CIUDAD DE MÉXICO.- Pobladores de zonas semiáridas del norte de México validaron del Modelo de Gestión Territorial para el Desarrollo Sostenible de Zonas del Semiárido, desarrollado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en el Ejido San Felipe, en Nuevo León, una herramienta metodológica replicable en otros países, como proceso de gestión para aumentar la resiliencia en la producción de alimentos frente al cambio climático.
En el cierre del proyecto Gestión del Conocimiento para la Adaptación de la Agricultura Familiar al Cambio Climático (INNOVA AF), 90 pobladores del ejido destacaron los distintos aprendizajes obtenidos, como son el mejoramiento de sus sistemas de producción mediante la adopción de prácticas productivas resilientes al clima, el cuidado y aprovechamiento de los recursos naturales y los aprendizajes sobre su organización, gobernanza y visión de futuro en el ejido
También mencionaron los procesos de cooperación desarrollados en la construcción colectiva de los huertos familiares de traspatio en macro túneles, así como en la elaboración de productos a base de leche de cabra y fibras naturales.
El proyecto INNOVA AF, financiado por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y ejecutado por el IICA en México, se desarrolló en estrecha coordinación con la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) y el Proyecto de Desarrollo Sustentable para las Comunidades Rurales de Zonas Semiáridas (PRODEZSA) de CONAFOR.
María de Jesús Pérez Cruz y María Lucia Estrada Reyes, pobladoras del lugar, compartieron sus iniciativas y primeros trabajos sobre el mejor aprovechamiento de la leche de cabra, a través de la elaboración de dulces de leche, quesos suaves y cajeta, entre otros; así como la elaboración de productos de cuidado personal a base del uso de plantas nativas y la fabricación de diversos productos para un mejor uso de las fibras extraídas de la lechuguilla (Agave lechuguilla) y el cortadillo o palmilla (Nolina cespitifera).
El presidente Municipal de Dr. Arroyo, Juan José Vargas Rosales, destacó la relevancia del proyecto y su modelo de desarrollo sostenible para el semiárido, específicamente para dar respuesta a mejoras en la calidad de vida de los ejidatarios y comunidades del municipio.
José Angel Domínguez y Jozellin Valencia, consultores de IICA, responsables del trabajo en campo, mencionaron que el Ejido San Felipe, es un modelo útil y benéfico para el semiárido del norte de México, donde viven 21 familias en una extensión aproximada de 2,450 ha.
El Ejido, contó con el apoyo del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, a través del Programa Agua y Vida, que instaló desde hace 25 años, infraestructura hídrica como seis trampas de agua y un techo cuenca con una capacidad de captación anual de más de 3 y medio millones de litros de agua pluvial y mediante el Modelo de Gestión Territorial esta infraestructura es rehabilitada y conservada al menos en 6 represas.
Para fortalecer la gestión del agua en el Ejido, se implementaron 14 sistemas integrales de agricultura familiar para huertos de traspatio con macro túneles, con captación y almacenamiento de agua de lluvia en los techos de los hogares, así como sistemas de riego por goteo, con lo que las familias podrán captar 140 mil litros de agua para el cultivo de 500 m2 de hortalizas y con ello reducir en 30% el gasto familiar en alimentos.
El IICA entregó a las 15 familias de la comunidad con las cuales se trabajó directamente en el Proyecto INNOVA AF, un documento que integra tanto la sistematización de la Experiencia de Gestión Territorial para el Desarrollo Sostenible que realizaron, como el Plan Estratégico del Ejido para la continuidad de las acciones acordadas también por la propia comunidad, sobre la base del consenso participativo y una visión compartida.
También entregó al Comisariado Ejidal, el expediente del diagnóstico, plan estratégico y las relatorías de los talleres y otros productos generados durante la instrumentación del Proyecto INNOVA AF.
Los pobladores expresaron su compromiso con el fortalecimiento de la gobernanza del ejido, con el cuidado de la infraestructura de captación de agua de lluvia y en la conservación y aprovechamiento de los recursos naturales, así como su determinación de continuar con la construcción de fuentes de empleo para mejorar sus ingresos mediante el aprovechamiento sustentable de estos recursos físicos y naturales.
En el evento de cierre participaron Diego Montenegro Ernst, Representante del IICA en México, acompañado por José Luis Ayala, Coordinador Técnico, y Leticia Deschamps, Coordinadora del Proyecto, así como de Miguel Altamirano Tinoco, Coordinador General de INNOVA AF con sede en Costa Rica. También participaron Silvia Murillo Coordinadora de PRODEZSA y María Teresa Flores Cabral, Titular de la Promotoría de Desarrollo Forestal en Nuevo León, de CONAFOR.
Por parte del FIDA participó Hugo Gámez Flores, Consultor Nacional, especialista en negocios rurales de dicho organismo, quien agradeció a las familias participantes por el compromiso mostrado durante el Proyecto y expresó que los resultados obtenidos les permitirán fortalecer las acciones para que más comunidades rurales mejoren sus condiciones de adaptación al cambio climático, impulsen la diversificación productiva y logren una mayor inclusión de mujeres y jóvenes.
La experiencia en el ejido San Felipe y el modelo implementado contribuirán a que en otros ejidos y comunidades indígenas de México y América Latina se apoyen proyectos territoriales de desarrollo para afrontar el cambio climático y lograr territorios y paisajes más resilientes.
AM.MX/fm