miércoles, abril 17, 2024

ANÁLISIS A FONDO: Todo va lento en palacio

Francisco Gómez Maza

En violación de derechos humanos, somos campeones

La corrupción no cede como dice el presidente AMLO

Es comprensible. Aunque el inquilino de palacio tenga prisa, las cosas en palacio caminan despacio. Y despacio marcha el combate a la corrupción, ese cáncer que corroe las fibras más íntimas del cuerpo socia mexicano.
Los cambios radicales no se dan en 6 años, menos en uno. Ahí está la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, cuya presidenta, la señora Rosario Piedra Ibarra, pareciera ignara en lo que respecta a la defensa de tales sagrados derechos.
Llama poderosamente la atención de algunos la ausencia de la señora ombudsperson en asuntos torales, en violaciones salvajes de los derechos humanos por parte de las autoridades, como el trato irracional que soldados de la Guardia Nacional propinaron a migrantes que, desesperados, intentaban entrar a territorio chiapaneco huyendo de la pobreza, el desempleo, el hambre o la persecución política y el maltrato de la delincuencia organizad en su lugar de origen en Centroamérica.
Más bien, mi querido Porfirio Muñoz Ledo, prominente afiliado del partido gobernante – Movimiento de Regeneración Nacional, que en su nombre lleva cargando sus graves contradicciones -, fue contundente al cuestionar la represión en contra de los migrantes, que venían en caravana hacia México, pero con la mira puesta en el American Dream.
Otro tanto ocurre con la lucha contra la corrupción, no obstante que López Obrador alardee de que “ya se acabó la corrupción arriba”. Transparencia Internacional tiene otros datos. Esta organización, que entre otras cosas mide los niveles de corrupción en el mundo, ha concluido que, en 2019, México mejoró en índice mundial de corrupción, pero sólo un poquito.
En México, de acuerdo con la organización no gubernamental, la percepción de la corrupción (en México) mejoró ligeramente en comparación con el reporte del 2018. Sin embargo, a pesar de que el país remontó ocho lugares en el Índice en el ranking de Transparencia, y obtuvo un punto más, sigue estando en un lugar muy por debajo de lo esperado, codeándose con países como Malí y Myanmar. Un buen paso, pero de eso a que ya no haya corrupción hay una enorme distancia, como dice la canción.
En países como Dinamarca o Nueva Zelanda se contabilizan 87 puntos, que los posicionan como las naciones en donde se percibe menos corrupción. México va con 29 puntos de 100 posibles, en una escala donde 0 es alta corrupción y 100 es mayor transparencia, lo que significa que mejoró su calificación, en 1 punto, en comparación con el informe del 2018.
Ya en el gobierno de la 4T, plenamente instalado, esta calificación ubica a México en la posición 130 de 180 países evaluados por Transparencia Internacional, con una mejora de ocho posiciones respecto del 2018, para ubicarse junto a Guinea, Laos, Maldivas, Mali, Myanmar y Togo.
Pero México es aún la nación peor evaluada entre los integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, en la posición 36 de 36 países miembros. México tiene menor calificación que Brasil (35 puntos), El Salvador (34 puntos) y Bolivia (31 puntos), pero está encima de República Dominicana (28 puntos), Paraguay (28 puntos), Guatemala (26 puntos) y Honduras (26 puntos).

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