones al frente del grupo Runt y dedicarse a producir el octavo álbum de Grand Funk, un grupo de dudosa habilidad musical. Agrupación que por encima de sus notorios defectos tiene gran reputación por sus actuaciones en vivo.
Rundgren enfoca correctamente las fortalezas del grupo y produce We´re an American Band considerado hasta el momento su mejor álbum.
Nueva York en los años setenta era un fascinante limo capaz de producir los más variados espectáculos y tendencias, era la cuna de Andy Warhol y todas las múltiples empresas y proyectos artísticos que pudieran contenerse y desbordarse en sus múltiples manifestaciones. La prueba más emblemática podría ser Velvet Underground pero habían de nacer y crecer otros artistas y nombres que hasta la fecha continúan atrayendo la atención y el análisis del movimiento cultural gestado en las calles y lugares de Nueva York. Asiento de John Lennon, Patti Smith, Bruce Springsteen, Ramones, Television, Bob Dylan, Miles Davis, Philip Glass, Steve Reich, la lista es interminable.
Al lado de Lou Reed, Andy Warhol, Alice Cooper y David Bowie, visitantes asiduos del Mercer Arts Center en el número 240 de Mercer Street, Todd Rundgren decide producir el primer álbum de The New York Dolls. Grupo pionero que disparó muchas tendencias vigentes hasta los últimos años del siglo pasado.
La siguiente colaboración en la carrera de Rundgren como productor es Bat Out Of Hell de Meat Loaf. Es uno de esos momentos en los que la conjunción de diversos talentos convergen en crear uno de las obras de mayor estima y admiración en el mundo de la música popular. Meat Loaf, por principio de cuentas es cantante y actor. Participó en el elenco del musical Hair tanto en la producción de Los Ángeles como la de Nueva York. En seguida en The Rocky Horror Picture Shop tanto en la versión teatral como en la cinematográfica y ahí comienza a desarrollar al lado de John Steinman los temas y letras de las canciones de Bat Out Of Hell. Idea que les parecía descabellada a todas las compañías disqueras hasta que una oscura firma de Cleveland se decide a emprender el proyecto con el convencimiento total de Tod Rundgren.
Bat Out If Hell está musicalmente concebido por sus creadores Jim Steinman y Meat Loaf como una obra de descomunal grandilocuencia tanto en el contenido lírico al igual que en la parte musical en seguimiento de la tradición emprendida por The Who, Deep Purple y Pink Floyd. Al lado de lo anterior, sus temas son paralelos a la visión de Bruce Springsteen en Born To Run. De hecho las influencias son tan obvias por la presencia de Roy Bittan, Max Weinberg y Jimmy Iovine —Los dos primeros miembros de la E Street Band y el último ingeniero de sonido de Bruce Springsteen— y no pasa desapercibido el paralelismo tanto musical como en el tratamiento lírico de ambos álbumes.
Entre la crítica especializada y el gran público dos tendencias se enfrentan: detractores y apologetas. Unos a favor de la calidad y manejo lírico por parte de Bruce Springsteen y otros, como el gran público, de todo el mundo, quien por encima de las consideraciones iniciales de la crítica especializada, convirtió en álbum en uno de sus favoritos desde el momento de su aparición hasta la fecha. Hoy en día Bat Out If Hell está incluido entre Los 1001 álbumes que tienes que escuchar antes de morir.
Hasta la aparición del Bat Out Of Hell la reputación y prestigio de Todd Rundgren estaba asegurada pero entre los conocedores de la industria su fama se eleva a la siguiente potencia convirtiéndolo en un referente de la calidad que es posible obtener en la producción fonográfica.
Una vez alcanzado ese nivel de calidad y en dominio de múltiples habilidades musicales se encamina hacia otros aspectos creativos que hacia finales de la década de los años setenta estaban en gestación e iban a transformar la manera de acercarse a la música, primero en la producción de videos para el nostálgico canal de televisión MTV y después, con el afianzamiento de la world wide web, es pionero en ofrecer por suscripción la posibilidad de escuchar sus más recientes creaciones musicales y así pulsar el gusto de sus fans, saltándose con ese paso a las compañías fonográficas. Sin descuidar la presentación de esas obras en los formatos físicos de disco compacto.